¿Se imagina estar caminando, al filo de las dos de la mañana, por un parque habanero envuelto en penumbras que un pobre farol no alcanza a rasgar, y de pronto sentir a sus espaldas el carnegallinesco aullido de un lobo?
Hace algunas semanas, cuando el tema estaba muy fresco, conversábamos una colega y yo sobre la historia de la «gordita» británica Susan Boyle, una humilde mujer con estampa de ama de casa que se presentó como concursante en el programa Britain’s Got Talent, quien al terminar su exposición sobre el escenario, dejó boquiabiertos a un público y un jurado siempre listos para la ironía y el escepticismo.
Lo meditaba a propósito de un encuentro nacional de estudiantes de Periodismo promovido por la universidad holguinera; un ...
Quizá a usted como a mí le acompañe la recurrente tentación de hurgar en los valores esenciales que moldean el comportamiento de muchas personas. Tal vez porque no siempre encontramos una explicación lógica y mucho menos la correspondencia justa entre el decir y el hacer de aquellos llamados a conducir la barca que surca el mar del día a día.
Los productos de evasión triunfan en tiempos de crisis. Ni mero aserto sin sostén, ni lugar común al uso: ya fue visto durante la Gran Depresión del 29, y ahora se confirma en la que envuelve al mundo hoy día.
¿Cuánto la vida dura? /Acaso el ínfimo temblor de una piedra,/el preludio frágil antes del estruendo,/ que tornará la sombra enemiga en perpetuo viaje.
Una escalera grande y otra chiquita no resultan eficaces para acceder a la educación superior, comenta en broma un amigo colombiano cuando parafrasea la popular canción, al referir el panorama escolar de su país. Ni una nave espacial sería suficiente —agrego yo— si valoramos la problemática a nivel regional, cuando en América Latina y el Caribe aún se reportan más de 38 millones de analfabetos.