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Telepatía 3.0

La Internet ha conectado las vidas de millones en todo el mundo. Pero, ¿qué pasaría si ahora conectara sus cerebros?

Autor:

Patricia Cáceres

La cuestión parece maquiavélica, pero definitivamente se avizora como una posible aplicación de la red de redes en un futuro no tan lejano. Al menos esto se ha propuesto una pareja de científicos de la Universidad de Washington, Estados Unidos, que ha logrado controlar de una forma muy básica el movimiento de una mano con un estímulo cerebral enviado desde otro sujeto a través de Internet.

Según el diario español El Mundo, uno de los responsables del experimento, el profesor de Ciencias de la Computación e Ingeniería Rajesh Rao, se ubicó frente al videojuego de una computadora. En la cabeza se le colocó un gorro con electrodos conectados a una máquina de electroencefalogramas, muy común en el trabajo de médicos e investigadores para registrar la actividad cerebral.

No lejos de allí, en el mismo campus de la Universidad, se encontraba el otro miembro del estudio, el profesor asistente de Investigación en Psicología Andrea Stocco, con su mano derecha colocada encima del teclado y su dedo índice sobre la tecla para accionar el videojuego. Pero este llevaba auriculares para evitar el ruido y, a diferencia de su colega, no podía ver la pantalla del ordenador.

La cabeza de Stocco también fue cubierta con un gorro, que en su caso contenía un dispositivo para aplicar una técnica terapéutica denominada estimulación magnética transcraneal, una forma no invasiva de estimular el cerebro para provocar una respuesta. El aparato se ubicó justo encima del área cerebral que controla el movimiento de la mano derecha.

Varias publicaciones digitales refirieron que durante el ejercicio Rao se dispuso a jugar, pero solo con su mente. La misión consistía en disparar un cañón contra un objetivo, así que pensó en mover su mano derecha como si estuviera presionando el botón de ¡fuego!, sin hacerlo en realidad.

Cuentan los investigadores que casi instantáneamente, a cientos de metros de distancia, Stocco movió su dedo índice para presionar la barra espaciadora del teclado que había frente a él, y así realizar el disparo. El científico describió el movimiento involuntario como si se tratase de un tic nervioso.

«Internet era una manera de conectar las computadoras, y ahora puede ser una manera de conectar cerebros», afirmó Stocco.

«Fue emocionante y espeluznante a la vez ver cómo una acción imaginaria de mi cerebro se traducía en acción real a través de otro cerebro. Era básicamente un flujo unidireccional de información de mi cerebro al suyo. El siguiente paso será tener una conversación bidireccional directa entre los dos cerebros», dijo por su parte Rao.

Aunque el descubrimiento tiene una amplia gama de posibilidades, por ahora solo se trata de canalizar simples señales cerebrales, no pensamientos reales, aclararon los científicos.

Como era de esperarse, los resultados de la investigación han suscitado temor y desconfianza. Pero los expertos insisten en que el objetivo de su trabajo no es controlar a la gente ni obligarlas a realizar acciones contra su voluntad, porque siempre se requeriría de su participación voluntaria.

En tal sentido Chantel Prat, profesora asistente de Psicología en la Universidad de Washington, declaró que «algunas personas se pueden poner nerviosas porque sobrestiman la tecnología».

Con la intención de ganar adeptos, los científicos a cargo del proyecto revelaron la utilidad de la tecnología si llegase a desarrollarse.

A su juicio, esta posibilitaría que una persona con discapacidad pueda expresar sus deseos más elementales y hasta la comunicación con quienes hablen otro idioma. También sería muy efectiva en algunas situaciones de emergencia pues permitiría, por ejemplo, que un piloto en tierra guíe a un pasajero para controlar el vuelo de un aeroplano si el aviador a su cargo queda incapacitado.

Mover… sin moverse

Un nuevo estudio científico publicado en la revista especializada Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) concluyó que la actividad observada en el cerebro durante el uso de una máquina manejada por control mental es similar a la actividad cerebral que tiene lugar cuando se aprenden habilidades motoras nuevas, como andar en bicicleta o tocar el piano.

Los investigadores de la Universidad de Washington, en Seatle, pidieron a voluntarios que controlaran un juego en el que debían mover una pelota por la pantalla, utilizando para ello solo la mente.

Luego se registró la actividad neuronal de los sujetos mediante el uso de sensores cerebrales vinculados a una computadora que transformó los impulsos eléctricos en acciones. Los investigadores notaron que, a medida que los individuos se volvían más expertos en la realización del ejercicio, las áreas neuronales activadas en el cerebro iban cambiando.

Es decir, cuando adquirían un mayor dominio de la técnica disminuía la intensidad de actividad en áreas que están relacionadas con los movimientos motores y el aprendizaje abstracto.

Ya son varias las investigaciones que han utilizado la tecnología de interfaz cerebro-computador para demostrar que nuestras mentes pueden controlar varios objetos, como un brazo robótico.

«Pero todavía hay mucho misterio sobre la manera en que aprendemos a controlarlos», confesó a la BBC el líder del estudio, Jeremiah Wander.

«Es parecido a aprender una nueva tarea motora, pero a la vez es muy distinto en el sentido de que el cerebro no recibe ninguna retroalimentación sensorial», añadió.

Hasta la fecha, los expertos consiguieron crear un helicóptero y una silla de ruedas cuyos movimientos se pueden controlar con la mente.

Otro experimento exitoso

Un equipo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard también desarrolló una interfaz de comunicación cerebro a cerebro que, aseguran, permite controlar los movimientos de un animal usando nuestro pensamiento. Según un trabajo publicado en la revista científica PLos One, el grupo de científicos logró mover a su voluntad la cola de una rata viva.

En su trabajo los expertos explicaron que el sistema utiliza escáneres de resonancia magnética, la misma tecnología empleada para «leer» la mente de los enfermos inconscientes o para elaborar videojuegos controlados por el pensamiento del jugador.

Un aparato combinó el escáner con un procesador de computadora a tiempo real para generar una estimulación bidireccional. O sea, que se conectó el cerebro de una persona a un ordenador y luego esta máquina al cerebro de la rata.

La revista PLos One indica que los científicos enfrentaron su mayor obstáculo al conectar la computadora al cerebro de la rata, puesto que hasta ahora solo existían dos vías: implantar quirúrgicamente unos electrodos en la corteza motora del animal, o estimular con electricidad determinadas zonas del cerebro. En ambos casos se podía dañar el cerebro a largo plazo.

Los especialistas decidieron entonces experimentar con un sistema de ultrasonido de estimulación transcraneal, que emite energía acústica focalizada en determinadas regiones del cerebro y que puede hacerlo incluso a gran profundidad.

Para detectar los pensamientos de los humanos que participaron en el estudio se empleó una tecnología basada en la estimulación visual, donde se utiliza un círculo que parpadea en una pantalla.

Los sujetos solo debían mirar al círculo durante cuatro o cinco segundos cada vez que querían mover la cola de la rata.

El dispositivo fue efectivo en un 95 por ciento de los casos, logrando mover la cola del roedor en un tiempo medio de casi dos segundos, y sin daños al cerebro del animal.

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