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Ingenio en sentido opuesto

La ingeniería inversa le es provechosa a la empresa holguinera Cedema, a través de la tecnología 3D y sus capacidades de reproducción

Autor:

Nelson Rodríguez Roque

HOLGUÍN.— En la aplicación de las ciencias físico-matemáticas a la invención, pero en modo inverso, hubo otro campo de batalla entre los oponentes de la Segunda Guerra Mundial pugnando por desentrañar cada armamento que hacía mella en sus ejércitos.

Mañas y astucias ingenieriles desatadas de lo tradicional se despojaron de únicamente serles ventajosas al belicismo, tras saltar a otros espacios industriales. Estas todavía muestran vitalidad y son convenientes.  

De sus bondades sacan provecho en el Centro de Desarrollo de la Maquinaria Agrícola (Cedema), de Holguín, el cual adquirió un escáner 3D FreeScan X7 a principios del año pasado, ante la demanda nacional desde empresas necesitadas de la ingeniería inversa, para reproducir partes y piezas.

Quiso la casualidad que el joven ingeniero mecánico José Alejandro Escalona se incorporara a Cedema de forma paralela a la llegada del equipo chino, por lo que todo su trabajo allí ha girado en torno a este, desde que pasó tres meses asimilando cuestiones de su manejo.

Escalona, diseñador del centro, dice que «la esencia es que se toma una foto 3D del objeto. Se realiza una figura en tres dimensiones de la superficie visible de la pieza. Esto transcurre tomando una nube de puntos, cuya calidad dependerá de los diámetros entre ellos, que se procesan y unen entre sí.

«Es casi un ciento por ciento idéntica la imagen obtenida con respecto a la pieza referente. Nos dedicamos al diseño de maquinaria agrícola, pero con el escáner podemos fijarnos en otras partes y piezas que se demanden en Cuba y no se fabriquen acá».

Actualmente, trabaja unos impelentes de goma del sector del níquel, en los que no ha avanzado más rápido a causa de la situación epidemiológica, que lo mantiene en teletrabajo. Pero de su destreza con la tecnología 3D se derivó la creación de una pieza de un proyecto de una cosechadora de maíz —específicamente sus carcasas—, cuya documentación se encuentra lista para ser puesta en práctica por los fabricantes.

Héctor Calzadilla.

A Hangzhou desde Holguín

Fue el Máster en Ciencias Héctor Calzadilla al que primero «se la pusieron en China» en Cedema con la novedad ingeniera. Al investigador auxiliar le facilitaron prepararse hace dos años en el Gigante asiático. «Fui a capacitarme con el fabricante, Shining 3D, líder de dicha línea en el mercado chino y mundial. Me introduje en el funcionamiento del equipo y lo que conlleva: destino de servicio, capacidad de trabajo y otros elementos. Nos entregaron toda la documentación y cursé un entrenamiento práctico.

«El escáner procesa piezas desde cien milímetros hasta ocho metros de longitud, pero por requerimientos coyunturales y anexándole complementos de fotogrametría puede escanear hasta algunas de 50 metros, con características especiales, como las de los centrales azucareros, ruedas dentadas, por ejemplo. Es una realidad que con el 3D FreeScan X7 se disminuye el ciclo de desarrollo y sus costos, y los tiempos de puesta en producción».

A José Alejandro Escalona le transmitió Calzadilla conocimientos y experiencias, y considera que ha sido buen alumno: «Sigo asesorándolo ante cualquier problema o accionar de diseño. En el futuro, queremos sumarle al escaneado la impresión, a fin de darle continuidad al diseño con la obtención del físico. Hoy logramos el componente virtual, que se convierte en plano y es fabricable».

José Alejandro Escalona se ha ido especializando en el manejo del escáner 3D.

El también presidente del consejo científico de la empresa es de la opinión que si resulta factible el escaneo de acuerdo con las dimensiones de partes y piezas, entonces utilizar una impresora del mismo fabricante sería ideal, porque Shining 3D ha creado una gama de estos equipamientos igualmente y en Cedema andan identificando la más apropiada. Además, imprimirían en uno de los locales de la sede de la entidad en la Ciudad de los Parques.

Un abanico de posibilidades se abrió para el grupo encabezado por el MSc. Rafael Valera, especialista principal y diseñador mecánico: «El escáner nos ha ayudado a optimizar tiempo de trabajo, porque el proceso de copiar piezas se ha acortado. Este ha impactado favorablemente en la obtención de componentes de repuesto, tarea muy importante para el país. Hacer un plano ahora es más fácil y así la documentación de la pieza avanza a mejor ritmo y precisión».

Afirma Valera que han rubricado un contrato con la rama del níquel para piezas de configuración compleja, aplicaron ingeniería inversa a aditamentos del programa arrocero y se han propuesto cooperar con Azcuba, las termoeléctricas, y empresas de su Ministerio de Industrias o de otros.

Calzadilla se despidió de China maravillado con las prácticas en 3D observadas allí, expresadas en calzados, juguetería y áreas ornamentales, y hasta en Estomatología u Ortopedia…

Rafael Valera.

Mas también se apropió de una máxima asiática: «La ingeniería inversa no vale nada si no se auxilia de la habilidad y experiencia de los especialistas que participan tanto en la copia del producto como en el manejo del equipamiento y su software, combinado con la utilización de los instrumentos de medición».

La ingeniería inversa o retroingeniería es el proceso llevado a cabo con el objetivo de obtener información o un diseño a partir de un producto, con el fin de determinar cuáles son sus componentes y de qué manera interactúan entre sí y cuál fue el proceso de fabricación. El método se denomina así porque avanza en dirección opuesta a las tareas habituales de ingeniería, que consisten en utilizar datos técnicos para elaborar un producto determinado.

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