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Una mujer llora al llegar ante su casa en Raqqa, totalmente destruida. Autor: AFP Publicado: 03/11/2017 | 10:46 pm
El Departamento de Defensa de Estados Unidos, como cualquier agencia gubernamental, debe rendir sus cuentas periódicamente, y en su caso informar a los contribuyentes cuál es el costo de sus guerras, aunque los estadounidenses desconozcan algunas de ellas, hechas por trasmano o de manera encubierta.
La Federación de Científicos Americanos en su Secrecy News Blog ha obtenido y revelado una versión de esos gastos desde que George W. Bush, el hijo, inició la infinita «guerra contra el terrorismo» —tras el fatídico 11 de septiembre de 2001— hasta nuestros días y resulta que la suma reconocida llega a un millón 460 000 millones de dólares. Sacada la cuenta del costo diario, el Pentágono se engulle día tras día 250 millones de dólares.
Por supuesto, Afganistán e Irak se llevan la mayor parte, pero sufren también Siria y Yemen, por solo citar otra dos.
El malgasto de las arcas es evidente. Estados Unidos no ha logrado acabar con el terrorismo, por el contrario, es sabido que muchos de esos grupos los ha creado, organizado y armado para una guerra casi global fragmentada con el «logro» de dividir países a lo interno y ponerlos a luchar entre sí, fundamentalmente en el Medio Oriente y el Norte africano, destruirlos en lo material y diezmar sus poblaciones por muerte o desplazamientos obligados en cifras que también espantan.
Y si usted sufrió de vergüenza ajena con los multimillonarios dígitos de los billetes verdes que estarían mejor empleados en curar males de su propia sociedad y otros muchos que proliferan en el mundo, quedaría atónito con saber la verdadera, pues la contabilidad pentagoniana solo incluye las sangrías directamente destinadas a los conflictos dirimidos en los campos de batalla, a ellas puede adjuntársele las relacionadas con la extensa comunidad de inteligencia, donde ocurren las operaciones sucias, el espionaje y las guerras de cuarta generación.
