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La Revolución no deja a nadie atrás

Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, al participar este martes en los debates de la Comisión de Atención a la Juventud, Niñez y Derechos de Igualdad de la Mujer del Parlamento, aseguró que «no se defiende a la Revolución cuando ocultamos los problemas que tenemos»

Autor:

Yuniel Labacena Romero

«La Revolución no tiene que sentir vergüenza de los problemas, porque la Revolución ha demostrado fehacientemente que tiene toda una vocación humanista para enfrentar y resolver los problemas, pero los resolvemos bien cuando los enfrentamos. Y para enfrentarlos y resolverlos, o atenderlos, hay que reconocerlos», aseguró este martes Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República.

Lo hizo al compartir con los diputados de la Comisión de Atención a la Juventud, Niñez y Derechos de Igualdad de la Mujer del Parlamento, su insatis-
facción con lo sucedido en la jornada del lunes en una sesión de la propia Comisión —donde de conjunto con la de Atención a los Órganos del Poder Popular—, analizaron las acciones de las políticas sociales y programas aprobados en Cuba, para garantizar la protección a personas, familias, hogares y comunidades en situación de vulnerabilidad.

«Se estaban analizando las problemáticas de cómo atender mejor un fenómeno real y nunca querido para nuestra sociedad, que es la existencia de determinadas expresiones de vulnerabilidad, de personas con comportamiento deambulante; pero que, a fin de cuentas, son expresiones que nos han conducido a determinadas desigualdades sociales y problemáticas que tenemos en nuestra sociedad», señaló.

El Jefe de Estado dejó claro que no sería honesto si no compartía «con ustedes los criterios que tengo sobre lo expresado en este escenario respecto a esas problemáticas, pues es muy contraproducente que se den criterios como ese, precisamente en una sesión de dos comisiones de la Asamblea Nacional donde se están reuniendo para reconocer que existen esos problemas, y además porque están reconociendo que hay un proyecto, que hay un programa, que hay una atención desde el Gobierno».

Precisamente, el objetivo general número siete del Programa de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía, como dijo el Presidente cubano, tiene el propósito de consolidar y desarrollar las políticas sociales, garantizando la protección de las personas, familias, hogares y comunidades en situación de vulnerabilidad, lo cual le concede un marcado vínculo con lo social.

«Recordemos que Fidel siempre defendió que el tema no era crecimiento económico. Crecimiento económico puede tener cualquier sociedad, cualquier país, y en Cuba, el tema es que el crecimiento económico está asociado a desarrollo social, si no, no tiene sentido para nosotros el crecimiento económico, lo cual tiene que ver mucho con la manera en que redistribuyamos socialmente la riqueza que entre todos construimos.

«Si estamos reconociendo que existe ese problema, que hay una atención a él, no se puede denigrar a las figuras que están involucradas en ese tema que estamos reconociendo, porque entonces lo que se expresa es un desconocimiento de la realidad que está viviendo el país; yo diría que puede ser una expresión de un abordaje superficial de una realidad y de un tratamiento o de una atención que se ha proyectado hacia esos problemas», aseveró.

En su profunda intervención, el mandatario habló también de problemas que se han agudizado en nuestra sociedad y reconoció que «a veces la gente dice que se empiezan a ver cosas que no existían; sí existían, y han existido en otro momento, lo que pasa es que estamos en una crisis tan profunda, que ahora las cosas también tienen otras dimensiones».

Añadió que son múltiples las causas que provocan esa realidad y abarcan ámbitos tanto económicos como sociales. A ello, apuntó, se unen problemas de ruptura de valores en determinados sectores de la sociedad y determinadas problemáticas familiares, pero «no puede negarse que sí ha existido una mirada hacia eso, que se ha reconocido el problema, que no se niega la existencia, y que hay proyecciones que incluso están reconocidas en los documentos y programas rectores de nuestra sociedad».

Y sobre la manera en que se actúa en Cuba respecto a esas realidades, acentuó que tiene que ver con la «vocación humanista de la Revolución, hay una vocación humanista que nos lleva a decir: sí, esas son problemáticas que hay en nuestra sociedad, son nuestros problemas, son nuestros deambulantes o nuestras deambulantes, son nuestras personas en situaciones de vulnerabilidad, nuestras familias en situaciones de vulnerabilidad y nuestras comunidades en situaciones de vulnerabilidad, son las nuestras, y las tenemos que resolver nosotros.

«Las tenemos que atender desde el Partido, porque un Partido único, en una Revolución socialista, condicionado por razones históricas, es el Partido de todas las cubanas y de todos los cubanos, y trabajamos para atender todos los problemas, y así trabajan también los órganos del Poder Popular, porque es el poder del pueblo, y estamos trabajando para ese pueblo», puntualizó.

En tal sentido, expresó, que urge concientizar la responsabilidad que «tenemos todos como servidores públicos, y aquí estamos hablando entre diputados, que somos representantes de la población. Ninguno de nosotros puede actuar con soberbia, con prepotencia, desconectado de las realidades que vivimos; nosotros tenemos que actuar con sensibilidad, con seriedad al abordar las problemáticas que existen, con humanismo, y desde la participación tenemos que promover la unidad».

Sobre esa vocación humanista, expresó que la tenemos que «demostrar con apoyo, con ayuda, con solidaridad a los que están en algún tipo de desventaja, a los que están en alguna situación de vulnerabilidad; con amabilidad, con humildad, con respeto, con calidez humana, y todo eso, abordarlo desde un sentido ético, desde un sentido de comportamiento educado, de comportamiento decente».

También habló de «la sensibilidad por los problemas de nuestra gente», una cualidad que debe distinguir a los cuadros y a todo lo que hacemos. «Si no hay sensibilidad, si no te vibra el corazón con los problemas que tenemos, no encuentras energía para enfrentar los problemas, y mucho menos en condiciones tan adversas, en condiciones tan duras, donde todos los días hay que estar librando una batalla contra el recru-
decimiento del bloqueo y también contra el odio con que nos tratan y contra el desprecio con que nos tratan».

Hemos reconocido, expresó, que la agudización de esas problemáticas sociales tiene que ver con la
crisis económica que genera una afectación también en lo social, debido al recrudecimiento de las medidas del bloqueo. Las acciones que se llevan a cabo desde el Gobierno estadounidense tienen el propósito tenaz de asfixiarnos económicamente y con la asfixia económica, buscar el estallido social, buscar la ruptura, buscar la desunión y la caída de la Revolución, apuntó.

El Presidente cubano se refirió a la implementación del Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres, al Programa contra la discriminación, a la discusión que se hará en la sesión plenaria de la Asamblea Nacional sobre el proyecto de ley Código de la Niñez, Adolescencias y Juventudes, de temas como el cuidado integral de la vida, el tratamiento a los desvinculados del estudio y el trabajo, así como la existencia de más de 30 programas sociales dirigidos a diversas vulnerabilidades, una clara demostración de que «la Revolución no está detenida en la atención a los problemas sociales.

«Eso demuestra voluntad política, sensibilidad; hay voluntad política y hay voluntad gubernamental, y aquí las acciones políticas y las del Gobierno están unidas», señaló Díaz-Canel, quien agregó que nosotros tenemos que seguir ratificando que la Revolución no deja a nadie atrás, y que el pueblo y su
bienestar son nuestra principal divisa y responsabilidad, lo cual está asociado con esa voluntad política y humanista del Gobierno de la que estamos hablando.

«Desde esta Asamblea, desde este trabajo en comisión, se demuestra que hay una prioridad por superar el difícil momento que vivimos en el país, con inteligencia y creatividad colectiva. Y eso es lo que le da legitimidad a esta Asamblea, porque esta es una Asamblea del pueblo, es una Asamblea que representa al pueblo y es una Asamblea que constantemente está alimentando el alma de la nación.

«Y alimentamos el alma de la nación cuando con valentía reconocemos los problemas que tenemos y con valentía nos proponemos superarlos, y construimos entre todos políticas públicas, estrategias para superar esos problemas. Creo que todo ese afán, esa voluntad, ese anhelo por multiplicar la felicidad de nuestro pueblo, nos conduce también al camino de la prosperidad que merece nuestro pueblo, que es el sentido de nuestras vidas, de lo que hacemos».

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