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E… ¡qué plan de estudios tan atrevido!

Organizar el currículo de manera flexible que garantice los elementos básicos de cada carrera y dejar para el posgrado la profundización, según la labor que vaya a realizar el graduado, motiva hoy el debate en las aulas de la Educación Superior cubana

Autores:

Margarita Barrios
Hugo García
Nelson Rodríguez Roque

Cuando hace un año Elena Godínez Dalmau se graduó de la carrera de Periodismo en la Universidad de La Habana (UH), lo hizo como parte del primer grupo de egresados de la Facultad de Comunicación del Plan de Estudios E. La joven, al igual que sus demás compañeros de aula, debió enfrentar no pocos retos como parte del nuevo proceso docente.

Pero si algo marcó la etapa universitaria de estudiantes como Elena y al propio Plan E (el cual comenzó a implementarse en algunas carreras desde el curso 2016-2017, conviviendo incluso con su antecesor), fue el período de pandemia de la COVID-19. «Fue entonces cuando comenzó a comprimirse más el plan de estudios y comenzaron las controvertidas clases virtuales», señaló.

Es por ello que, ya graduada, considera esa modalidad «como una nueva alternativa para culminar con mayor agilidad la universidad». Sin embargo, cree que aún le faltan modificaciones para lograr que los estudiantes se sientan bien desde el punto de vista del autoestudio, las prácticas laborales y la preparación integral del futuro profesional.

No obstante esto último, comenta que durante los cuatro años de la carrera, el Plan E le dio la oportunidad de vincularse desde el primer momento a un medio de prensa, y tuvo mayores oportunidades, además, para trabajar y desenvolverse en campos profesionales que tributaron a su desarrollo personal.

Sin embargo, Adrián Saborit Rodríguez corrió una suerte distinta. Estudiante de 2do. año en la carrera de Comunicación Social en la UH refiere que, más allá de las acciones prácticas ha podido acercarse a otras aristas vinculadas sobre todo a la investigación.

Aún así, siente que quedan vacíos en algunas materias con el nuevo plan de estudios. «Metodología de la Investigación es una asignatura que debiera darse desde el mismo 1er. año, porque las inquietudes de los jóvenes por investigar llegan en muchos casos desde ese inicio, y no posees las herramientas para desarrollar un proceso científico óptimo», precisó.

Un criterio generalizado en muchos estudiantes sobre el Plan E, agrega, es el de disminuir la cantidad de semestres en los que se recibe Educación Física. Lejos de demeritarla, recuerda, varios de nosotros coincidimos en que se debe dar, pero su frecuencia bien puede suplirse con asignaturas optativas que interesan y resultan de mayor utilidad.

Algunos de estos aspectos fueron evaluados profundamente en el recién finalizado 10mo. Congreso de la FEU, en el que Adrián tuvo la oportunidad de participar como delegado. «Allí intercambiamos sobre diversos puntos relacionados con el Plan E y se plantearon junto a las máximas autoridades del Gobierno y el Ministerio de Educación Superior ideas en busca de solidificarlo», acotó.

Por su parte, Alejandro Perdomo Campos, presidente de la FEU en la Cujae y estudiante de 4to. año de Ingeniería en Telecomunicaciones y Electrónica en la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría (Cujae), recordó que con el Plan E se pretende acortar el tiempo en que las universidades gradúan profesionales y ello, a su vez, implica indudablemente que la formación académica en algunos casos se debilite.

«Sucede porque dicho plan nos proporciona un conocimiento básico que después individualmente debemos reforzar con un nivel de especialización en el área donde trabajaremos de forma directa con los estudios de posgrado con mayor acceso y dotado de mecanismos facilitadores hacia la superación. Al menos en la Cujae es uno de los aspectos más débiles», recalcó.

Aterrizar en la realidad cubana

Desde su fundación en 1976, el Ministerio de Educación Superior (MES) tiene concebido un sistema permanente de evaluación y transformación de sus planes de estudios, «siempre con una mirada al contexto internacional pero también con un repaso crítico a lo que estamos haciendo desde las carreras. En esa tarea es fundamental la participación de los profesores junto a los principales directivos y cuadros de nuestro Ministerio», expresó la Doctora en Ciencias Deysi Fraga Cedré, directora de Formación de Profesionales de Pregrado del MES.

 

Un profesional más integral es lo que queremos todos, afirmó Deysi Fraga Cedré, directora de Formación de Profesionales de Pregrado del MES. Foto: Margarita Barrios

En tal sentido, apuntó que la concepción del Plan de Estudios E inicia en 2015, a partir de evaluar la situación del país en el orden económico. «Había transcurrido la implementación de los Lineamientos emanados del 8vo. Congreso del Partido y, por lo tanto, teníamos que evaluar de una manera diferente la formación de nuestros graduados universitarios.

«También se tomó en cuenta el contexto internacional actual, en el que se ha magnificado la matrícula universitaria debido a la demanda de profesionales necesarios para el desarrollo socioeconómico de cada nación debido al desarrollo vertiginoso de la ciencia y la técnica.

«Para satisfacer ese crecimiento de la demanda de profesionales con calidad y pertinencia lo primero que hay que tener en cuenta es cómo poder insertar al mundo laboral un graduado de manera más rápida, por ello acortar el tiempo de las carreras era vital, aunque luego continuara el perfeccionamiento en el posgrado», fundamentó.

Fraga Cedré recordó que para la elaboración del nuevo plan, junto a la dirección del MES, estuvieron las máximas autoridades académicas de las universidades, así como los coordinadores y presidentes de carreras a nivel nacional. «Se elaboró un documento denominado Políticas de perfeccionamiento del sistema continuo de formación de los profesionales cubanos. Lo principal era pensar qué necesitaba Cuba para su desarrollo y cómo desde la universidad se podía aportar.

«Lo más importante del Plan de Estudios E no es reducir el tiempo de una carrera de cinco a cuatro años, sino lograr la autogestión del conocimiento por parte del estudiante. Lo más significativo es enseñarlos a estudiar, con métodos de aprendizaje activo y en vínculo permanente con sus futuros modos de actuación como profesionales, lo cual se adquiere en la práctica laboral.

«No podemos pensar que nuestros profesionales se forman solo en pregrado. Ese es un primer nivel en las licenciaturas y en los técnicos superiores. En esa etapa hay que asegurar una profunda formación académica de los contenidos más importantes que les permita responder a los problemas más generales y frecuentes de la profesión en la cual se desempeñarán.

«Y de manera particular está la etapa de preparación para el empleo, en la cual ya el estudiante está ubicado en una entidad laboral y ahí le corresponde darle seguimiento a su empleador, para que conozca los modos de actuación específicos de ese puesto de trabajo. Y después la etapa de formación posgraduada, a partir de las formas académicas de diplomados, cursos, maestrías, doctorados, para con ello lograr una formación más específica de nuestros profesionales», argumentó.

Oportunidades, desafíos y más

En el intercambio de Juventud Rebelde con los estudiantes de diferentes universidades, entre las debilidades que refirieron como tendencia sobre el nuevo plan de estudios están que se unieron asignaturas que antes se impartían en varios semestres y, por eso, en ocasiones sienten que tienen demasiado contenido para asimilar, «nos sobrecargamos», dicen. También reconocían que en no pocas universidades, incluso en las becas, no se cuenta con tecnología y las condiciones para disfrutar de tener la bibliografía de las asignaturas de manera digital, aunque sí reconocen que ello es una ventaja a la hora de estudiar.

Otros hablaron de ventajas también, como los estudiantes de la Universidad de Matanzas Camilo Cienfuegos. José Carlos Águila Pérez y Elías Junco Galindo, estudiantes de 3er. año de Ingeniería Industrial, coinciden en que estuvo bien pensado a la hora de analizar el contexto actual del país, ir rápido a la producción y los servicios y seguir estudiando por el camino.

La Doctora en Ciencias Yanlis Rodríguez Veiguela, viceprimera rectora de la Universidad, que atiende la formación de pregrado en ese centro de altos estudios, subrayó que el objetivo es concebir un profesional de perfil amplio, que pueda tener la capacidad de responder a las demandas del país.

Para ello, precisó, hay que seguir incrementando la articulación entre el pregrado y el posgrado, porque en la formación continua están los cursos, entrenamientos, diplomados, maestrías o doctorados que se le deben facilitar a los egresados.

«También incluye la diferencia de duración de las carreras. En el curso diurno todas tenían cinco años, hoy solo son cuatro, porque se va a lo esencial, lo demás se adquiere en la formación continua. Por eso al egresado se le oferta una amplia propuesta de posgrados, donde podrán profundizar sus conocimientos.

«Otra de las ventajas es la elevación del vínculo entre las carreras y los organismos empleadores, con los niveles deseados que se esperan, priorizando el seguimiento del desempeño de los egresados que debemos tener nosotros como institución de la Educación Superior. También el joven debe gestionar el conocimiento, con el desarrollo del autoaprendizaje, lo cual propicia un concepto de formación integral.

«En general considero que el Plan E ha sido un beneficio para la formación de nuestros estudiantes ya que permite contextualizar esa preparación a las características del territorio matancero con las potencialidades del sector estatal, empresarial y no estatal, a partir de las asignaturas y del currículo optativo electivo que se imparta», subrayó.

De esas ideas está convencida Caridad Maure, quien sorteó exitosamente las adversidades derivadas de la pandemia durante buena parte de su etapa estudiantil en la Universidad de Holguín y resultó la graduada más integral de su carrera, Licenciatura en Educación Especial.

«El Plan E me permitió un mayor vínculo con la práctica preprofesional. Estuve en la escuela Edad de Oro, para infantes con discapacidades visuales y auditivas, luego en el centro de autismo Haydée Santamaría y en el Palacio de Pioneros del municipio de Calixto García, donde profundicé mi vocación y salí mejor preparada», destacó.

Dayán Rodríguez, futuro profesor de Educación Artística, destacó que el nuevo plan le posibilitó adaptarse mejor a la situación excepcional de la Covid-19, «después con la presencialidad ha facilitado los trabajos integradores, dando paso al cierre evaluativo de varias asignaturas.

«En primer año hice dos prácticas en secundarias básicas, que es donde nos enfocaremos al graduarnos. Tenemos la ventaja de trabajar el arte y el extensionismo, que nos liga a acontecimientos de todo tipo en el ámbito universitario, desde la música, la danza o la plástica. Las asignaturas transcurren en horarios flexibles, con contenidos novedosos y atractivos», subrayó.

El Doctor en Ciencias Roberto Pérez, vicerrector de Formación en esa universidad del oriente cubano dijo que, el E se caracteriza por exhibir elementos revolucionadores en la formación profesional. Plantea un currículo base a nivel nacional, pero además uno propio en respuesta a necesidades de cada provincia, y otro optativoelectivo, a solicitud de las universidades. Incluso, en defensas públicas, estudiantes egresados de otros planes expresaron inconformidades y sugerencias para perfeccionarlo, en aras de contextualizarlo y profesionalizarlo».

En ese mismo sentido la joven profesora Hilda Lidia Fuentes, docente en cursos diurnos y por encuentros de las licenciaturas de Educación Especial y Logopedia, significó que se han identificado los currículos necesarios, mientras que en planes anteriores no teníamos esa posibilidad, porque venían diseñados. Esto ha tenido una gran aceptación en el estudiantado, que se prepara en lo que realmente necesita para su posterior desempeño profesional».

No son justificaciones

«Creo que un papel importante en la puesta en marcha de un nuevo plan de estudios está en las comisiones nacionales de carreras, los colectivos de carreras en cada universidad y también los colectivos de año académico, porque ahí participan nuestros estudiantes y tenemos que escuchar sus opiniones, porque ellos son los que reciben los conocimientos», significó la Directora de Formación de Profesionales de Pregrado del MES.

Con el nuevo plan de estudios se busca reforzar más las asignaturas. Foto: Roberto Suárez

Añadió que no es que no se haga, pero hay que estimular ese intercambio con los estudiantes en todos los espacios. «No solo en el aula, sino en la residencia estudiantil, en el autoestudio independiente, donde hacen la práctica laboral, en todos los momentos donde se están formando como profesionales», subrayó.

Sin ánimo de justificar lo ocurrido en esta etapa, Fraga Cedré detalló que el Plan E inició con 32 carreras pedagógicas más Cultura Física, Turismo y algunas más en el curso 2016-2017. Los primeros graduados correspondían al curso 2019-2020. Para nadie es un secreto que debido a la pandemia hubo que hacer ajustes para la culminación de estudios de esos alumnos y cambiar mucho de lo que estaba normado.

«Por lo tanto podemos decir que todas las carreras han tenido una afectación en su ejecución. No se han llevado a la práctica sin modificaciones, sin alteraciones. No es lo mismo la modalidad presencial que a distancia, la cual tuvimos que aplicar a partir de la pandemia. Los estudiantes que comenzaron sus estudios universitarios en los años 2017, 2018, 2019 y 2020 han estado afectados por esa situación epidemiológica y también se afectó la ejecución del nuevo plan de estudios.

«Pienso que el E es perfectible, y si es preciso hacer otro lo haremos, pero debo aclarar que ese instrumento no es algo que se pueda cambiar a la ligera, es imposible desde la ciencia concebir uno nuevo en poco tiempo, pero vamos a seguirlo evaluando y corrigiendo lo que sea necesario», precisó.

Fraga Cedré puntualizó que, cada vez que transcurre un corte —estudiantes que cursan toda la carrera con un determinado plan— se realiza un proceso de evaluación curricular, donde se valoran fortalezas, debilidades, se proponen y se aprueban cambios, modificaciones, «porque no son estáticos, la fortaleza es justamente que pueden flexibilizarse los contenidos, los modos y esferas de actuación. En ese momento estamos ahora.

«Como es natural quedan carencias debido a la irregularidad en la que hemos desarrollado los últimos cursos académicos, pero a lo largo de la formación profesional se pueden ir solucionando. Creo que ese es el mayor reto que tenemos las universidades, las entidades que reciben a los graduados y de nuevo la universidad en su etapa de formación de posgrado.

«La comunidad universitaria ha vivido momentos duros, pero se fortaleció ante la pandemia y ahora ante la situación económica del país con carencias y dificultades agravadas. Pienso que hay que darle un tiempo al Plan de Estudios E. Si lo podemos mejorar, perfeccionar, para tener un mejor graduado, de más calidad, con mayor pertinencia para resolver los problemas económicos y con una formación, se harán los cambios, porque un profesional más integral es lo que queremos todos», afirmó.

La autopreparación es vital

Desde el Ministerio de Educación Superior (MES), Reynaldo Velázquez Zaldívar, director general de Pregrado, aclara que hasta el momento solo se puede hablar de aciertos sobre el Plan E, pues aún no se ha podido evaluar su implementación en la práctica.

Y es que no tenemos hoy ninguna carrera que haya transcurrido con sus cuatro años en condiciones normales. Lo que sí podemos asegurar, agregó, son las ventajas que ofrece, pues existe mayor flexibilización para el estudiante que tributa a un vínculo superior con la práctica laboral.

Además, Velázquez Zaldívar recuerda que la autopreparación resulta ahora vital, pero constituye algo que todavía no se logra de manera efectiva en nuestras universidades; que quedó demostrado en la propia etapa de pandemia», concluyó.

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