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Legal, pero no resuelve

El pasado 13 de enero, desde Grito de Yara, Río Cauto, Granma, Roberto Bonilla contó que el 22 de noviembre de 2020, de madrugada su refrigerador Haier dejó de funcionar. Con su multímetro comprobó cien voltios. Al amanecer seguía en cien. Lo reportó, y ese día fueron los de la UEB eléctrica Río Cauto. Midieron, y seguía en cien.

El 24 de noviembre fueron el director de la UEB eléctrica, la especialista de Atención al Cliente y un técnico en refrigeración. Comprobaron que al equipo se le dañó el motocompresor por el bajo voltaje, y le dijeron que para ese y otros averiados una comisión daría respuesta.

El 16 de diciembre, en reunión del director de la UEB y la especialista de Atención a la Población con los cuatro clientes con refrigeradores dañados, la respuesta fue el pago con cheque por valor de 132.90 CUC (antes del ordenamiento monetario), que respaldaba lo siguiente: Motocompesor con un valor de 840.00 CUP; el gas, 20.49 CUP; y la mano de obra, 21.40 CUP, para un total de 881.89 CUP. Y quedaban 2440.61 CUP para la transportación y demás.

«¿Dónde está la tienda donde podamos adquirir el motocompresor a ese precio?, decía Roberto. En mi provincia no hay, ni siquiera en MLC… Tengo entendido que cuando ocurren daños electrodomésticos por mala calidad del servicio eléctrico, la Empresa Eléctrica corre con los daños causados. En esas condiciones de no saber ni siquiera ellos donde comprar el motocompesor, no aceptamos el cheque. ¿Qué vamos a hacer con un cheque en la mano que no podamos darle el uso requerido?

«El documento que se nos dio a firmar y que, a su vez, marcamos donde dice inconforme, refleja que la Resolución 173 de Daños a la Propiedad de 2018, capítulo X, inciso u, plantea que si el cliente no acepta la propuesta que le hace la Unión Eléctrica para resarcir el daño, en el término de seis meses se cierra el expediente, considerándose que no procede.

«Ahora, con los nuevos cambios en la Tarea Ordenamiento, ¿cómo queda nuestro problema? Tengo un niño de 12 años, discapacitado y postrado en una silla de ruedas (distrofia muscular progresiva), y una niña de dos años. El único salario que entra a mi casa es el mío. En estos momentos ando con los alimentos y medicamentos en casa de los vecinos. ¿Qué hacer ante tal situación, más en estos momento cuando los precios están  tan altos? ¿A quién me quejo? No pido equipo nuevo, solo que me arreglen el que me dañaron», concluía Roberto

Al respecto, responde Yolaine Ramírez Carrazana, directora general de la Empresa Eléctrica Granma, que Roberto fue atendido correctamente y apegado a lo legislado en la Resolución 173/2018 de Daño a la Propiedad, la cual reza que en el caso de equipos eléctricos se establece la reparación como primera opción, para lo cual  la Empresa Eléctrica provincial tiene concertado contrato con la Empresa de Servicios Técnicos. Y no resultó, pues en el taller no cuentan con el motocompresor, además de que allí hay un escalafón para los clientes que son personas naturales, y las empresas no son prioridad.

Añade que, cumpliendo con lo legislado, se procedió a la indemnización mediante un cheque de pago, con lo cual Roberto no estuvo de acuerdo, y se negó a recibirlo. Y reiteró lo establecido también en el capítulo X de la Resolución, en cuanto a que, de mantener el cliente su posición, tiene seis meses para aceptar la propuesta de la Unión Eléctrica para resarcir su daño; y si no lo hace se cierra el expediente, considerándose que no procede.

«Por estas razones, afirma, el cliente queda inconforme y la queja concluye no solucionada y sin razón».

  Agradezco la respuesta, pero esta, aunque apegada a lo legislado, no responde a la compleja realidad de hoy: No hay compresores en el taller y la entidad eléctrica no está priorizada en el escalafón, de manera que pueda indemnizar a su cliente por el daño. Tampoco en el comercio minorista hay compresores; si los hubiera sería en las tiendas en MLC. No alcanzaría esa suma en CUC, dictada antes del ordenamiento, para que el cliente hoy, a la luz de precios mucho más altos, resuelva un problema que él no creó.

Al menos, no debería calificarse sin razón la queja de Roberto. Claro que él la tiene, mucho más con el cuadro familiar que presenta. Lo otro sería que se busquen soluciones de país, que permitan a la Unión Eléctrica y a sus empresas acceder a los recursos para indemnizar a sus clientes por los daños a la propiedad que les ocasionen.

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