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Para cumplir hay que trabajar buscando sobrecumplir

Con la presencia de José Ramón Machado Ventura, Segundo Secretario del Comité Central del Partido, se realizó este sábado el balance anual de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar correspondiente a 2018

Autor:

Marianela Martín González

Aunque parezca un trabalenguas es pura estrategia: en la agricultura para cumplir hay que trabajar para sobrecumplir, porque de no ser así no se llegan a concretar los planes, pues casi siempre las adversidades, tanto materiales como climatológicas, hacen sus estragos y la demanda del pueblo queda insatisfecha.

Con esa reflexión de José Ramón Machado Ventura, Segundo Secretario del Comité Central del Partido, comenzó este sábado el análisis de los resultados de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar durante 2018, año en que la producción de hortalizas logró el 99 por ciento de su compromiso pactado ascendente a 1 200 000 toneladas.

Representantes de las cuatro provincias incumplidoras del plan de hortalizas explicaron las debilidades que incidieron en sus resultados, entre las cuales mencionaron, la ausencia o roturas de sistemas de riegos.

Ante ello, el ministro de la Agricultura, Gustavo Rodríguez Rollero, recordó que el movimiento de la Agricultura Urbana en sus inicios se ejerció con medios alternativos como las regaderas y los bueyes. Añadió que las actuales condiciones económicas del país no permiten invertir como se requiere en sistemas de rega-díos, tractores y otros aseguramientos.

Machado Ventura acotó también que hay que evitar los baches en la producción de hortalizas durante los meses de verano, pues si bien no se da un tomate como en la etapa invernal, sí puede producirse quimbombó, habichuela y otras hortalizas que se necesitan en la mesa.

En el informe presentado por la directora del referido programa, Elizabeth Peña Turruella, se precisó que para completar las 10 000 hectáreas comprometidas para la siembra de hortalizas se trabaja en el estudio de factibilidad aprobado por el Ministerio de Economía y Planificación hasta 2020, pues hay que continuar incrementando el área hasta alcanzar una hectárea cada mil habitantes, lo que significa 11 200 hectáreas en función de esos cultivos.

Rodríguez Rollero reflexionó sobre la ausencia de algunos productos para el turismo, lo que conlleva que el país tenga que importarlos sin necesidad, como es el caso del coco. Con igual preocupación se manifestaron ambos dirigentes ante la necesidad que se tiene de importar flores.

Luis Pantoja Suárez, director de la Granja Urbana de Contramaestre, una de las mejores del país, dijo que el de-sarrollo no siempre se sustenta en las grandes inversiones, que la fórmula es trabajar sin quitarse responsabilidades de encima y pagarles bien a sus trabajadores (1 005 pesos como promedio mensualmente).

Jaime Fonseca, un productor también de Contramaestre, quien tributó 18 000 litros de leche de cabra a los casos sociales de su localidad y otra parte la industria láctea lo convirtió en helado, aseguró que ser próspero implica sacrificio, por eso él ha logrado lo que tiene, sembrando mu-chas plantas proteicas para sus animales, acuartonando su rebaño y le-vantándose de madrugada a ordeñar.

Con proyecciones claras para 2019  la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar se consolidará en medios de limitaciones y retos. No obstante, su cercanía a las familias, sus propuestas sanas y su relación armónica con el medio ambiente hacen de ella una esperanza para satisfacer gran parte de la demanda de alimentos que el pueblo necesita.

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