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Recibiendo a un viejo amigo

El Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez llegó este miércoles a Beijing, donde sostuvo un encuentro con el Presidente del Comité Permanente de la XIII Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, recorrió la Ciudad Prohibida e intercambió experiencias en la noche con estudiantes nuestros y con el colectivo de la Embajada de Cuba en el hermano país

 

Autor:

Alina Perera Robbio

Beijing.— Con su impronta de modernidad desbordada, de edificios acristalados que le rascan el vientre al cielo, y de centros innovadores desde los cuales proyectar el futuro, la ciudad de Shanghái dijo adiós con lluvia, desde muy temprano este miércoles, a la delegación cubana que encabezada por el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, realiza una visita oficial a la República Popular China.

El siguiente punto de arribo en la agenda de la comitiva en el país asiático —la cual comenzó el martes y culmina hoy— fue el Aeropuerto Internacional de Beijing, donde al mediodía el Jefe de Estado de la Isla caribeña fue recibido por Ma Xiaowei, presidente de la Comisión Nacional de Salud en el país anfitrión. 

A las tres de la tarde (hora local) tuvo lugar el encuentro del mandatario cubano con Wang Yang, presidente del Comité Permanente de la XIII Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino.

«Estimado Presidente, compañero Díaz-Canel, es un gran gusto para mí poder reunirme con usted para, en nombre del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, y en el mío propio, dar la más calurosa bienvenida a la delegación encabezada por el compañero Presidente», expresó Wang Yang, y así dio inicio al diálogo que tuvo como escenario la sede del auditorio nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino.

«Es usted un viejo amigo del pueblo chino —dijo el anfitrión a Díaz-Canel—; siempre ha querido dedicarse usted a promover la amistad y la cooperación entre China y Cuba en las distintas áreas, con lo cual ha hecho activas contribuciones a la agenda bilateral».

Wang Yang elogió en el mandatario cubano que a poco de haber asumido su responsabilidad como Jefe de Estado haya tomado la decisión de encabezar personalmente «esta importante delegación cubana para visitar a China, lo que pone de pleno manifiesto la enorme importancia dada por la parte cubana a las relaciones entre China y Cuba».

El Presidente del Comité Permanente de la XIII Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino mencionó a Díaz-Canel los encuentros que este jueves él sostendrá con importantes autoridades del país visitado, incluyendo conversaciones oficiales con Xi Jinping, presidente de la República Popular China. 

Sobre el último encuentro mencionado, Wang Yang aseguró al Presidente cubano que su homólogo «está esperando poder planificar junto con usted la agenda bilateral y el plan magno de las relaciones entre China y Cuba en esta nueva era.

«Estoy convencido de que, con las reuniones y los encuentros, ustedes promoverán el ascenso de las relaciones entre China y Cuba a alturas históricas», afirmó el dirigente asiático, quien no olvida, y así lo contó durante el encuentro de este miércoles, que en 2015, cuando él visitó a nuestra Isla, el General de Ejército Raúl Castro Ruz priorizó en su agenda poder tener una atención con la delegación procedente de la República Popular China.

Aquella fue una visita, confesó, que dejó en él y en sus compañeros una «profunda y amena impresión». Y hacia el final de sus palabras comentó el deseo de transmitir «saludos cordiales y los mejores votos de mi parte, al Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro».

Díaz-Canel, en sintonía con el ánimo de Wang Yang, enfatizó: «Para nosotros es un honor y un placer estar aquí de visita en su país; y ante todo queremos agradecer las facilidades que ustedes nos han dado para realizar esta visita, y la posibilidad de que nos podamos encontrar y conversar con los principales dirigentes chinos.

«Esta visita para nosotros tiene una importancia muy significativa», dijo el mandatario cubano a quien antes le había dedicado palabras fraternales: «Tiene que ver, como usted decía, con la vocación que tenemos por nuestra amistad, por trabajar siempre en el fortalecimiento de las relaciones bilaterales entre nuestros Gobiernos y pueblos».

Recorriendo la Ciudad Prohibida

La tarde y el frío, y un silencio gravitando en las anchurosas plazas, en los pabellones antiquísimos de la Ciudad Prohibida, en Beijing, hacían pensar en la trascendencia, en el paso efímero de los hombres sobre la Tierra, y en cómo el alma de un pueblo se amasa a través de cientos de años de costumbres.

Hasta ese lugar donde vivieron 24 emperadores de las dos últimas dinastías, y que comenzó a construirse en el siglo XV, llegaron el Presidente cubano y la delegación que le acompaña en su visita oficial a la República Popular China.

Todavía causan admiración los techos de los pabellones exquisitamente adornados, el trono del emperador —hecho de distintas maderas coloridas y aderezado con todo tipo de filigranas y de símbolos alusivos a la longevidad y la prosperidad—, los techos coronados con criaturas que, si eran numerosas, evidenciaban la importancia del morador de la corte; y si no eran muchas, hablaban entonces de alguien no tan notable en los predios imperiales.

En ese escenario tan antiguo tal vez lo más útil para resaltar sea una filosofía que generaciones y generaciones de seres han asumido como si la tuvieran incorporada a su cadena genética. Para el alma asiática cultivada en los predios de la Ciudad Prohibida, deslindar la vida pública de la privada era muy importante, así como la contemplación, y la pertinencia de no mostrar excesivamente las emociones (ni mucha tristeza, ni demasiada alegría, ser muy sereno y hasta frío por fuera aunque tibio o caliente por dentro, en una suerte de filosofía del «termo», como llaman los asiáticos a esa actitud de contención, según explicó a esta reportera un hombre muy conocedor de la cultura en estos días visitada).

En un momento de su recorrido Díaz-Canel dejó constancia de algunas de sus impresiones sobre un cuaderno de hojas claras: «La oportunidad de visitar la Ciudad Prohibida constituye para nosotros una excepcional oportunidad de acercarnos a la historia impresionante de este inmenso país.

«Esta historia es la base de una antigua civilización cuyos valores culturales e históricos han perdurado en el tiempo, y constituye un patrimonio no solo de China, sino de toda la humanidad.

«Les estamos muy agradecidos por brindarnos la posibilidad de realizar esta visita, y por las importantes y esclarecedoras explicaciones que nos han ofrecido. Muchas gracias. Con respeto y admiración desde Cuba, Miguel Díaz-Canel».

Encuentro en nuestra Embajada

Siempre que en otro lugar del mundo encontramos a cubanos laborando en representación de la Isla, o sencillamente sintiendo por la tierra nuestra, es como si uno se rencontrara con una familia gigantesca y llena de afectos, a la cual pertenecen muchos hijos.

Esa certeza afloró durante el encuentro que en la noche de este miércoles el Presidente cubano sostuvo con el colectivo de la Embajada de Cuba en la República Popular China, y con jóvenes nuestros que están cursando materias en centros de altos estudios del país hermano.

Se dio la oportunidad de que estudiantes de distintos universos del saber contaran sus historias de vida y sus percepciones sobre la experiencia de una preparación que Cuba necesita. Hicieron uso de la palabra jóvenes que cursan idioma chino, o se superan en temas de informatización, o de administración y negocios. Todos coincidieron en sus sentimientos de gratitud por cómo la Embajada cubana en el país asiático los atiende y ayuda en cualquier trámite que resulte necesario.

«Para nosotros era muy importante reunirnos con ustedes —dijo el mandatario a los educandos y al personal diplomático—; tenemos como costumbre, cada vez que vamos a un país, reunirnos con los compañeros nuestros que están allí en cualquiera de las funciones de la misión, y en particular nos interesaba el programa de las becas. Ahora, con lo que han explicado aquí, uno se da cuenta de que se trata de un programa mucho más consolidado. Se nos están dando verdaderas oportunidades, y percibo también que ha habido entrenamiento en los ministerios nuestros para atender esos programas que antes no eran valorados como lo que son, una importante inversión en materia de conocimiento».

Sobre esta visita, Díaz-Canel comentó su esperanza de que sea satisfactoria, y que llegue a marcar un momento en el fortalecimiento de las relaciones entre ambos países. «Tenemos una identificación política, una concertación en temas internacionales, tenemos criterios que compartimos acerca de las problemáticas más esenciales del mundo, y cada uno aporta con su propia experiencia en la construcción del socialismo. Por lo tanto hay un intercambio muy alto a nivel de diálogo».

A los presentes los felicitó por el esfuerzo realizado, por cómo representan a nuestro pueblo, y les deseó todo tipo de éxitos.

 

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