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Diario de El Paso: María Elvira, la Diva de la Tarde

El Departamento de Justicia presentó como testigo a la periodista María Elvira Salazar, quien, sin embargo, terminó testificando a favor de Luis Posada Carriles. La fiscalía quiso que el jurado viera una entrevista que le hizo esa corresponsal a Posada Carriles, porque  corrobora la responsabilidad de la cadena de bombas que estallaron en La Habana en 1997 y se atribuyen al ex agente de la CIA

Autores:

Juventud Rebelde
José Pertierra

Marzo 8, de 2011. El Paso, TX.- Este martes el Departamento de Justicia presentó como testigo a la periodista María Elvira Salazar, quien, sin embargo, terminó testificando a favor de Luis Posada Carriles. La fiscalía quiso que el jurado viera un video de una entrevista que le hizo la corresponsal de la televisión de Miami a Posada Carriles, porque supuestamente corrobora la responsabilidad de la cadena de bombas que estallaron en La Habana en 1997 y se atribuyen al ex agente de la CIA.

La Diva

María Elvira, como la conocen en Miami, tomó el estrado con una bufanda roja que contrastaba con un elegante contraste a su traje azul. Aunque confesó en una entrevista que le hubiese gustado ser misionera, es presentada en MEGATV de Miami como una “las divas de la tarde”.

La testigo contó que nació en Miami y se considera una cubanoamericana. Ha sido corresponsal desde 1984 y ahora trabaja para MEGA Televisión. Tiene un programa de una hora, de lunes a viernes, sobre asuntos de interés para la comunidad. “Soy una corresponsal muy respetada en el área del sur de la Florida, especialmente entre cubanos, venezolanos y mexicanos”, dijo Salazar.

El año pasado le contó al Nuevo Herald: “Soy como Oprah (una estrella de la televisión estadounidense). La producción independiente me permite elegir quién trabaja conmigo y cuánto gana esa persona. Como manejo el presupuesto, puedo decidir si quiero comprar un video de Fidel Castro en calzoncillos”.

La entrevista

Hoy en El Paso declaró que conoció a Luis Posada Carriles en 1998, cuando lo entrevistó para la cadena de televisión Telemundo. La entrevista duró un día, dijo Salazar, “aunque la trasmitimos al aire en tres segmentos en días consecutivos”. Reveló: “Quería entrevistar a Posada Carriles para aumentar el índice de audiencia de mi programa”.

El fiscal Timothy J. Reardon le mostró una copia de una trascripción y otra de un video. “Es la trascripción de la entrevista, mi cinta, mi voz y la voz del Señor Posada”, declaró Salazar. Su declaración fue suficiente para que la Jueza Kathleen Cardone aceptara la cinta y la trascripción como evidencia en este caso.

Después de una breve conferencia privada (sidebar) entre los abogados, los fiscales y la jueza, se determinó que la mejor manera de proceder con la evidencia era simplemente mostrar la entrevista entera en los monitores de la corte. Está subtitulada al inglés y también se les proporcionó la trascripción bilingüe a los integrantes del jurado.

La grabación comenzó y, por primera vez en El Paso, vimos a Luis Posada Carriles declarar —aunque su imagen se veía solamente en silueta. Al inicio del caso, habíamos escuchado su voz en unas grabaciones que había hecho el Departamento de Inmigración durante entrevistas relacionadas con trámites inmigratorios, pero esas eran solamente audio-cintas.

Nadie cree que Posada Carriles tomará el estrado en El Paso. En los Estados Unidos, el acusado no está obligado a testificar y el abogado defensor no está dispuesto a exponer a su cliente a más cargos de perjurio. La video-cinta de la entrevista con María Salazar será la única imagen que verá el jurado de las declaraciones del acusado en este juicio.

Posada: “No tengo remordimiento”

La entrevista tiene ciertos momentos claves y el jurado tomó nota. Por ejemplo, Posada le dice a Salazar, “No tengo remordimiento ninguno y acepto mi responsabilidad histórica. La única opción que tenemos los cubanos es combatir al régimen violento, con la violencia”.

El fiscal Reardon no le hizo muchas preguntas a Salazar. Prefirió que la videocinta hablara por sí misma. Los integrantes del jurado vieron a la entrevistadora preguntarle a Posada Carriles sobre la serie de bombas en La Habana en 1997: “¿Usted fue el que las pensó, el que las organizó y el que mandó a la gente para que las pusieran?” El ex agente de la CIA le respondió: “Yo de cualquier hecho dentro de territorio cubano, en contra del régimen de La Habana, me responsabilizo, culpable”.

¿Alarde o confesión?

El abogado defensor, en vez de abrirle fuego al testigo —como acostumbra a hacer— le preguntó simplemente si no era cierto que Luis Posada Carriles es bien visto en Miami. “Es alguien quien la comunidad cubana del exilio mantiene en muy alta estima”, respondió Salazar. “Ha dedicado su vida entera a eliminar a Fidel Castro y al régimen que está en el poder en Cuba”.

El abogado Arturo Hernández entonces pidió que volvieran a proyectar en corte la parte de la entrevista en la cual Posada Carriles dice que “acepta su responsabilidad histórica” por las acciones violentas contra el “régimen” cubano.

“¿Usted tomó eso como una admisión de carácter histórico o es que está asumiendo responsabilidad por una serie de actos específicos?”, preguntó Hernández.

Salazar respondió, “Mi impresión es que estaba tomando crédito por todos los diferentes ataques que habían ocurrido en Cuba contra el régimen. Estaba alardeando sobre cosas que puede haber —o no— cometido”.

“Una sola persona no puede asumir responsabilidad por todos los actos en Cuba durante los últimos 50 años, ¿cierto?”, preguntó Hernández.

“Cierto. Estaba alardeando ahí. No es posible tomar responsabilidad por todo lo que han hecho allá”, declaró Salazar. “¿Sabe usted si Posada Carriles le admitió ser el responsable por la serie de bombas en La Habana?”, indagó el abogado defensor.

“No. Sus respuestas fueron ambiguas”, declaró la corresponsal de la televisión de Miami.

Lo único que necesita lograr un abogado defensor para que no condenen a su cliente es provocarle dudas a un solo integrante del jurado y Hernández quiso suscitarlas en relación con el contenido de la entrevista de Salazar con Posada Carriles.

“¿Usted ha tenido la experiencia de que algunos de sus entrevistados alardean?”, indagó Hernández.

Salazar se echó a reír: “Claro que sí”, dijo. “Todos alardean. Por ejemplo, Posada me dijo que quería regresar a Cuba para lanzar una acción armada. Ya le volaron la mitad de la cara. Si regresa a Cuba, lo matan. Durante su entrevista conmigo, él estaba alardeando. Ahí es cuando esta entrevista perdió toda credibilidad conmigo”, declaró la corresponsal quien terminó sus palabras con una sonora carcajada.

“¿Usted sabe si el régimen de Castro hace campaña de desinformación contra Posada Carriles?”, preguntó encantado el abogado defensor, riéndose del mismo modo.

Todavía con una expresión risueña en su rostro, María Elvira miró al abogado defensor y le dijo: “No solamente contra Posada, contra mí también. Incluso, me han amenazado personalmente”.

Hernández no preguntó sobre las supuestas amenazas que ha recibido María Elvira Salazar. Se viró hacia la Jueza Kathleen Cardone y anunció que no tenía más preguntas que hacerle a la testigo. La jueza anunció un breve receso de 15 minutos. Se levantó y se ausentó de la sala judicial por la puerta lateral.

Posada Carriles había disfrutado del testimonio de María Elvira Salazar. “No, no, no. Quedó buenísimo”, le dijo a su abogado durante el receso. “¿Viste? Tú le hacías las preguntas y ella se reía, se reía”, añadió.

La fiscalía trata de recuperarse

Los fiscales aprovecharon el receso para discutir cómo enfrentarse con el testigo que tenían aún en el estrado. Timothy Reardon, Jerome Teresinski y Bridget Behling —los tres fiscales— se apartaron de los demás para conversar. A la reunión improvisada se sumó Omar Vega, el agente del FBI encargado del caso.

Cuando el mazo sonó tres veces para anunciar el regreso del jurado, Reardon se le acercó al podio e interrogó a María Elvira Salazar. Esta vez, el tono de sus preguntas cambió, como si ella fuese un testigo hostil a la fiscalía.

“¿Cuál es su opinión sobre Fidel Castro?”, le preguntó Reardon.

“Tengo sentimientos anti-Castro muy fuertes”, le respondió Salazar.

“¿Apoya usted el uso de la violencia contra Cuba?”, indagó el fiscal.

Titubeó inicialmente antes de responder con cautela: “No necesariamente, pero pienso que el ejército cubano debiese tumbar a Castro del poder.”

“Usted testificó que Posada Carriles quiso darle una entrevista para aclarar ciertas cosas sobre el reportaje del New York Times. ¿Cierto?”, inquirió entonces Hernández. “Ciertas personas me dijeron que sabían que yo soy una corresponsal imparcial y que Bardach (la que lo entrevistó para el New York Times) es una periodista muy parcializada. Posada quería que se supiera la verdad y no una versión de lo que el New York Times reportó que dijo”, concluyó Salazar.

Long live America

Reardon volvió a indagar sobre las respuestas que Posada Carriles le dio a Salazar durante la entrevista de junio de 1988 y le pidió a la corresponsal que le explicara al jurado, “¿Si usted pensaba —como acaba de declarar durante el contra-interrogatorio que le hizo el abogado Hernández— que Posada había esquivado sus preguntas sobre su responsabilidad de la cadena de bombas en Cuba, por qué usted cambió el tema y no insistió en que él respondiera las preguntas que le hacía?”

Salazar le dijo al fiscal que “fue una entrevista para la televisión. No algo para los tribunales, donde se analizan pequeñeces”.

“¿Pequeñeces?”, preguntó el fiscal molesto. “¿Sin duda usted no piensa que estamos aquí en corte analizando cosas inconsecuentes?” Salazar se retractó del uso de la palabra pequeñeces, la sustituyó porla palabra precisiones y terminó abruptamente: “Long live América y el debido proceso de la Ley” -refiriéndose cuando mencionó a “América” a los Estados Unidos, no al continente.

Mañana, hacia la médula del caso

Al concluir el testimonio de María Salazar, los fiscales anunciaron que el testigo de mañana, Antonio “Tony” Jorge Alvarez, acababa de aterrizar en el aeropuerto de El Paso. Alvarez es el primero que alertó al FBI en Guatemala de la participación de Luis Posada Carriles en el complot para los atentados con bombas en La Habana y contra la vida del entonces Presidente de Cuba, Fidel Castro.

Mostrando cierta impaciencia con la lentitud del proceso en El Paso, la Jueza Cardone le preguntó al fiscal Jerome Teresinski sobre Ann Louise Bardach, otra de los testigos clave de la fiscalía.

“Está bajo el cuidado de un médico”, dijo Teresinski. Recibimos un correo electrónico de su abogado para que autoricemos que venga el lunes. “Necesita estar aquí el jueves”, respondió firmemente la jueza. “No le voy a autorizar que postergue su llegada después del jueves”. El abogado Hernández tampoco está dispuesto a que Bardach dilate su presencia en corte. “Nos oponemos a una postergación”, declaró Hernández.

Bardach es la periodista del New York Times a la cual Posada Carriles le confesó ser el autor intelectual de la cadena de bombas en La Habana en 1997. Se ha mostrado reacia a brindar testimonio en este caso y la fiscalía ha tenido una larga y dura batalla contra el bufete de abogados que la representa para forzarla a que venga a testificar.

Expresando quizás demasiada confianza de que el caso pueda avanzar rápidamente en los próximos días, Teresinski le dijo a la jueza Cardone: “queremos finalizar la presentación de nuestro caso el viernes”.

Sin embargo, este observador anticipa nuevas escaramuzas legales entre los abogados. Tony Alvarez y Ann Louise Bardach son los dos testigos estrellas del caso contra Posada Carriles. Por lo menos de la parte que tiene que ver con las explosiones en La Habana en 1997. El abogado defensor hará todo lo posible para entorpecer la agilidad de sus testimonios, y el abogado de Bardach, también.

Un aparte

Uno de los puntos más controversiales del manejo del caso Posada Carriles de parte del FBI es la destrucción de los expedientes investigativos. La periodista Ann Louise Bardach señala que fue el encargado del Buró del FBI en Miami, Hector Pesquera, quien dio la orden, antes de retirarse, de que sus sucesores los destruyeran.  Pesquera tiene un largo historial de fraternizar con líderes de los grupos extremistas de Miami.

Debido a la destrucción del expediente investigativo, la fiscalía ha tenido que batirse en El Paso solamente con copias de algunos documentos claves, como los giros monetarios a Posada Carriles desde New Jersey. La semana pasada, el agente del FBI Omar Vega testificó que la destrucción de los expedientes se debe a que la fiscalía de Miami decidió no procesar a Posada Carriles y cerrar el caso.

Vega no dijo cuál era el fiscal de Miami que estuvo encargado del caso Posada en Miami en ese entonces. Sin embargo, hace dos meses en El Paso nos enteramos de que una fiscal del Departamento de Seguridad le pidió en el 2005 a la encargada del caso Posada en la oficina del Departamento de Justicia en Miami que presentara cargos criminales contra él, y la fiscal se rehusó. Identificó a Caroline Heck Miller como la fiscal encargada del caso. La que ha perseguido a los Cinco cubanos con una crueldad parecida a la que ejerció el Inspector Javert contra Jean Valjean en la novela de Victor Hugo.

¿Habrá sido Caroline Heck Miller la que precipitó la destrucción de los expedientes del FBI?

*José Pertierra es el abogado que representa al gobierno de Venezuela para la extradición del terrorista Luis Posada Carriles. Tiene su bufete en Washington DC.

(Tomado de Cubadebate)

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