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La CELAC es nuestra obra más preciada

Discurso histórico y contemporáneo de Raúl sobre la trascendencia de la fundación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños en Caracas. Cuba acogerá Cumbre de 2013. Destacan dignatarios de la región importancia de este foro de unidad. Los debates prosiguen este sábado

Autor:

René Tamayo León

CARACAS.— Como un instrumento político para aunar voluntades, en el respeto a la diversidad; para resolver diferencias, cooperar en el bien de nuestros pueblos, y solidarizarnos los unos con los otros, calificó el General de Ejército Raúl Castro Ruz la fundación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

En su primera intervención, en la sesión nocturna de constitución, señaló que esta «es nuestra obra más preciada». Su propósito, conceptuó, es consolidar una región unida y soberana, comprometida con un destino común.

Y saludó al país anfitrión; a la Venezuela hospitalaria, dijo, en el Bicentenario de su independencia.

Al calificar el establecimiento de la CELAC como un acto fundacional de carácter trascendental, señaló que las decisiones que aquí se adopten son el resultado del trabajo de los últimos tres años, y la reivindicación de 200 años de lucha.

«Las metrópolis de antaño y las potencias de hoy —dijo— han sido enemigas de este empeño». Y aclaró que el éxito de la CELAC dependerá del carácter y la soberanía que demuestren sus miembros.

Cuba presidirá la CELAC en 2013

El General de Ejército agradeció la designación de Cuba como presidenta pro témpore de la comunidad latinoamericana y caribeña en el año 2013, según propuesta de los ministros del Exterior y acuerdo de los dignatarios reunidos en la Cumbre durante la jornada de ayer.

Gracias no solo a los cancilleres, sino a todos los presidentes, primeros ministros y jefes de delegaciones presentes por esa designación, agregó.

En otra parte de su intervención, Raúl señaló que la unidad de Nuestra América ha de construirse en torno a la soberanía, el desarrollo y la equidad. Se trata, apuntó, de una región vasta por su patrimonio natural y sus recursos humanos.

Reconoció que no existen, entre todos, idénticas coincidencias políticas, pero se está en una comunidad de naciones que comparten realidades comunes y una riqueza en sus mares y tierras que atesoran extraordinarias potencialidades si se utilizan de forma sostenible, con responsabilidad y solidaridad, lo cual puede proveer a las presentes y futuras generaciones de un porvenir de justicia.

Agregó que América Latina es una región sin armas nucleares, un privilegio —dijo— que pocas zonas del mundo disfrutan. También estamos —alertó— ante el reto de crear un futuro sin bases militares extranjeras en nuestros territorios.

Destacó además el potencial técnico y científico de alto calibre, e insuficientemente aprovechado, que dispone la comunidad que agrupa a la CELAC.

Esta es, no obstante —denunció—, la región del mundo con mayor desigualdad en la distribución de la riqueza. El General de Ejército se refirió así a la gran brecha aquí entre la extrema concentración de la riqueza en pocas manos, frente a la inmensa pobreza de las mayorías.

No obstante, dijo, es un escenario que brinda oportunidad si actuamos con responsabilidad y verdadero espíritu solidario.

Reclamó también el compromiso continental con Haití. La región tiene, dijo, la responsabilidad histórica y ética con esa república hermana, donde se produjo la primera revolución victoriosa de la humanidad, liderada por esclavos.

Haití requiere y merece que contribuyamos a su reconstrucción y desarrollo, en estricto apego a la voluntad de su gobierno y la necesidad de su pueblo, apuntó.

Cuba, agregó, ratifica su colaboración, su modesto esfuerzo, y su decisión de permanecer en Haití los años que sean necesarios si el gobierno de esa nación a sí lo dispone.

Raúl recordó que a Cuba, férreamente bloqueada por los Estados Unidos, no le sobran recursos, al contrario, pero está dispuesta a compartir lo que tiene con quien lo necesite.

Señaló el firme compromiso de nuestro país a oponernos con firmeza a todo intento de desestabilización al orden constitucional en nuestras naciones

Más adelante apuntó que hoy América Latina ha cambiado, que no se nos puede tratar como en el pasado. La carta bicentenaria que hoy adoptamos debe asumirse como expresión de esa realidad.

El compañero Raúl fue el tercer interlocutor en la jornada nocturna de inauguración de la CELAC. Primero lo antecedió Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, para quién «la CELAC es una de las grandes hazañas de nuestra región».

«Juntos seremos más fuertes, juntos podemos crecer, y de forma solidaria. Tenemos todas las condiciones», añadió.

Este es —agregó— un hecho de gran envergadura. Hoy asumimos la responsabilidad política, y como conciudadanos de este continente, de poner en marcha este foro».

El primero en usar de la palabra al abrir la Cumbre fue el presidente Felipe Calderón, de México, sede de la II Cumbre de América Latina y el Caribe (CALC) en febrero de 2010, a quien siguió el dignatario anfitrión de esta cita, Hugo Chávez.

Las intervenciones se prolongaron hasta entrada la noche, tras lo cual los dignatarios se tomaron la comúnmente conocida como foto de familia.

Las sesiones prosiguen este sábado.

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