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De vuelta los noticieros ICAIC

Medio siglo después de estos clásicos del audiovisual cubano inscritos en el libro Memorias del mundo de la UNESCO, queda el sabor a gloria que pertenece al genio de Santiago Álvarez y su equipo de trabajo

Autor:

Jaisy Izquierdo

Cuentan los que lo vivieron, que a los cines se asistía también para ver cada semana la nueva edición del Noticiero ICAIC Latinoamericano, esa ventana fílmica que traspasaba las fronteras de la Isla y demostraba, con poderosas imágenes, que lo que estaba pasando en nuestro diminuto archipiélago no era un capricho de la Historia, sino que formábamos parte de un fenómeno más abarcador cuando por cualquier rincón se desencadenaba la explosión de revoluciones.

Y hasta allí, hasta lo más recóndito, hasta el fin del mundo, llegaba la cámara cubana, y luchaba, como un combatiente más, por sobrevivir a la metralla y las bombas para traer resguardada en el celuloide la evidencia. Entonces, frente a la pantalla grande, los cubanos de antaño fueron testigos de las conmociones de la guerra fría, del triunfo del presidente Allende en Chile, de las tristezas del pueblo vietnamita en pie de lucha, de la alegría portuguesa durante la Revolución de los Claveles, o del silencio más apabullante mientras la lente descubría los campos de exterminio en Cambodia, entonces Kampuchea.

Pero a la vez que contaba los sucesos más trascendentales del acontecer internacional, la cámara supo guardar además los hechos que conmocionaban a la nación, filmando el paso del ciclón Flora, la invasión de Playa Girón, la repercusión de la muerte del Che Guevara y del atentado de Barbados, el asedio a la Embajada del Perú o el éxodo del Mariel.

Hoy, de los Noticieros ICAIC, inscritos en el libro Memorias del mundo de la UNESCO, queda el sabor a gloria que todos sabemos le pertenece al genio de Santiago Álvarez y su equipo de trabajo. Pero también queda un cierto desconocimiento que los separa de las más jóvenes generaciones, que poco han visto de los más de 1 400 trabajos realizados entre 1960 y 1990, y que recogen los sucesos más importantes del siglo pasado.

Es por eso que el documental Memoria cubana, que por estos días se exhibiera en las salas de cine del país, fue una buena oportunidad para acercarnos a aquellas imágenes antológicas y a sus realizadores. Precisamente Iván Nápoles, el camarógrafo que realizó junto a Santiago un buen número de Noticieros, asume esta vez la dirección acompañado por la realizadora franco-brasileña Alice de Andrade, sin que ello signifique renunciar a emplazar la cámara, ni mucho menos cohibirse él mismo, como protagonista que fue, de contar lo vivido.

Así, Memoria cubana se va a tomar café por la mañana, para despertar los recuerdos de quienes fueron compañeros de Santiago Álvarez, aquellos que bajo sus órdenes tenían que comenzar a filmar desde el avión, sin haber llegado aún al lugar de destino; o esos otros que advirtieron la chispa en sus ojos por encontrar el título que daría sentido a aquel amasijo de películas e ideas, o los que lo verían saltar indignado cuando en un campo de batalla les impedían salir a filmar pretendiendo proteger sus vidas.

De esta manera testimonian junto a Iván, Alfredo Guevara, fundador y primer presidente del ICAIC, y su el sonidista Jerónimo Labrada, el truquista Pepín Rodríguez, la cortadora de negativo Rosalina Saavedra; el locutor y redactor de los primeros noticieros, Julio Batista; los directores de fotografía Pablo Martínez y Julio Simoneau; la reportera de guerra Marta Rojas; las editoras Julia Yip y Miriam Talavera; y los cineastas Fernando Pérez y Rebeca Chávez, quienes se formaron trabajando como asistentes de dirección de Santiago.

A las historias se unen, por supuesto, las imágenes de los noticieros, las mismas que anteriormente fueron rescatadas por un proceso de restauración del cual formó parte Alice de Andrade, hija del reconocido director del cinema novo brasileño Joaquin Pedro de Andrade.

Alice, quien se formó como guionista en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (EICTV) durante los primeros años de la década de los 90, se enfrascó en este proyecto cuando ya contaba con la experiencia de haber restaurado 14 de las películas de su padre, con lo cual hizo el documental, Historias cruzadas.

Defensora apasionada de la conservación del patrimonio cinematográfico, regresó al seno de la EICTV para desde allí hacer frente al deterioro que nuestros fondos fílmicos presentaban debido a la acción del salitre y la humedad propios de nuestro clima, así como a las carencias económicas aparejadas con el período especial.

Desde sus días de estudiante, Alice había quedado ligada a esta Isla y a su historia, por eso no es de extrañar que escogiera al finalizar su curso en la EICTV, un tema de la actualidad cubana para realizar su documental Luna de miel, donde se acercaba a la existencia ambigua de bodas y lunas de miel de lujo en pleno año 1993; una obra que fue laureada con el Premio Coral de cortometraje documental en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.

A esta, su Memoria cubana, tampoco le faltan las recomendaciones, pues ya fue galardonada en la reciente edición del Festival de Cine Ceará de Brasil con el Premio especial del jurado; un elemento más para no perderse el origen de los documentales que luego recorrerían el mundo bajo el nombre de Now!, Hanoi, martes 13; Ciclón, 79 primaveras o Hasta la victoria siempre.

Historias de un clásico

El 6 de junio de 1960 tuvo su primera emisión el Noticiero ICAIC Latinoamericano, que bajo la guía de Santiago Álvarez (1919-1998) finalizara el 19 de julio de 1990.

Fueron 1 490 entregas esperadas por el público semana tras semana. Durante sus tres décadas de existencia, el Noticiero ICAIC Latinoamericano se convirtió en una escuela para numerosos documentalistas y cineastas de gran valía.

A pesar de que cuando surgió el Noticiero..., en el país existía un nutrido catálogo de noticiarios y otros trabajos propios del periodismo cinematográfico, según las estudiosas del cine cubano Alicia García y Sara Vega en el texto El periodismo cinematográfico: aventuras, peripecias y trascendencia, aparecido en el segundo tomo de Coordenadas del cine cubano, «el Noticiero ICAIC Latinoamericano se diferenció mucho de todos los anteriores tanto formal como conceptualmente. Reseñó la información visual bajo nuevos preceptos y nunca incluyó anuncios comerciales. (...) Concebido para una frecuencia semanal, tenía aproximadamente diez minutos de duración, y se proyectaba antes del filme (...)».

Cuenta el crítico Joel del Río que el primer gran momento del Noticiero ocurrió cuando todavía no había cumplido un año de creado. «Varios cineastas del ICAIC filmaron como corresponsales de guerra algunos episodios vinculados a la invasión de Playa Girón. El material fue procesado en el Noticiero y se convirtió en el documental Muerte al invasor, firmado por Tomás Gutiérrez Alea y Santiago Álvarez.

«A partir de esta experiencia, no fueron excepcionales las ediciones que por su valor visual y artístico, su trascendencia política o cultural, sobrepasaban la categoría de noticiario coyuntural y se transformaban en excelentes cortometrajes documentales. Ese fue el origen también de Hanoi, martes 13 (1966), testimonio de Santiago Álvarez y el camarógrafo Iván Nápoles sobre un ataque aéreo a esa ciudad vietnamita».

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