El helado estaba derretido. El pozuelo ovalado y plástico en el que lo sirven tenía más líquido en su interior que contenido consistente. La señora, con decencia, le exigió al dependiente una mejor ensalada. Guayaba y chocolate eran los sabores. El muchacho le explicó que el helado estaba así, derretido, y no había otra opción. Aun así, ella le pidió que le sirvieran mejor, porque de por sí ya la norma de la bola no se cumplía.
Me formé como médico escuchando términos como «cuidados paliativos» y «limitación del esfuerzo terapéutico». Debo confesar que me frustraba escucharlos. ¿Para qué nos hacemos médicos si no podemos vencer la enfermedad? Me preguntaba en aquellos momentos románticos, donde querer ser doctora significaba para mí un camino que iba a la curación y nunca a presenciar la muerte de un enfermo.
Se tratará 2024 de otro período difícil para cubanos y cubanas. Nada hace profetizar que grandes soluciones aparecerán súbitamente, por arte de magia, ayudas exteriores o misericordia enemiga. Aunque perviven la convicción y hondura del esfuerzo, que jamás nos ha faltado.
La palabra triunfo se empleaba bastante entre la población, asqueada de tanta pillería y desigualdad, de tantos crímenes y atropellos, del 20 de mayo y el 10 de marzo. Cuba no quería victoria a medias, maltrato de derechos patrios o un embajador estadounidense con ínfulas de Capitán general.
No es muy distante a lo que en realidad está sucediendo a la vista de una humanidad horrorizada y maniatada por la complicidad del llamado mundo occidental que lidera Estados Unidos, lo que ha propuesto David Azoulai, el jefe del ayuntamiento de la ciudad israelí de Metula, según The Jerusalem Post: dijo que Gaza debería ser vaciada de palestinos, arrasada y hacer que se parezca a Auschwitz.
Tras varios meses, incluso años, sin realizar la actividad cumbre e idiosincrática de nuestra sociedad: la reunión, los humoristas miembros del Centro Promotor del Humor hicieron la suya.
Ya es algo inevitable. Un reflejo más condicionado que los babeos del perrito de Pavlov y, por más que se intenten reprimir, ellas resurgen a ritmo de conga, felices, fuertes, llenas de vida.
Allá, en las montañas de la Sierra Maestra, pero también en la Bahía de Cochinos, en la cima de la Plaza, en el andar de un país luchador, allí, una presencia reside. En cada bandera ondeada, día festivo o momento difícil, en las glorias, las batallas del diario, en todas las circunstancias de una Revolución persistente, descansa la guía inolvidable de su más grande líder.
La participación popular es un concepto que se refiere al protagonismo de la población en los procesos de desarrollo local, especialmente en lo que concierne al mejoramiento de los escenarios comunitarios.
Henry Kissinger, que no descansará en paz, propuso en 1976 bombardear La Habana, someter la ciudad a un bloqueo naval y minar los puertos de Cuba. Fantaseó con ello seriamente, según documentos desclasificados hace casi una década y publicados por Peter Kornbluh, investigador del Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington.