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(Des) Evolución a la vista

World Athletics acaba de sorprender con la propuesta (en el salto de longitud) de añadir a partir de 2026 una zona de batida de una anchura aún no revelada

Autor:

Julio César Mejías

Tras cambiar el pasado año el hilo de plastilina en la tabla de batida que permitía a los jueces decretar válido o no un salto de longitud, e introducir tablas con pinturas sintéticas y tecnología de avanzada para dirimir la validez del intento, World Athletics acaba de sorprender con otra iniciativa en menos de 12 meses: mantener la tabla, pero añadir a partir de 2026 una zona de batida de una anchura aún no revelada.

La idea, novedosa para algunos, errada para otros, e incluso rechazada casi de forma inmediata por diversas voces, busca reducir el número de nulos en las competencias y evitar resbalones que podrían terminar en severas lesiones tras la improcedente combinación generada entre las pinturas sintéticas y las nuevas suelas de fibra de carbono de las zapatillas.

 De eso último, se recuerda lo sucedido al jamaicano Carey McLeod en el Mundial de Budapest 2023, quien, tras pisar la tabla, resbaló varios centímetros y ello le modificó su vuelo, al punto de caer de manos al mejor estilo Superman, que pudo acabar en tragedia si no llega a caer sobre la propia arena del foso.

Quien sí sufrió lamentables consecuencias tras un resbalón en la tabla fue el decatleta sueco Fredrik Samuelsson, de vuelta a competencias en la tradicional reunión de pruebas múltiples en Gotzis, Austria, tras superar una enfermedad mental y otra reumática,  pero en la propia cita del orbe un resbalón en la tabla de batida durante la prueba de longitud le ocasionó tres fracturas y pasar por el quirófano.

En dicho campeonato universal, el 31 por ciento de los saltos fue invalidado por los jueces —casi uno de cada tres intentos—, y por ello World Athletics (antes IAAF–Asociación Internacional de Federaciones Atléticas) consideró que la solución podría ser una medición de huella a huella, o sea desde donde el saltador pise en la zona de batida hasta donde marque en su caída.

La tabla no se eliminaría del todo, pues el atleta deberá hacer contacto con ella, desde la cual daría un último paso antes de saltar —paso que sería dentro de la referida zona de batida— y desde el cual iniciará el salto, para una vez concluido dicho intento, medir desde donde pisó al despegar hasta la marca de su caída.

«Con este nuevo sistema, cada salto cuenta (…) Al mismo tiempo, estamos buscando formas de obtener resultados instantáneos para que no tengamos que esperar de 20 a 30 segundos por la medición. La tendremos al instante. Se trata de hacer que el salto de longitud sea más entretenido en el futuro», afirmó Jon Ridgeon, director ejecutivo de World Athletics, al portal especializado de podcasts y radio Anything But Footy.

La polémica y la controversia en torno a la idea —de momento solo se trata de eso: una idea— no se hicieron esperar. La monarca del orbe en Budapest, la serbia Ivana Spanovic, y su entrenador Goran Obradovic, criticaron la propuesta.

Priorizar patrocinios y las transmisiones televisivas no debería ir en detrimento de la integridad del deporte, apuntó Spanovic en su cuenta en Instagram.

La también doble dorada universal bajo techo y bronceada olímpica agregó que sería bueno hallar un equilibrio entre la promoción del deporte y la preservación de sus valores básicos.

Por su parte Obradovic apuntó al diario deportivo serbio Sportski zurnal que en 2015 un experimento parecido fracasó y podría volver a suceder, pues muchos deportistas están en desacuerdo también con este posible cambio.

Pero, si de impacto se trata, ninguno más sonado que la del cuádruple campeón olímpico en esta prueba, el estadounidense Carl Lewis —oro en Los Angeles 1984, Seúl 1988, Barcelona 1992 y Atlanta 1996— fue tajante e inteligentemente irónico con su pronunciamiento a través de su cuenta en la red social X:

«El salto de longitud es la prueba más difícil del atletismo. Esto simplemente eliminaría la habilidad más difícil del evento. ¿Entonces por qué no agrandar la canasta para los tiros libres? Porque mucha gente los falla. ¿Qué opinas?.

«En realidad, no cambiaría mucho las distancias. Simplemente verías más saltos malos medidos», acotó en otro tuit el llamado Hijo del Viento, ganador de diez preseas olímpicas (nueve de oro y una de plata) y otra decena (8-1-1) en citas mundiales.

 

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