Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Los disparos habían revelado prematuramente el ataque

Juventud Rebelde reproduce la sección Anecdotario, que publicó en julio de 1983 como recordación del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos M. de Céspedes

 

Autor:

Juventud Rebelde

Los problemas de la República solo tienen solución si nos dedicamos a luchar por ella con la misma energía, honradez y patriotismo que invirtieron nuestros libertadores en crearla.

Fidel. La historia me absolverá

Hermoso es, de pie en la tumba de los padres caídos, ver a los hijos seguir, con la verdad de sus cenizas, el camino por donde llegarán más pronto al triunfo los que por el sacrificio de los padres lo conocen mejor.

José Martí

…Mientras tanto, soldados medio vestidos, pero en gran número, surgían de todas partes con el Springfield en la mano. El tiroteo era muy intenso, y Montané se dio claramente cuenta de que el golpe estaba fracasado y que nadie les había seguido en el cuartel. «Nos van a cercar», le dijo a Pepe Suárez. «Vámonos de aquí». Pepe afirmó con la cabeza y llamó a Ramiro.

La posta 3 estaba barrida por un tiroteo violento que procedía de las terrazas del cuartel, pero Montané comprendió que pasando lo más cerca posible del blocao de la izquierda, se aprovecharía del ángulo muerto. Cruzó de un salto la calle, y se acostó detrás del murito de una casa. Ramiro y Pepe saltaron a su vez.

Fidel hizo un gesto y se puso la palma de la mano sobre la oreja. El disparo hecho por Israel Tápanes le había ensordecido. En ese instante, el timbre de alarma comenzó a sonar.

Los disparos del auto No. 3 habían revelado prematuramente el ataque, cuando los asaltantes se encontraban aún fuera del cuartel y la inmovilización del auto de Fidel, a consecuencia del choque contra el contén, tuvo una consecuencia más desastrosa aún para el éxito de la hazaña. Se recordará que los autos que le seguían habían recibido la orden de detenerse cuando el de Fidel lo hiciera, y los combatientes, salir y asaltar los edificios que se encontrasen a su izquierda. Viendo a Fidel salir de su automóvil, y no conociendo los lugares, saltaron fuera de los autos e invadieron las casas que se encontraban a su izquierda, especialmente el hospital militar, del cual Ciro Redondo y Guillermo Elizalde forzaron la puerta.

(Relatos. Compilación del Centro de Estudios de Historia Militar de las FAR. Tomo II, El Moncada: La Acción).

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