En la Knesset, Netanyahu aplaude sus crímenes. Autor: AFP Publicado: 24/07/2025 | 04:10 pm
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, frustró este jueves otra oportunidad de poner en vigor un cese del fuego que frene la catástrofe humanitaria que ha generado su guerra genocida en Gaza.
El gobernante sionista declaró que el equipo negociador israelí abandonará Qatar «tras la respuesta de Hamás esta mañana».
El Foro de Rehenes y Familias Desaparecidas respondió que «es imperdonable perder otra oportunidad de devolver a todos los rehenes. Esto constituiría otro fracaso moral, de seguridad y político».
Más tarde el jueves, una fuente palestina declaró al diario israelí Haaretz que las conversaciones de alto el fuego probablemente continuarán y que Qatar sabía que Israel retiraría a su delegación.
Hasta ahora todos los llamados a un «cese del fuego inmediato y permanente» se los llevó el viento. O, los dejó sin efecto el voto negativo de Estados Unidos —el poder de veto— en el Consejo de Seguridad de la ONU, incluso frente a la abrumadora mayoría de los 192 miembros de la Asamblea General.
Una burla al supuesto órgano rector del supuesto «orden basado en reglas», dónde precisamente Washington consiguió una exigua mayoría para aprobar la partición de Palestina y la creación del Estado de Israel, en 1948, cuando el organismo mundial reunía poco más de medio centenar de países. Desde entonces, la Casa Blanca jamás volvió a concederle semejante poder a la Asamblea de la ONU, a pesar de su alta representatividad.
También fue reacio al movimiento de descolonización y la admisión de los movimientos de liberación nacional y su derecho a la Resistencia por todos los medios a su alcance para lograr la independencia de sus pueblos. Al contrario, les colgaba el cartel de «terroristas», mientras Washington apoyaba dictaduras militares en América Latina e imponía regímenes obedientes a sus intereses en África y Asia, como en Vietnam o Irán.
Washington, al igual que las potencias coloniales de Europa como Gran Bretaña y Francia consintió y apoyó la incursión ilegal de las bandas armadas de sionistas europeos que aterrorizaban a la población palestina desde principios del siglo XX, para expulsarlos de sus ancestrales tierras nativas.
Bajo ese mismo amparo imperial, gobiernos sionistas implantaron en Gaza y Cisjordania una ilegal ocupación militar —como lo determinó la Resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU, de 1967—, que desde entonces configura un régimen de apartheid, descrito así con todas sus letras por el difunto presidente de Estados Unidos Jimmy Carter.
Un genocidio que no cesa
Hoy, la presión de la opinión pública mundial, el apoyo a la Resistencia Palestina y la incapacidad del gobierno de Benjamín Netanyahu de conseguir su objetivo de rendición incondicional después de más de 21 meses de guerra genocida, se abría otra aparente posibilidad de detener la crisis humanitaria provocada en Gaza.
La mirada de esperanza estaba centrada este jueves en Roma. Según informes, el enviado estadounidense para Oriente Medio, Steve Witkoff, se reuniría en la capital italiana con negociadores israelíes y cataríes.
A primera hora de la mañana del jueves, el Movimiento de Resistencia Palestino Hamás confirmó que había presentado su respuesta al acuerdo propuesto de alto el fuego e intercambio de prisioneros.
En una breve nota oficial publicada en Telegram, Hamás afirmó que comunicó su postura, junto con la de otras facciones palestinas, a los mediadores. El contenido de la respuesta no fue revelado.
Por su parte, la oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, anunció que estaban revisando la respuesta de Hamás.
El anuncio extremo de Netanyahu, tiene lugar mientras aumentan la presión diplomática y la fatiga militar de Israel en medio de la guerra respaldada por Estados Unidos que está provocando una catastrófica situación humanitaria, sobre la que —tarde o temprano— ambos aliados tendrán que rendir cuentas.
La portavoz del Departamento de Estado de EE. UU. aseguró que Israel estaba colaborando con mediadores regionales, como Qatar y Egipto, para intentar alcanzar un acuerdo que pusiera fin a la guerra y facilite la entrada de ayuda humanitaria a Gaza. Hasta señaló que se habían logrado avances tangibles en las negociaciones.
En esta propia jornada se supo que un representante de familias de los cautivos israelíes detenidos en Gazaentró en contacto con Hamás para preguntar sobre el destino de las estancadas conversaciones de alto el fuego.
Según el diario británico Middle East Eye, el contacto con Hamás ocurrió después de que las familias de los cautivos temieran que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, estuviera tratando de torpedear un posible acuerdo. Como efectivamente acaba de ocurrir.
Una figura importante de Hamás le dijo al representante que transmitiera a las familias que era «serio» alcanzar un acuerdo para poner fin a la guerra y liberar a los cautivos, pero que estaban enfrentando «posiciones israelíes intransigentes».
A pesar de que según un informe de la Corporación de Radiodifusión Israelí (KAN), Netanyahu podría intentar poner fin a la guerra durante el período de alto el fuego y fuentes de seguridad dijeron a la emisora que un factor detrás de este cambio es la creciente erosión de la capacidad operativa del ejército israelí en Gaza, Netanyahu ha dado marchar atrás.
Se dijo al respecto que el jefe del Estado Mayor israelí, Eyal Zamir, informó a Netanyahu sobre el deterioro de la situación militar sobre el terreno, una realidad que el primer ministro «no puede ignorar», especialmente a la luz de la creciente fatiga pública con la guerra.
Desde el 6 de julio, se llevan a cabo estas negociaciones indirectas entre Hamás e Israel en Doha, con la mediación de Egipto y Qatar y una participación clave de Estados Unidos.
Las conversaciones se centraban en un alto el fuego de 60 días, durante el cual se negociaría el fin permanente de la guerra y un intercambio de prisioneros.
Sin embargo, según Palestine Chronicle, siguen existiendo lagunas importantes, en particular sobre el alcance de la retirada israelí de Gaza y el número y las categorías de detenidos palestinos que serán liberados.
Los medios israelíes estiman que aproximadamente 50 israelíes cautivos permanecen en Gaza, y se cree que unos 20 siguen con vida. Mientras tanto, Israel mantiene a más de 10.800 prisioneros palestinos, muchos de los cuales sufren tortura, inanición y descuido médico durante su detención, según organizaciones de derechos humanos e informes de prensa.
La guerra de exterminio de Israel en Gaza, respaldada por Estados Unidos, ha matado o herido a más de 202 000 palestinos, la mayoría mujeres y niños, ha dejado a más de 14 000 desaparecidos y desplazado a cientos de miles. La hambruna provocada por Israel, que afecta a más de dos millones de palestinos sigue sumando víctimas a diario, cebándose fundamentalmente en los niños, mientras el resto sobrevive al borde de la muerte.
Entretanto, la Knesset (Parlamento) de Israel aprobó el miércoles una moción que pide la anexión de Cisjordania ocupada, el último paso en una campaña en curso para fortalecer el control de Israel sobre el territorio palestino ocupado. Netanyahu aplaude y sigue siendo el ejecutor principal, pero no el único, del peor y más cruel crimen de lo que va del siglo XXI.