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Gael llega a su primer año de vida

Los niños cubanos de manera especial son objeto de las implicaciones nefastas del bloqueo estadounidense, asevera el doctor José Hernández, director del hospital pediátrico de Matanzas

Autor:

Hugo García

Gael Durán González nació sobre la una de la tarde del 5 de junio de 2020 en la maternidad del hospital Mario Muñoz, de Colón. En horas de la noche de ese propio día fue trasladado hacia el hospital Materno provincial de la ciudad de Matanzas. El día 6 de julio llegó al hospital pediátrico provincial Eliseo Noel Caamaño.

Tras los estudios de un equipo multidisciplinario, se diagnosticó que padecía de Encefalopatía Hipóxica- Isquémica, que según la literatura es una lesión de nacimiento causada por privación de oxígeno y un limitado fluido de sangre al cerebro del bebé, durante o cerca del momento del nacimiento. Desde entonces, la lucha por la vida de Gael no se ha detenido.

Al cumplir su primer año de vida, el pasado sábado, el colectivo del hospital y la familia le cantaron felicidades. Fue emocionante. Alguien desde su celular puso canciones infantiles y todo transcurrió con mucha sensibilidad. Con las medidas adecuadas, lo vistieron de marinero, de lord y de sport para que le tomaran fotografías.

Un vecino del pediátrico facilitó el cake y de ninguna manera quiso cobrarlo; otros trajeron globos, golosinas, y celebraron el primer añito del pequeño rodeado de mucho amor.

Felicidad en momentos duros

La mamá, Yenlis González Sánchez, de 22 años de edad, comenta que siempre han estado firmes, aun cuando los médicos les decían que estaba grave: «Con mente positiva siempre pensamos que va a salir adelante», asiente sollozando.

Michel Durán Malpica, un papá de 29 años, alega que ha sido una experiencia muy difícil, porque nadie está preparado para esto en la vida: «A pesar de todo, estamos contentos por todo el buen trato en el hospital, agradecidos de los médicos, enfermeros y todo el personal de Terapia, que de una forma u otra han participado en el cuidado de nuestro hijo», subraya este pequeño agricultor del batey Cuatro Esquinas, en el municipio de Los Arabos.

«Hemos pasado momentos muy duros y aún en medio de todas las dificultades que enfrenta el país, que todo el mundo sabe de eso, todo se le ha resuelto, a cada problema se le ha buscado solución, los medicamentos… todo», asegura.

Gael recibe mucho cariño del colectivo del pediátrico. Foto: Hugo García

«Al cumplir su primer añito dimos muchas gracias a Dios por permitir que este día llegara. En estos momentos los médicos y enfermeros nos preparan para atenderlo y hemos aprendido casi todo lo que hay que hacerle al niño, porque en el futuro iremos para nuestra casa», añade el papá, y alude a la posibilidad de facilitarles una vivienda cerca del pediátrico provincial.

La abuela Yislay Sánchez Mercado es rotunda: «Si el niño está luchando, ¿por qué nosotros no?». Ella enfatiza que van a seguir adelante, y sentencia que «todos apoyamos a nuestro niño, y nosotros tres estamos unidos porque ha sido un momento difícil para la familia, que está agradecida por el apoyo que ha recibido el niño, de la Salud Pública y del personal del hospital».

Todo por Gael

El doctor José Hernández Hernández, director del hospital pediátrico provincial Eliseo Noel Caamaño, explica que es un niño con una afección crónica que en esa institución ha tenido atención de un equipo multidisciplinario, integrado por intensivistas, cirujanos, gastroenterólogos, fisiatras… todos en función de su rehabilitación.

Este acompañamiento es expresión de lo que hacemos en el Programa de Atención Materno Infantil (PAMI) por la salud de nuestros niños, expresa Hernández.

«Gael continúa con seguimiento, y llegar a su primer año de vida es un motivo de alegría para toda la familia y nuestro colectivo», dice el galeno, quien agrega que esta es una etapa muy difícil para cualquier niño, incluyendo los sanos.

«Continuará con atención del equipo multidisciplinario, y cuando sus condiciones ventilatorias mejoren tendremos que continuar algunos estudios, quizás más sofisticados, y lo haremos en el centro que sea necesario para garantizar que su estado de salud se vaya recuperando», acota el médico.

«Gael es un niño candidato a tener un equipo de ventilación mecánica en su hogar. Para eso hemos trabajado, y para que los padres, sus máximos cuidadores, estén entrenados para garantizar su asistencia. Tenemos experiencia en la práctica de la ventilación domiciliaria y ya hemos hecho las gestiones con el PAMI nacional, que recepciona las solicitudes», nos dice el director.

«Su cumpleaños nos pone feliz, porque Gael nos puso en mucha tensión en varios momentos a lo largo de este primer año de vida. Los niños como él son de alto riesgo y la ventilación mecánica no deja de ser una agresión. Las infecciones producto de las manipulaciones que lleva el equipamiento son frecuentes; refiere Hernández, y comenta que Gael estuvo en varios momentos en estado supercrítico.

Recuerda que hubo un instante en que la familia pensó que la batalla estaba perdida. Sin embargo, siempre se les dijo que tuvieran mucha confianza, que saldrían adelante.

El pequeño rodeado por sus padres y los doctores Guillermo Montalbán (izquierda) y José Hernández (segundo de izquierda a derecha). Foto: Hugo García

«La lucha por Gael sigue con mucha fisioterapia y el tratamiento adecuado; de manera que estará ingresado en terapia hasta que las condiciones clínicas permitan el traslado hacia otra sala, e incluso llegará el momento en que retorne a su hogar», especifica Hernández.

Al preguntársele sobre las implicaciones del bloqueo en el caso de Gael, afirma que los niños cubanos como él son objeto de las implicaciones de esa cruel medida de manera especial.

«Hemos tenido momentos muy difíciles… Específicamente tuvimos serias dificultades con la adquisición de sondas de aspiración número ocho, que es la que usan pequeñitos como Gael. No son reciclables y hemos tenido que buscar estrategias para garantizar que sus vías aéreas estén disponibles. A pesar de todo vemos los resultados porque es un niño sano, desde el punto de vista que no tiene otras complicaciones agudas. Hemos tenido carencias de materiales, pero no se ha escatimado ningún recurso, nada que requiriera Gael», asevera.

«Sabemos la situación económica que enfrenta una nación desgastada por un bloqueo, e indudablemente cuando hablamos de bloqueo lo decimos desde la perspectiva humana, porque no tiene cara; ese bloqueo estadounidense no viene dirigido a alguien específico, es para todos, para los que confían en nuestro sistema socialista y los que no», razona Hernández.

Amor, pasión y cuidados

El doctor Guillermo Montalbán González, jefe de la Unidad de Terapia Intensiva del centro, ratifica a este diario que Gael es fruto de una condición que lo llevó al nacimiento con un deterioro neurológico importante, y estos niños con esas condiciones son proclives a infecciones, dificultades con la nutrición y con la respiración, lo que lleva un alto consumo de recursos para garantizar su vida, tanto humanos como materiales.

«Es un reto mantenerlo con vida en primer lugar, y en segundo de que sea capaz de nutrirse y desarrollarse», apunta a este diario el intensivista, que dirige un servicio de gran experiencia en cuanto al soporte de la vida de estos niños y su desarrollo.

«Gael lleva un año de vida con buena nutrición y con un desarrollo sicomotor con el que se puede seguir trabajando», relata. Considera que Gael es un niño con condiciones especiales, pero en las edades pediátricas, si hay buena nutrición y cuidados especiales se puede alcanzar condiciones de calidad de vida inimaginables.

El niño vestido de marinero junto a sus padres. Foto: Hugo García

«Todos los días nos sorprendemos con niños que pensamos que no van a desarrollar capacidades», ahonda el Especialista de Segundo Grado en Medicina Intensiva y Emergencia.

Gael necesita mucho cuidado, amor y nutrición, alejarlo de las infecciones y seguir desarrollándose, afirmó el intensivista.

Un año de batallas

«El 26 de septiembre comenzó con problemas ventilatorios, tenía mal aspecto clínico. No sabíamos qué pasaba, se hicieron urgentemente radiografías y otros estudios, y resultó que se había derramado el contenido gástrico en un pulmón. Se extrajo casi medio litro de leche», recuerda Montalbán González.

«Ese es uno de los acontecimientos que podemos narrar, pero han sido muchos: infecciones graves, condiciones deterioradas… pero es un niño fuerte y la familia es dedicada. Consideramos que la familia pone el 50 por ciento en la recuperación de los pacientes con el amor, la pasión y dedicación», sostiene el experimentado intensivista.

«Los padres jamás han perdido el deseo de que las cosas salgan bien, y por muy mal que esté, siempre están con la fe en que Gael saldrá adelante», acentúa.

La licenciada en enfermería Marialis Bueno Rodríguez insiste en el amor que se le profesa al niño: cuando ella le habla, él amorosamente la busca con su mirada, como si le sonriera y agradeciera tanto cariño.

«Estos son niños especiales, uno se enamora de ellos y no escatima esfuerzos ni recursos en su atención», expone Marialis mientras acaricia una de las manitos del Gael vencedor.

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