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Despojo para el terror

Confiscación del dinero venezolano: otra jugada sucia, que usará los recursos financieros incautados para agredir a la propia ciudadanía

Autor:

Marina Menéndez Quintero

El mayor y más descarado robo que haya sufrido el erario público de Venezuela, se está consumando ahora mismo. Y ha sido el sector derechista vendepatria de la desobediente y por eso sin funciones Asamblea Nacional, el que se ha prestado para hacer el papel de hoja de parra y que parte del dinero nacional ilegalmente confiscado por Estados Unidos, lo manejen dos empresas privadas foráneas.

Ciertamente, no se ha establecido —al menos no públicamente— si durante los gobiernos de turno de la derruida IV República, hubo alguna vez desfalco tan cuantioso. Eso podrían estárselo preguntando algunos…

Pero lo que convierte en inédita la jugada actual no es solo que priva a la ciudadanía del disfrute de recursos que le pertenecen. Lo más reprobable es que la acción está al servicio de la injerencia y la agresión de una potencia extranjera.

Se trata, en concreto, de alrededor de 80 millones de dólares que el Estado venezolano tenía depositados en el Citibank, a nombre del Banco Central de Venezuela. Ahora lo manejarán las firmas privadas estadounidenses BRV Disbursement Co. LLC y BRV Administrator Co. LLC., que se llevarán un millón de dólares por el trabajo, según reza en el contrato avalado por esa ala derechista del Parlamento venezolano que sigue apoyando al títere Juan Guaidó.

Sin embargo, no es el único dinero robado. Esa partida forma parte de los más de 340 millones de dólares de Caracas que han sido transferidos así, sin más ni más, a una cuenta en la Reserva Federal de Nueva York, cumpliendo órdenes de la Casa Blanca.

Pero la que muchos llaman ya «política del despojo» del patrimonio público venezolano, aplicada por Washington contra Caracas en el ámbito financiero como parte de su estrategia de acoso y agresión mutidimensional, es aún más amplia.

Según un acucioso artículo publicado por el sitio digital alternativo The Grayzone, la política de Donald Trump contra Venezuela ha conseguido que se confisque a ese país un total de hasta 24 000 millones de dólares en bienes públicos ubicados en el Norte, o en países de la Unión Europea aliados de Washington.

El primer escándalo de grandes proporciones fue el virtual secuestro de Citgo, filial de PDVSA asentada en EE. UU. y considerada el activo venezolano más importante de Caracas en el exterior.

Como en el resto de las acciones de este corte, la cortina de humo ha sido la figura de Guaidó, y la excusa de que los recursos se ponen en manos de su inexistente «gobierno de transición». El falso argumento que toma cada vez más fuerza busca presentar a la Venezuela bolivariana como refugio del narcoterrorismo, y a sus dirigentes como vulgares delincuentes a los cuales es preciso sancionar e, incluso, apresar…  

Bajo ese mismo supuesto, Venezuela también acaba de ser despojada de los lingotes de oro de la reserva que tenía, supuestamente a buen recaudo, en las bóvedas del Banco de Inglaterra, cuyo valor podría ascender a los 3 000 millones de dólares que Maduro pidió para hacer frente a la pandemia de la Covid-19.

Entonces el ejecutivo británico de Boris Johnson reconoció a Guaidó como presidente interino… y allá se ha quedado el oro.

Mientras, prosiguen otros juicios en Europa para arrebatarle a Venezuela sus activos, que en ese ámbito podrían totalizar unos 8 000 millones de dólares, según fuentes extraoficiales.

Lo más peligroso es que la decisión adoptada hace una decena de días por el Primer Ministro británico podría sentar un precedente «legal» para otros fondos venezolanos bloqueados en el extranjero, especialmente en países europeos sumados a la campaña de Trump.

La aberrante decisión británica sobre el oro de Venezuela Foto. Sputnik

¿Fondo para la liberación?

El saldo total, hasta hoy, de la guerra económica y financiera de EE. UU. contra Venezuela, contempla también otras medidas punitivas y por tanto, es aún más cuantioso.

Desde el inicio de las sanciones en 2017 luego de que, dos años atrás, Barack Obama decretara que ese país era una «amenaza» a su seguridad nacional, las pérdidas económicas sufridas por la nación bolivariana se calculan en 130 000 millones de dólares.

Y ya hay rumores que evidencian las jugarretas que puede hacer Washington con tanto dinero mal habido.

Se ha revelado que una ínfima partida de los 80 millones de dólares incautados en el Citibank —aunque todavía jugosa pues asciende a 600 millones de dólares en activos— habría sido desviada por Trump para construir parte del prometido muro en la frontera con México.

Todo indica que Guaidó, el supuesto presidente interino que pocos dentro de Venezuela aplauden, no ha dicho mucho sobre «la participación» de la Casa Blanca en el disfrute del desfalco… aunque seguro él tendrá acceso a lo robado.

No obstante, su denominado «embajador» en EE. UU., Carlos Veccio, ha aceptado que trabajó con el Departamento de Justicia para establecer un acuerdo que definiera el porcentaje que tocará a Washington, afirma The Grayzone.

Ignorando incluso que el actual Parlamento sin funciones eligió a otro opositor como su titular —Luis Parra, votado por la mayoría presente en el hemiciclo el pasado mes de enero— ese sector derechista de la Asamblea Nacional «aprobó» hace una semana que aquellos 80 millones de dólares formen parte de lo que falazmente han bautizado como Fondo de Liberación Nacional: un dinero que, si se usa para los fines que defiende Guaidó, serán gasolina para subvertir y ejecutar nuevas acciones de terror.

De lo contrario, constituirán buen punto de partida para que se siga corrompiendo esa ala opositora ligada a los partidos antagonistas de antaño.

Al respecto, analistas han destacado que ese dinero no es controlado por ningún ente y, además, su manejo mediante aquellas dos empresas estadounidenses privatiza el desfalco y lo terceriza, sacando supuestamente las manos de Trump del plato, aunque no otras…

Dicho modus operandi se suma a las medidas de asfixia económica de Estados Unidos y sientan pauta para fundar lo que el sitio web Misión Verdad considera un «paraEstado».

Claro que el escaso respaldo popular de Guaidó hacia el interior de Venezuela, y su nulo prestigio internacional por más que afirma le hayan reconocido 50 Estados, corta alas al maquiavélico proyecto en el orden político… aunque siga cercenando la vida de los venezolanos con el vulgar robo que se ejecuta mediante este, nunca visto, despojo financiero.

La aberrante decisión británica sobre el oro de Venezuela Foto. Lechuguinos

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