Luisa, una mujer de 44 años, empresaria y madre de tres hijos, recibió un dictamen que cambiaría su vida para siempre. Hace cinco años y medio, en una revisión rutinaria, un pequeño bulto en la mama izquierda dio la alarma.
Mi abuelo paterno conoció a Camilo. Un accidente de tránsito se convirtió en el «choque» del destino para que terminaran siendo amigos. Tantas charlas compartidas y, sobre todo, tanto humor, porque tanto mi abuelo como él, gastaban bromas y esparcían sonrisas por doquier.
Las cifras del año actual nos ofrecen una coordenada teclera para el festejo. Los dos primeros dígitos representan el aniversario de las tertulias, que festejaremos en La Habana este sábado 8 de febrero, a partir de las dos de la tarde en el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos. Este espacio, sito en 17 entre H e I, en el Vedado habanero, recibirá a lectores de al menos siete provincias cubanas. Y será el momento para reconocer lo acontecido en estas dos décadas, proyectar metas más ambiciosas y lanzar los aniversarios de Santa Clara y Holguín. Ya comenté que multiplicando los 20 años por las tres tertulias cubanas que llegan a esa cifra, llegamos a 60, los que cumple nuestro diario en octubre y que servirán como impulso para nuevas iniciativas.
No ha sido solo el presidente ecuatoriano Daniel Noboa, quien ha querido acuñar públicamente sus simpatías por la política exterior de Donald Trump, y corrió a dictar la elevación de gravámenes a los productos de México que llegan a sus mercados, luego de que el mandatario republicano elevó los aranceles a las importaciones de su vecina nación.
Hace un tiempo no pasaba por allá, entre los compromisos de la universidad, las complejidades con el transporte y el ritmo trepidante de esta cotidianidad que a veces te limita de disfrutar las cosas que son placenteras. La casita de Martí, como todos conocemos al Museo Casa Natal del más universal de los cubanos, fue siempre un destino seguro y apetecible para los muchachos de mi tiempo, un lugar para tratar de imaginarse la vida del Apóstol, hombre paradigma de la juventud cubana.
Se formó el «guirigay» en Washington. La pareja del momento, Donald Trump y Elon Musk, cerraron la Usaid —llamada Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional—, uno de los brazos que enmascaran el intervencionismo estadounidense en el mundo, una de las garras de la CIA y demás servicios de inteligencia para obtener información sobre otros países e influir en sus políticas internas y externas, tentáculo del Departamento de Estado para fomentar disidencias que lleven a «cambios de régimen» cuando se les facilite, en fin: impulsora de las posiciones estadounidenses en el escenario global.
Ha roto su rutina de soledad para esperarme a menos de diez centímetros detrás de la puerta. Aún no logro encontrar la llave en ese agujero negro que son los bolsos de nosotras, las mujeres, pero su maullido se acelera con cada escalón completado.
Es 2025 y se cumplen 200 años de la invención del sistema Braille, antigua herramienta de lectura aún irremplazable, que por su importancia suprema ha sido incorporada a muchos ámbitos de conocimiento, en aras de lograr la mayor integración posible de personas con discapacidad visual, y en ocasiones también sonora, a la sociedad.
¿Podemos confiar en la educación actual para formar pensadores críticos en tiempos de desinformación? El cuestionamiento me asaltó mientras viajaba en un transporte público; en un rincón del acorazado ómnibus, dos estudiantes debatían intensamente sobre una noticia viral que rondaba internet: un supuesto complot global que causaba los recientes apagones en diversas partes del mundo, apoyándose en un video sensacionalista que circulaba en redes sociales.
Ciberbasura sin control y sin fronteras. El conglomerado Meta, la empresa matriz de Facebook, Instagram, WhatsApp y Threads, ha anunciado que pondrá fin a su programa de verificación de datos, que había estado en funcionamiento desde 2016. Su fundador y principal ejecutivo, Mark Zuckerberg, se acomoda oportunistamente a la era Trump y a su maquiavélico asesor Elon Musk, el propietario de X y troll del libre flujo de la desinformación.