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Entre heces y sin solución aún

Eliannys Álvarez Pérez, residente en el apartamento 2 del Edificio 36 en el reparto Miraflores, de la localidad holguinera de Moa, denuncia que hace más de un año, los vecinos de los primeros pisos de ese inmueble multifamiliar vienen sufriendo una situación extrema con la tupición de la fosa.

Refiere que se han quejado en todas las instancias, sin violar los escalones: Dirección de Acueducto, Gobierno y Partido. Personalmente ella les ha proporcionado el número de su teléfono a varios funcionarios que le han recibido la queja, pero no se resuelve la situación. Y ni siquiera le han llamado.

«A cada uno de los funcionarios y al Director le he explicado que el carro de alta presión ha ido en dos ocasiones, pero el trabajo de destupir el registro no se ha hecho. La respuesta que siempre he recibido por el Director de Acueducto es que mi caso no es el único en el municipio.

«Estoy clara de la situación, pero a nosotros nos suben las heces fecales tanto por la cocina como por la bañadera. Al lavar y descargar los baños de los pisos de arriba salen en mi taza y bañadera. Cuando llueve se nos inunda la casa de agua de lluvia y fosa. En una ocasión perdí un armario y los equipos tuvimos que subirlos para un segundo piso para no perderlos».

Lo otro es el peligro para la salud humana. La propia Eliannys en agosto de 2024 contrajo el dengue, y estuvo grave. Contrajo una hepatitis que la mantuvo sin trabajar tres meses. Y, además, tiene una anciana de 80 años con Parkinson y demencia viviendo en esa insalubridad.

«Pensando que tendría otro tratamiento, afirma, escribí al Portal del Ciudadano de la provincia el 1ro. de julio. Me dieron un número de caso para que consultara vía internet el estado de mi planteamiento. Y, para mi sorpresa, hace una semana entré al sitio a revisar y decía que el caso estaba resuelto y concluido el trabajo, y ni siquiera me han llamado a los teléfonos que proporcioné cuando lo denuncié en el sitio», concluye. 

No hay momento fijo para sus alimentos 

Pedro González Cárdenas, residente en Calle 21, Nro. 7811, apto. 2, entre 78 y 80, Buenavista, municipio habanero de Playa, es un anciano vulnerable que recibe desayuno, almuerzo y comida, mediante el Sistema de Atención a la Familia (SAF), en el Felo Bar, sito en calle 11 esquina a 86, en el propio municipio.

Y asunto que lo tiene muy preocupado es que les quitaron la asignación del gas de balón para cocinar los alimentos. No sabe la razón, si es por el déficit de combustible o si porque no se firmó el contrato correspondiente.

Lo cierto es que, según relata, ahora los alimentos se procesan en otro local, por lo cual no hay una hora fija para que lleguen a sus destinatarios, al punto de que algunas veces se tardan bastante tiempo, con la consecuente incomodidad para esos ancianos y otras personas muy vulnerables de salud y de economía.

Como se evidencia en las dos historias reveladas hoy, no solo hay problemas de dejadez y negligencia en la atención y solución de problemas de la ciudadanía, sino  que también se agravan las ya de por sí calamidades hijas de problemas carenciales con la ausencia de una comunicación sistemática por las instituciones. Y queda al final esa sensación de orfandad y soledad en los sufrientes.

 

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