Acuse de recibo
Cansado de plasmar su denuncia en el Portal del Ciudadano Espirituano y no recibir respuesta ni atención, Alejandro García Alonso (Maceo 604, entre Piro Guinart y Pablo Pichs Girón, Trinidad), manifiesta que «continúa la desidia, la dejadez, y el desinterés por parte de los funcionarios que tienen que ver con la piquera de autos de alquiler impuesta en la cuadra en que vivimos».
Afirma que «continúan las indisciplinas sociales, las violaciones de las leyes del tránsito, las discusiones, los escándalos y las malas palabras. Antier el carro que trae la leche normada para el punto de venta de la esquina de la cuadra, se vio obligado a obstruir el tránsito por causa de un auto mal parqueado.
«Recientemente un patrullero le dijo a un vecino que no podía parquear su auto frente a su garaje, que está situado al lado de su casa, porque ahí hay una piquera de autos. Increíble. Nadie hace ni dice nada. Nadie toma cartas en el asunto. ¿Hasta cuándo los vecinos de la cuadra tendremos que seguir soportando esta situación?», concluye.
Ahora que Cuba está abierta al mundo, para bien de tantas familias, el doctor Luis W. Climent Garrastacho (calle 162 No. 6907, altos, entre 69 y 81, La Lisa, La Habana) cuenta que su hijo y nuera, quienes residen en Italia, quieren que él y su esposa vayan a ese país europeo de visita en las vacaciones de verano.
Por ello, el hijo envió los originales de las cartas de invitación y certificación de nacimiento a través de la agencia DHL en un paquete que estaba en Cuba el pasado 3 de abril. Y como el 6 del propio mes aún no sabían nada, llamaron a DHL en La Habana: les informaron que los sábados y domingos no trabajaban, que llamaran el lunes 8.
Eso hicieron, y les confirmaron que el paquete estaba allí, pero DHL no tenía transporte para llevarlo hasta la casa. Que si tenían apuro, fueran a buscarlo ellos mismos, pues tenían hasta mes y medio para entregarlo a domicilio.
«El hecho es que mi hijo, allá en Italia, pagó el servicio de entrega a la casa, refiere. No obstante, fui a recogerlo. Antes, le escribí a él para que supiera lo que estaba sucediendo.
«Él reclamó a DHL en Italia, y de allí llamaron a DHL en La Habana. Fue entonces que ellos llamaron a mi casa, pero ya yo estaba en camino de llegar a las oficinas de Vento, entre Camagüey y Línea de Ferrocarril. Allí, la recepcionista me informó que los siete vehículos más la moto del mensajero llevaban tiempo rotas. Y por eso no podían entregar los paquetes en la casa».
Luis plantea varias interrogantes: «¿Por qué si saben que no tienen transporte para entregarlo a domicilio cobran dicho servicio? ¿Por qué no alertan a DHL allá para que no cobren un servicio que no se da? ¿Cómo se puede entender que todos los vehículos estén rotos a la vez, y que no les den solución? ¿Dónde está el combustible asignado a esos vehículos que no lo consumen? ¿Acaso le han retirado el combustible asignado por estar rotos todos los vehículos?».
Aunque su problema ya está resuelto, él considera que las irregularidades con ese servicio en DHL no lo están, y sería bueno que se hiciera algo para que se solucionaran.
«Creo que una de las cosas que está pasando, refiere, es que la gente no se queja, pues generalmente van, recogen su paquete, y piensan que no vale la pena reclamar o plantearlo, como lo estoy haciendo. Pienso que si todos les saliéramos al paso a lo mal hecho, sería más fácil encontrar soluciones», concluye.
Leonardo N. López Gómez (Ruperto Castañeda 27, altos, entre Marcial Gómez y Abraham Delgado, Morón) agradece la atención y el cariño reinantes en la Sala de Neurocirugía del Hospital de ese municipio avileño con los pacientes, por parte de médicos, enfermeros, técnicos y demás trabajadores.
El remitente fue sometido a una intervención quirúrgica de hernia discal el 28 de marzo pasado, y quiere agradecer en especial al neurocirujano, doctor Lacerda, a los especialistas en Anestesia y enfermeros y técnicos que intervinieron en la operación.
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