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La vianda es la vianda, pero ¿el clima se manda?

No es muy atractiva la apariencia de los mercados agropecuarios estatales por estos días. Ese rostro alerta de que es el hombre el que tiene que jugarle cabeza al tiempo. La zafra papera, que se inicia por Mayabeque, podría al menos calmar algunas ansias, porque se espera obtener más de 137 000 toneladas

Autores:

Marianela Martín González
Luis Raúl Vázquez Muñoz
Lisandra Gómez Guerra

Apenas boniato y yuca son las viandas que exhiben las tarimas en los Mercados Agropecuarios Estatales (MAE) en las últimas semanas. Aunque ya hay tomate, en muchos lugares estos son pequeños y tienen la apariencia de jamás madurar. Más bien la tendencia es a podrirse.

La lechuga, la zanahoria y la remolacha parecen ser las ofertas que darán la cara al consumidor hasta más adelante. Son las piezas para armar el escabroso algoritmo que resuelve el problema de la mesa cubana, donde hacen falta propuestas como esas, pero «la vianda es la vianda y a los cubanos nos gusta tenerla aunque sea adornando el viandero», como nos dijo un tarimero llamado Marino, que prefirió no detallar sus apellidos.

Con esa preocupación a cuestas conversamos con Ydael Pérez Brito y Enel Espinosa Hernández, viceministro y director de Agricultura del Minag, respectivamente.

Ambos coinciden en que ha habido que hacer malabares para que la tierra para, porque han ocurrido una secuencia de sucesos climatológicos que han obligado a trabajar durísimo, aunque las producciones agrícolas empezarán a recuperarse a partir de abril, anuncian.

Nos muestran datos actualizados sobre planes de siembra, fotos del cultivo de la papa en regiones donde se le está cuidando como a recién nacidos, y un cronograma de las visitas realizadas por ambos directivos a las diferentes provincias, donde «tocar el suelo y hablar con los productores —dicen los dos—, es lo que hace efectivo cada recorrido».

Intentan explicarnos cómo marcha la recuperación de los cultivos afectados por el huracán Irma. Desmenuzan el estado de los cultivos de la campaña de frío, muchos de los cuales luego de sembrase se han podrido por la lluvias caídas, fundamentalmente en el oriente del país. Explican que han tenido que resembrar el tomate y el frijol que se han malogrado por exceso de agua; y jugarle cabeza al clima, para que los campos no sean planicies despobladas. Espacios vencidos por una secuencia de zarpazos: sequía primero, ciclón más tarde y luego lluvias «incompasivas» que todavía no cesan.  

Enel Espinosa se retrotrae a la sequía que paralizó un número importante de estaciones de bombeo, junto con sus respectivos sistemas de riego. «Eso fue terrible. Recordemos que en Cuba solo un siete por ciento del área cultivable se beneficia de algún sistema de irrigación, el resto tiene que aguardar por las bondades del cielo».

Precisa que fue una sequía muy severa en provincias como Ciego de Ávila, Sancti Spíritus, Villa Clara, Holguín, Las Tunas y Santiago de Cuba. Luego llegó Irma en septiembre y no dejó plátano en pie en toda la geografía nacional, excepto en Artemisa, donde se perdió el macho, pero no otras variedades.

«Tras el paso del huracán se cosecharon todas las áreas plataneras afectadas. De 27 475 hectáreas que había que rehabilitar al cierre de octubre ya estaban todas en buenas condiciones para comenzar a producir, por lo que se espera que la presencia del cultivo se estabilice a partir de abril o mayo.

«De las 4 520 hectáreas afectadas de yuca pudieron cosecharse para el consumo 1 460 lo que significó una producción de 20 440 toneladas. El resto de las áreas dañadas por Irma se dejaron plantadas para que retoñen y puedan usarse como semilla.

«De maíz se cosecharon para el balance 22 740 hectáreas, con un nivel de pérdidas considerable, al estar encamadas las plantaciones. De un plan estimado de 85 000 toneladas a entregar al balance, luego del paso de Irma, se han entregado 84 260 toneladas.

«Recuperamos 2 495 toneladas de arroz tras cosechar el área afectada. No obstante, se perdieron 3 495 toneladas de arroz cáscara por afectaciones en los rendimientos. Hubo que recuperar los secaderos de Sagua La Grande, en Villa Clara, y el de Fallas, en Ciego de Ávila», apuntó.

Campaña de frío pasada por agua

«Apenas las lluvias nos den un chance, empezamos a sembrar», dijo hace dos meses Arturo Gómez Ramos, subdelegado de Cultivos Varios en la Delegación Provincial del Ministerio de la Agricultura en Ciego de Ávila. Y así se cumplió.

De acuerdo con el directivo, el huracán Irma no provocó ningún daño al sistema agrícola de la provincia, como para impedir que el territorio avileño sembrara papa. Es más, el deseo de todos era comenzar temprano para tener un cultivo que paliara la ausencia del plátano, cuyas plantaciones sí sufrieron daños considerables.

Pero la lluvia, tan ansiada en la provincia, provocó la espera. Según el cronograma de la agricultura, se debía comenzar a sembrar con semilla nacional el 15 de octubre las primeras superficies de las 852 hectáreas planificadas en la provincia, pero pudieron hacerlo a partir de la segunda decena de diciembre y concluyeron en la primera decena de enero.

«La preocupación más grande era el agua ante la sequía que había en Ciego de Ávila, pero tuvimos la suficiente para enfrentar la siembra», aseguró Arturo Gómez, quien añadió que la semilla tampoco fue una dificultad: de las 852 hectáreas, 205 recibieron cimiente de importación; el resto de los terrenos se sembraron con la de factura nacional.

«Para este año el estimado de los rendimientos se ha fijado en unas 18 toneladas por hectáreas. Esa cifra, de ayudar el clima y atender bien el cultivo, pudiera incrementarse, pues en la cosecha pasada el rendimiento se comportó sobre las 22,5 toneladas», refirió.

Por su parte, en Mayabeque, según Carlos Suárez Álvarez, jefe de Departamento de Cultivos Varios del Grupo Empresarial Agropecuario y Forestal de la joven provincia, el plan de esta campaña superó las 20 500 hectáreas, entre las que sobresalen las viandas, granos, hortalizas y frutales.

 Asimismo, explicó que se trabaja para cumplir con los niveles de producción que se destinarán a los mercados de La Habana y Mayabeque con alimentos esenciales como la papa, el frijol y el tomate, entre otros que impactan en la elevación del bienestar del pueblo y la mejoría socioeconómica.

En el caso de la papa, señaló, Mayabeque, con 2 000 hectáreas, es la provincia que más siembra el tubérculo en el país, actividad en la que participan diversas formas productivas. Las entregas más importantes al plan dependerán de las empresas de Batabanó, Melena del Sur y Güines. 

La Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Amistad Cubano Búlgara del municipio güinero asumió la siembra de unas 125 hectáreas del cultivo, la mayor cantidad del territorio. Subrayó que entre los desafíos que tuvo la provincia se encontraron la siembra de granos, con unas 7 800 hectáreas.

Mayabeque está llamada a incrementar las producciones para solventar las dificultades que enfrenta el país tras el paso del huracán Irma. Por ello, el período de siembra y cultivo que abarca los meses de septiembre a marzo del 2018 plantea a los  hombres y mujeres de campo de esta provincia trabajar con eficiencia y aprovechar todas las potencialidades de este polo productivo de tierras ferralíticas, decisor de múltiples entregas en el occidente cubano.

El pico que se divisa

Esta campaña ha sido un ejercicio para las transformaciones y el cambio de paradigma que viene ocurriendo en la agricultura, según Ydael Pérez Brito. «Lo ocurrido es solo un botón de muestra de lo que puede venir en lo adelante relacionado con el cambio climático, que es ya una realidad tangible. Solo los que han sido persistentes y respetan la disciplina tecnológica, aplican la ciencia y la técnica, han podido no salir derrotados en esta sucesión de eventos climatológicos sin precedentes en los últimos años», apuntó.

Enel Espinosa Hernández aclara que en medio de las vicisitudes se sembraron en seis provincias 6 614,6 hectáreas de papa: Artemisa, Mayabeque, Matanzas , Villa Clara, Cienfuegos y Ciego de Ávila. Con semilla nacional se plantó el 16,4 por ciento del área total, lo que equivale a 1 089 hectáreas, la cifra más alta de las últimas ocho campañas. Con semilla importada se sembraron 5 506 hectáreas, el 86,6 por ciento de la generalidad.

Los funcionarios anunciaron que la zafra papera inició este 12 de febrero por la provincia de Mayabeque. Después del 20 de febrero continúa la cosecha en Artemisa y Matanzas, y luego de marzo lo harán los demás territorios. El país espera obtener más de 137 000 toneladas de la gustada vianda.

Alertaron sobre el posible pico en la producción de papa y tomate que se avecina. Señalaron que se coordina para que no fallen los aseguramientos con los transportistas y los receptores de dichos productos, entre estos frigoríficos, industrias del Ministerio de la Industria Alimentaria y la Empresa de Mercado de la capital.

Resaltaron la importancia de que haya integralidad entre todos los factores, para poder minimizar con la eficiencia en la cosecha y la distribución los daños que la naturaleza está provocando todavía a los cultivos bajo suelo. Y porque no es justo, ni razonable económicamente que, luego de tanto despliegue de recursos y sacrificio, se pierdan alimentos que la mesa demanda.

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