Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

El Tambor y una fiesta necesaria

La cita musical concluyó su 20ma. edición revalidando su pertinencia dentro del panorama cultural cubano

Autor:

Sergio Félix González Murguía

Cuando el domingo 5 de marzo se escucharon las últimas notas de la 20ma. edición de la Fiesta del Tambor Guillermo Barreto in memoriam, se nos confirmaba, un año más, la certeza que creadores y públicos hemos compartido durante poco más de dos décadas: la Fiesta del Tambor es una celebración necesaria dentro del panorama cultural cubano.

Días después de concluida la gran fiesta musical, pareciera que las calles habaneras continúan vibrando con las sonoridades percutivas y el vaivén rellolo de una cita que apela a lo más genuino de nuestras tradiciones culturales, desde la música, a la danza, pasando por elementos de los más profundos de nuestro acervo religioso y afrocubano.

Dedicada al legado que dejaron para generaciones de rumberos, Lázaro Ross y José Luis Quintana Changuito, la Fiesta del Tambor regresó con su habitual y variada propuesta competitiva en géneros como el casino, la rumba e instrumentos como la batería, el timbal y las congas.

En cada jornada, los concursos reunieron a un nutrido grupo de jóvenes estudiantes de escuelas de arte y profesionales de la música, quiénes se probaron ante los jurados, demostrando que existe un futuro prometedor para nuestras tradiciones musicales y danzarías, si se les presta la debida atención y son estimuladas con certámenes de este tipo.

Cada ciclo competitivo constituyó una oportunidad educativa en toda regla, en la que los menos expertos se nutrieron de la destreza de los más aventajados. Los certámenes estuvieron precedidos por clases magistrales impartidas por auténticas joyas de la cultura cubana de estos tiempos, desde el baterista Oliver Valdés, el multinstrumentista Alain Pérez, hasta los folcloristas Jennyselt Galata y Oddebí García Fabars.

Sin duda, la Fiesta del Tambor trasciende el carácter lúdico para convertirse en un espacio formativo, también en cada noche de presentaciones, donde Giraldo Piloto, presidente y promotor del evento, hizo hincapié en que los estudiantes de escuelas de arte pudieran asistir y ver en vivo a las orquestas y agrupaciones folclóricas y es que, ¿puede un futuro músico, bailador o creador ser un gran artista sin haber bebido directamente de los referentes de su tiempo? Considero que no se transmitiría el legado cultural de la misma forma. Por ello debemos aplaudir los propósitos que lo hagan posible.

Transmitir el legado de generaciones de excelentes rumberos y creadores de las tradiciones afrocubanas es tarea de quienes son generaciones puente hoy, conectando los clásicos con los talentos en ciernes. No debe perderse de vista, que la Fiesta del Tambor Guillermo Barreto in memoriam, como bien lo ha expresado en distintos espacios Giraldo Piloto, es una plataforma para la promoción, puesta en valor  y el disfrute de los nuevos talentos y valores de la percusión y los elementos afrocubanos en sus más diversas formas.

A la altura de la edición 20, el evento no ha dejado de lidiar con escollos que limitaron su alcance, pese a que no dejó de ocupar plazas importantes de la música popular. La Fiesta salió de los teatros para transitar por las calles habaneras, llegar a los barrios y hacer vibrar a la gente, la misma gente que ha hecho suyos los géneros afrocubanos y los engrandece en el día a día.

Los Tambores de Bejucal tomaron casi por asalto la avenida Obispo, durante una tarde de sábado, cambiando la dinámica de una de las arterias más populosas de la capital cubana, en una tarde de alegría y sorpresa para los transeúntes. Hasta la Casa de la Cultura de Centro Habana llegaron artistas nacionales y extranjeros, así como a barrios de Regla y Habana del Este llegaron otras agrupaciones que pusieron a gozar a sus habitantes, como Rumbatá, Obiní Batá y Chispa y los Cómplices.

No faltó la noche rumbera en el Salón Rosado de la Tropical, donde se reunieron varias de las principales agrupaciones promotoras del género y la presencia de orquestas como Alexander Abreu y Havana D’ Primera, Alain Pérez, Eduardo Ramos y Más con Menos. Pese a enfrentar difíciles circunstancias no decayó el carácter festivo de la celebración musical. Requerirá de mayores y coordinados esfuerzos, sin duda, para hacer de la Fiesta del Tambor una propuesta más brillante, como lo ha sido en ediciones anteriores. Nos toca a todos, creadores y públicos, defender una cita tan necesaria para nuestra cultura.

Festival del Tambor 2023. Competencias de percusión en el Salón Rosado de La Tropical

Festival del Tambor 2023. Desfile de comparsa en la Calle Obispo. Tambores de Bejucal. Fotos: Ariadne Prado Cabalé

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