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El Taller Experimental de Gráfica de La Habana celebra sus 60 años

La exposición personal de Norberto Marrero y la presentación del libro de Julien Gil Vega, debutaron esta tarde en homenaje al sexagésimo aniversario del Taller Experimental de Gráfica de La Habana

El Taller Experimental de Gráfica de La Habana, centro que ha formado los grandes talentos en la esfera del grabado en la Isla y que este año se encuentra celebrando sus seis décadas, acogió en la tarde del viernes 2 de septiembre dos de los nuevos trabajos de artistas cubanos del calibre de Norberto Marrero y Julien Gil Vega.

La institución forjadora de generaciones de grabadores adornó sus blancas paredes con la colorida exposición Páginas Escogidas del artista cubano de la plástica Norberto Marrero.

Esta pieza artística conformada por varias obras de madera grabada y policromada, xilografías, linografías y collagrafías hizo su debut a las tres de la tarde del pasado viernes y clausurará el próximo 3 de octubre.

Su autor declara que «la exposición tiene dos partes fundamentales, la primera en madera policromada y la segunda son xilografías y libros arte que hago hace algún tiempo con la técnica del grabado. Gran parte de esta exhibición fue realizada durante la pandemia. De los libros de arte que se muestran, dos de ellos tienen abordan la COVID-19.

«El tema de la muestra es característico de mi trabajo. Son tópicos que giran en torno al poder, al género, a lo erótico y lo grotesco. Algo novedoso en este discurso es la inclusión de la palabra escrita mediante poemas de mi autoría. Trato de tener en una misma pieza la imagen y el texto, este último no como ilustración de la anterior, sino como una imagen más. Las personas van a poder leer de manera seccionada o fragmentada; y ese es el objetivo de la obra», afirmó Marrero.

Otra de las actividades que dieron vida y alegría al taller de seis décadas de fundado fue la presentación del libro Tinta adentro del artífice de la plástica Julien Gil Vega.

«Comencé el libro hace dos años durante la situación epidemiológica en la que se encontraba Cuba en medio de la pandemia. En él colaboramos varios trabajadores del Taller Experimental de Gráfica. El tema principal es básicamente este lugar; pues de cierta forma es lo que nos da vida a nosotros los grabadores. El libro aborda el trabajo de equipo que se lleva a cabo en este sitio. Algunos compañeros se encontraban de viaje, entonces me encargué del diseño y de juntar las piezas», expuso Gil Vega.

El creador señala que «fue un trabajo difícil por la escasez, pero se demostró que con la ayuda colectiva se puede lograr el fin deseado. Todas son técnicas tradicionales de grabado básicamente en madera, hay dos litografías y una serigrafía. Esta última se hizo en colaboración con el Taller de Serigrafía René Portocarrero».

Esta primera edición fue limitada con 20 ejemplares, sin embargo, el graduado de la Escuela de Bellas Artes San Alejandro, tiene entre sus metas cercanas hacer una segunda tirada con mayor número de facsímiles, al comprobarse la buena aceptación de los públicos.

La muestra de grabados estuvo compuesta en su mayoría por libros arte, xilografías y linografías. Foto: Daniela Fernanda García González

Los grabados en Cuba tienen sus orígenes en el siglo XVIII. Aunque en sus inicios se realizaba empíricamente y con fines comerciales y religiosos, luego del triunfo revolucionario en 1959 se introduce como una enseñanza más del sistema de educación artística.

El Taller Experimental de Gráfica de La Habana, situado en el Callejón del Chorro del emblemático municipio capitalino de La Habana Vieja y fundado el 30 de julio de 1962, ha desempeñado un papel primordial en la preparación de profesionales altamente calificados en este sector.

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