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Jorge García (izquierda) pretende conseguir la décima corona para los Búfalos. Autor: Periódico Invasor Publicado: 18/05/2022 | 09:04 pm
Los Búfalos de Ciego de Ávila supieron mantenerse invencibles durante toda la primera vuelta de la Liga Superior de Baloncesto y en la primera subserie de la fase actual. En total, fueron 16 partidos consecutivos sin perder, hasta que los Halcones de Santiago de Cuba les asestaron su primera derrota, el jueves pasado, con marcador de 86-62.
El lunes, los nueve veces monarcas de Cuba, en su tabloncillo de la sala polivalente Giraldo Córdova Cardín, se impusieron a Villa Clara, 90-65, y obtuvieron el primer boleto para los playoffs. Un grupo de experimentados jugadores, casi todos con presencia, al menos una vez, en la selección nacional, como Yoan Luis Haití, Yasser Rodríguez, William Granda, Vanier Reyes y el refuerzo agramontino Yordanis Jaca, ha guiado a la manada a un desempeño plausible de 18 triunfos y apenas dos fracasos.
Si muchos ubican al plantel avileño como uno de los posibles finalistas, cuando ni siquiera ha concluido la etapa regular, también se debe a la acertada labor del técnico debutante Jorge García Quintero. Juventud Rebelde conversó con él luego de finalizar un compromiso.
—Parte del éxito que hoy vemos en los Búfalos se debe a la seriedad y el rigor con que asumieron la pretemporada…
—El trabajo de nosotros ha sido muy arduo, comenzó trece semanas antes de empezar la liga. Incluso, puedo decirte que durante una etapa fuerte de la pandemia no dejamos de prepararnos, las autoridades nos ayudaron en eso. Como muchos saben, tenemos algunos atletas alrededor de los 40 años. No es una liga larga, pero tampoco llega a ser corta, por lo que si les damos a ellos rotaciones largas en 28 juegos casi seguidos, no deben llegar en buena forma al final del certamen.
«Contamos con suplentes que bien pueden cumplir con sus funciones y así veteranos como Haití, Granda y Vanier pueden descansar. Eso es muy necesario para el equipo, porque nos permite que los más experimentados enfrenten en buenas condiciones la semifinal y la discusión del título. Debo agradecer a nuestro preparador físico Jesús Martos, quien era el director técnico de nosotros varias temporadas atrás».
—Varios de tus principales efectivos han demostrado que la edad no es una dificultad cuando el nivel y la maña se mantienen.
—Aquí existe el prejuicio de que cuando un jugador rebasa los 30 años no es valioso y hay que desecharlo. Yo soy del criterio de que cuando un basquetbolista esté físicamente bien y sea efectivo en la cancha, tenga la edad que tenga, hay que contar con él. Gracias a los más experimentados, en gran medida, es que se pudo mantener el invicto durante muchos juegos, además de que son importantísimos en los finales de los partidos.
—¿Cómo surgió la oportunidad de dirigir a los Búfalos?
—Yo siempre fui entrenador del equipo femenino de Ciego de Ávila, con el que trabajé durante 15 años y tenía en planes continuar. Pero varios atletas me pidieron para que los dirigiera, pues se iban a retirar y el baloncesto no estaba pasando por un buen momento en la provincia, por lo que acepté esta oportunidad novedosa para mí. A veces estoy un poco nervioso en el banquillo, inquieto, pero eso forma parte del proceso.
—Jorge, has tenido un estreno fabuloso. Tu equipo es líder, permaneció invicto en 16 choques, clasificó a los playoffs y a ti te convocaron a dirigir en el Juego de Estrellas.
—Sí, como bien dices, mejor debut imposible. Mi elección como técnico del elenco Orientales al Juego de Estrellas se la debo a mis jugadores. También, gracias a ellos, Ciego de Ávila pudo ser sede de ese encuentro.
—En un futuro cercano, de continuar con buenos resultados como entrenador, tal vez podrías ser llamado a conformar el cuerpo técnico de la selección nacional.
—Ese es el sueño de todo entrenador, pero es una decisión que está en manos de la Comisión Nacional. Claro que me gustaría. Tenemos otros coaches muy capaces, uno de ellos es el de Capitalinos, Reinier Muñiz, con buenas ideas. Es un momento oportuno para darles un espacio a los técnicos jóvenes.
—Me comentabas sobre la grata noticia de tener a Daniel Scott apoyándolos. Él tiene mucho mérito en varios de los títulos de Ciego en la LSB.
—Él fue un maestro en Ciego de Ávila. Cuando nadie quería dirigir aquella generación de los Búfalos, que fuimos varias veces campeones, él asumió. Nos enseñó mucho y buena parte de esos conocimientos que adquirí de él, los he puesto en práctica como entrenador. Los Búfalos le deben mucho a Daniel.
