Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

La economía mundial y el Dominó Show

Joe Biden culpa a Rusia del aumento de los precios del petróleo y no a las draconianas medidas que le han impuesto a Moscú en un intento de diezmar al gigante euroasiático; y el carburante no es el único producto en jaque que puede participar en el efecto dominó

Autor:

Juana Carrasco Martín

La exportación mundial de trigo está en crisis. Tenemos un ejemplo evidente en el anuncio hecho por el Líbano. Esa nación inició el racionamiento para los granos, con el fin de mantener el suministro de pan a su población.

Las medidas punitivas de Occidente contra Rusia por el conflicto en Ucrania ya afectan los suministros de alimentos en todo el Medio Oriente, que reciben de ambos países no solo trigo,  también maíz, centeno y cebada.

Rusia y Ucrania contribuyen con cerca del 30 por ciento de las exportaciones mundiales de trigo, además de grandes volúmenes de aceites comestibles y de granos para la alimentación animal.

África, un continente donde escasean los alimentos, será probablemente una de las regiones más afectadas por la no llegada de esas producciones vitales, ya que ven cerrárseles los silos de las gramíneas de esos países del Mar Negro a los que también se les conoce como «la cesta de pan del mundo».

De la comida al combustible

Al mismo tiempo Patrick De Haan, jefe de análisis de petróleo de Gas Buddy, dijo en un comunicado: «Los estadounidenses nunca han visto precios de la gasolina tan altos ni hemos visto el ritmo de los aumentos tan rápido y furioso. Esa combinación hace que esta situación sea aún más notable e intensa, con sanciones paralizantes contra Rusia que frenan su flujo de petróleo, lo que lleva al aumento masivo en el precio de todos los combustibles: gasolina, diésel, combustible para aviones y más».

El precio promedio en EE. UU. se encuentra en 4.331 dólares el galón, según la Asociación Estadounidense de Automóviles, y en California —que importa el 70 por ciento del combustible—, llegó el viernes a 5.721 dólares por galón.

El martes, el presidente Biden había anunciado la prohibición de las importaciones de petróleo y gas ruso hacia Estados Unidos, en una acción que, según él, apunta a la «principal arteria de la economía rusa» y detalló: «Eso significa que el petróleo ruso ya no será aceptado en los puertos de Estados Unidos y que el pueblo estadounidense asestará otro poderoso golpe a la maquinaria bélica de Putin».

Biden no tuvo en cuenta las repetidas objeciones de Alemania, que ha declarado que un colapso en el suministro amenaza la  «cohesión social» y mucho menos los pronósticos casi ciertos sobre las consecuencias catastróficas para el mercado mundial, del que Rusia es el mayor exportador con alrededor de 2,85 millones de barriles diarios, y el segundo de petróleo crudo luego de Arabia Saudita, según datos de la Agencia Internacional de Energía.

En el caso europeo esa lista de dependencia del crudo ruso se ejemplifica con el 83 por ciento de Lituania, 80 por ciento de Finlandia, 74 por ciento Eslovaquia, 58 por ciento Polonia, 43 por ciento Hungría, 34 por ciento Estonia, 30 por ciento Alemania, 25 por ciento Noruega, 23 por ciento Bélgica, 21 por ciento Turquía, 15  por ciento Dinamarca y 11 por ciento España.

El petróleo puede que suba su precio a más de 300 dólares, advirtieron  especialistas en la materia desde Moscú y el hombre de la Casa Blanca recibió a su vez una advertencia a través Dmitri Peskov, el vocero del Kremlin: «Estados Unidos definitivamente ha declarado la guerra económica contra Rusia y está librando esta guerra. La situación exige un análisis bastante profundo…».

Similar valoración la hizo Daniel Glaser, exsubsecretario del Tesoro para delitos financieros de EE. UU.: «Estados Unidos y los europeos están declarando explícitamente que están participando en una guerra económica con Rusia» (…) «Normalmente, cuando escuchas a EE. UU. y a los europeos hablar sobre la aplicación de sanciones, escuchas mucho sobre cuán objetivo quieren que sea. No estoy diciendo que a Estados Unidos y a los europeos no les importen los daños colaterales, pero ese no es el tema de conversación que están utilizando. El punto de conversación que están empleando es cuánto dolor están tratando de infligir a Rusia, y es simplemente asombroso».

Entonces hay que hacerle caso a lo que también apuntó Peskov sobre la guerra económica paralela a la actividad militar en el campo ucraniano y al apoyo que EE. UU. y la OTAN están dando a Ucrania: «Si me preguntan qué va a hacer Rusia, Rusia va a hacer lo que sea necesario para defender sus intereses».

Aunque la Agencia Internacional de Energía anunció la semana pasada que Estados Unidos y otros países miembros liberarían 60 millones de barriles de petróleo de sus reservas estratégicas para hacer frente a la escasez provocada por la decisión de cerrar todo negocio con Rusia, es difícil a corto plazo sustituir esos abastecimientos.

Neón, Láser y Chips

Pero no es solo lo concerniente al petróleo y sus derivados lo que golpeará a muchos. Tanto Rusia como Ucrania son abastecedores importantes de otros productos y minerales elementales para numerosas industrias. Rusia exportó en 2018 casi el 54 por ciento del carbón, el 31 por ciento del gas natural y el 70 por ciento del petróleo.

Entre el 45-54 por ciento del neón que se utiliza en el mundo, el semiconductor crítico para los láseres utilizados para fabricar chips, proviene de dos compañías ucranianas, Ingas y Cryoin. Ambas empresas han cerrado sus operaciones tras el comienzo del conflicto bélico y Taiwán, Corea del Sur, China, Estados Unidos y Alemania recibían buena parte de esa producción que escaseaba desde la pandemia de la COVID-19.

Ustedes conocen y necesitan de todo el universo que mueven los chips: las tecnologías electrónicas actuales, desde aplicaciones militares y aeroespaciales hasta instrumentos médicos, pasando por bienes de consumo, productos automotrices y en el campo de la comunicación, por citar algunos de los sectores que se pueden ver estremecidos por la falta de chips, y que ya se habían afectado durante la pandemia y no debido a la guerra ruso-ucraniana.

Y para el puntillazo, Reuters recordaba otro punto a tener en cuenta: el neón ucraniano es un subproducto de la fabricación rusa de acero…

¿Un bumerán?

Las medidas económicas punitivas de Estados Unidos y Europa contra Rusia tienen capacidad de bumerán, incluso a nivel global, y se están sintiendo en los bolsillos, en las mesas, en los servicios y en la producción industrial de buena parte del mundo.

El usurero mundial, el Fondo Monetario Internacional, dijo en un comunicado que la guerra en Ucrania ya estaba elevando los precios de la energía y los granos, y había enviado una ola de refugiados a los países vecinos.

«…Las consecuencias económicas son muy graves», señaló el FMI. «La guerra en curso y las sanciones asociadas también tendrán un impacto severo en la economía global», advirtió, cuando ya eran altas las presiones sobre los precios en todo el mundo debido a la pandemia de la COVID-19 que disparó la inflación a nivel planetario.

La publicación de la capital estadounidense The Hill comentaba al inicio de la semana que los esfuerzos para diezmar la economía de Rusia con el fin de castigar a Moscú podrían tener implicaciones graves e impredecibles en el país para Estados Unidos y sus aliados».  

Es una realidad que EE. UU., la Unión Europea, el Reino Unido y otros aliados de Washington han actuado contra la economía rusa en un intento por ahogarla totalmente, aislarla del resto del mundo, liquidarla, darle un tiro de gracia para sacar de la economía internacional a uno de los jugadores más fuertes. Rusia ha reconocido que ese acoso está deteriorando su economía.

Sin embargo, quizá veamos la caída de una fila de fichas de dominó empujadas por un sentimiento visceralmente antirruso, heredero del antisovietismo de la Guerra Fría.

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.