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Trump y su novelón de 91 capítulos en cuatro actos

Las acusaciones en el condado Fulton, estado de Georgia, se perfilan como tragedia final para el ex presidente de EE. UU. pero… ¿Logrará el protagonista principal sobrevivir y volverse a coronar en la Casa Blanca? El folletín está en pleno desarrollo…

Autor:

Juana Carrasco Martín

Resumen descriptivo del serial y sus episodios: En lo que va de año, el expresidente de EE. UU., Donald Trump, ha sido acusado de 91 delitos en cuatro casos penales que se están desarrollando en cuatro jurisdicciones diferentes, dos son federales y las otras dos estatales. Un agosto que rompe records de altas temperaturas se caldeó más aún —aunque el protagonista principal siempre esté en aire acondicionado—, cuando un gran jurado del condado de Fulton presentó en la tercera semana del mes, la más reciente acusación. Así queda el esquema legal por el momento, porque no se sabe sí algo más pueda orearse.

En detalle, este nuevo  registro de 13 quebrantamientos de las leyes que se juzgarán en Atlanta ya serán sumados a los 34 cargos presentados por los fiscales de Manhattan, Nueva York, por los dineros de la campaña de 2016, a los 40 relacionados con Mar-a-Lago y los documentos secretos requisados por el FBI y rematan las cuatro acusaciones por la sedición del 6 de enero de 2021 cuando su fanaticada violenta asaltó el Capitolio de Washington D.C.

El gran jurado del condado de Fulton, en el estado de Georgia, no solo inculpó al ex mandatario de participar «en una empresa criminal» para intentar anular allí los resultados de las elecciones presidenciales de 2020, en el legajo de 98 páginas que relatan los hechos —también como acusados—, lo acompañan 18 de sus cercanos colaboradores, abogados,

Están incluidos, entre otros, el ex jefe de gabinete Mark Meadows y Rudy Giuliani, quien fue su poderoso abogado personal, porque dice el documento «se negaron a aceptar que Trump perdió y se unieron a sabiendas y deliberadamente a una conspiración para cambiar ilegalmente el resultado de la elección a favor de Trump».

Asegura la fiscal Fani Willis que los 19 incriminados «constituyeron una organización delictiva cuyos miembros y asociados se involucraron en diversas actividades delictivas relacionadas, incluidas, entre otras, declaraciones y escritos falsos, hacerse pasar por un funcionario público, falsificación, presentación de documentos falsos, influir en testigos, robo de computadoras, invasión de computadoras, invasión de la privacidad por computadora, conspiración para defraudar al estado, actos que involucran robo y perjurio».

Si la memoria no me falla, lo de Richard Nixon y el Watergate fue menos y tuvo que renunciar para evitar el impeachment, mientras que Trump sorteó dos intentos de juicio político cuando era presidente. ¿Será que ahora las cosas le van de mal en peor a quien fue considerado un advenedizo a la clase política hasta que le ganó a Hillary Clinton en 2016?

Trump ya ha tenido que presentarse ante tres cortes para escuchar los cargos y se ha ido para su casa. Sin embargo, la fiscal Willis parece que no se anda con chiquitas y ha dado plazo: «Le estoy dando a los acusados la oportunidad de entregarse voluntariamente a más tardar el mediodía del viernes 25 de agosto de 2023», dijo la inquisidora, con lo que intensificó el ritmo de la escabrosa trama y no se sabe a ciencia cierta si se alarga o no el folletín —clásico suspense aunque en este caso nada de ficción—, donde seguramente aparecerán incongruencias en la conducta de los personajes e incluso no habrá presentaciones adecuadas en algunos de los secundarios. Ya veremos.

Y como hablamos de envíos en redes sociales. Cuando Twitter no se llamaba X y Trump no había sido expulsado, sus «trinos» eran más bien graznidos disonantes y hasta amenazadores. Cinco de 12 que escribió cuando se producían audiencias en la Legislatura de Georgia, donde sus aliados promovían afirmaciones falsas de fraude electoral masivo en Georgia aparecen en el actual expediente imputador.

En uno de ellos, después de que concluyó la audiencia, Trump tuiteó nuevamente, promoviendo sus afirmaciones falsas de fraude electoral masivo. «Ahora tenemos muchos más votos de los necesarios para darle la vuelta a Georgia en la carrera presidencial. Se llevó a cabo un FRAUDE DE VOTANTES masivo. Gracias a la Legislatura de Georgia por la reunión reveladora de hoy».

No olvida la fiscal Willis el tuit que Trump envió después de su llamada del 2 de enero de 2021 cuando le pidió al secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger,  que lo ayudara a «encontrar 11 780 votos» y en el mensaje decía: «No estaba dispuesto, o no podía, a responder preguntas como la estafa de las “boletas bajo la mesa”, la destrucción de las boletas, los “votantes” de fuera del estado, los votantes muertos y más. ¡No tiene ni idea!».

Por eso, entre los 13 cargos se incluye la solicitud a un funcionario público para violar su juramento y violar la Ley de Organizaciones Corruptas e Influenciadas por el Crimen Organizado (RICO, por sus siglas en inglés) del estado. La ley RICO de Georgia conlleva hasta 20 años de prisión para los condenados.

Trump confía en sí mismo

A cual más grave las imputaciones contra Trump, pero hasta ahora inmune, con un apoyo que parece irreductible en sus seguidores, pues una encuesta del New York Times/Siena College publicó que solo el 17 por ciento de los probables votantes de las primarias republicanas cree que Trump cometió delitos federales graves, mientras que el 71 por ciento dijo que no y en otra pesquisa de Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research  el 63 por ciento de los republicano quieren que Trump vuelva a ser candidato, un ascenso notable desde el 55 por ciento que pensaba así en abril y siete de cada diez republicano tienen una visión favorable del ex presidente cuando hace dos meses era el 60 por ciento.

Esos números justifican su autoconfianza, por lo que sigue dando batalla para volverse a coronar en la Casa Blanca y devuelve los golpes proclamándose  víctima en su propia red comunicacional paradójicamente llamada Truth Social (Verdad Social), cuando se le señalan de manera demostrable no pocas mentiras.

«¡Entonces, la caza de brujas continúa! 19 personas señaladas esta noche, incluido el expresidente de los Estados Unidos, yo, por una fiscal de distrito fuera de control y muy corrupta que hizo campaña y recaudó dinero con el lema 'Conseguiré a Trump», publicó Trump en Truth Social en la mañana del martes 15 de agosto.

Sin embargo, este lunes previo a la presentación que debe hacer el viernes ante la justicia por las acusaciones de Willis, el aspirante a la candidatura presidencial republicana anunció que no participará en el próximo debate el 23 de agosto en Milwaukee, Wisconsin.

Con dosis alta de optimismo dijo que su actuación es sólida en las encuestas y su «exitoso» historial al frente de la Casa Blanca le garantiza la ventaja con números «legendarios» sobre sus rivales contra los que utiliza el bullyng, acoso o burla. Así describió por ejemplo al controvertido gobernador de Florida Ron DeSantis, su más cercano rival: « DeSanctimonious (¡que se estrella como un pájaro enfermo!)».

Pero en las fotos, cada vez más el ceño fruncido, rostro de enojo y arrugas faciales a la vista cuando parece que pelea a la riposta.

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