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El revuelo de La Boruga

Se trata de una de las obras más complejas que se acometen en Vialidad, un sector en el que el huracán Matthew ocasionó pérdidas valoradas en alrededor de 22 millones de pesos, y en el que hasta la fecha se ha invertido más de la mitad para resarcir las afectaciones

Autor:

Haydée León Moya

MAISÍ, Guantánamo.— ¿Por qué tanto revuelo con el desvío de La Boruga, una carretera de solo 4,5 kilómetros?, comentó en mi perfil de Facebook un internauta que leyó en JR la noticia sobre esa obra que se construye aquí, tras el paso del huracán Matthew.

No es la más costosa. En eso la supera la carretera que enlazará a Moa y Baracoa, después de la destrucción del puente sobre el río Toa. Tampoco es la que ha demandado mayor participación de fuerza especializada venida de otras partes, en los viales asociados a la incomunicación de Baracoa, hasta de más allá de nuestras fronteras se involucran expertos en el tema.

La causa de tanto revuelo radica, le respondí, en el impacto que tendrá y su complejidad. De todas formas, el cuestionamiento me llevó, unos días después, hasta donde comienza dicha inversión, que cobra vida conforme a la política de la dirección del país para la etapa de recuperación: restablecer lo perdido y mejorar lo anteriormente existente. Y sí, el desvío de marras es digno de cualquier revuelo.

Muchos protagonistas

En Jobo Claro, a la altura del tercer nivel de las emblemáticas terrazas de Maisí, al pie de las costas y de la inmensidad del océano Atlántico, entre tierra removida y ruido de camiones, retroexcavadoras, buldóceres motoniveladoras…, comprendí que, en efecto, se trata de una de las obras más complejas que se acomete en Vialidad, un sector en el que Matthew ocasionó pérdidas valoradas en alrededor de 22 millones de pesos y en el que hasta la fecha se han invertido más de 13 millones para resarcir las afectaciones.

Allí, en ese recóndito paraje de la geografía de Oriente, el protagonismo tiene diferentes rostros. Es media mañana de sábado y un joven que viste pantalón verde olivo, unas botas hasta media pierna y un pulóver desgarrado, se mueve de un lado a otro, mientras sirve a cada hombre un sorbito de café, el primero del día.

Drianny Fuentes Fuentes se llama. No es constructor. Vive en Jobo Claro y dice que el inicio de esta obra le cambió el rumbo que estaba decidido a darle a su vida después de que el huracán dejó arruinado parte del lugar donde ha vivido sus 33 años.

«Había recogido todo para irme de aquí, pero llegó esta gente de Las Tunas, llenaron los alrededores de mi casa de camiones y un montón de cosas y preguntaron si podían dejarlos ahí hasta el otro día, que comenzaban a trabajar en una obra que evitaría el paso por una peligrosa loma.

«Esa noche casi no dormí cuidando todo aquello, y pensando. Recordé a vecinos que perdieron la vida en accidentes en La Boruga, y los cuentos de mi abuelo. Él me narraba que mucho antes de La Boruga, era peor, que para ir a Baracoa había que cruzar como diez pasos de ríos y si te los encontrabas crecidos tenías que virar, amanecer o pasar  mucho tiempo  en el monte esperando que disminuyera la corriente».

Cuando lo sorprendió el día y el regreso de los constructores, accedió a servirles como práctico de la zona. Desde entonces no se ha separado de ellos, y ha olvidado la idea de largarse de Maisí, por el contrario, quiere aprender y hacerse constructor de caminos allí. «Trabajan duro. Son gentes de moral», aseguró.

Habla el lugareño de experimentados trabajadores de Vialidad que, venidos de las provincias de Villa Clara, Granma, Santiago de Cuba, Las Tunas y Holguín, conforman una potente fuerza de 177 hombres que hace tres meses están lejos de la familia. Algunos, incluso, viven en campamentos construidos a pie de obra.

En el tramo de Jobo Claro a la comunidad baracoense de Yumurí, laboran los de la Empresa Constructora de Obras de Ingeniería 24, de Santiago de Cuba, y del Contingente Leoncio Vidal, perteneciente a Obras de Ingeniería 25, de Villa Clara.

En dirección contraria, avanzan integrantes de las empresas de Construcción y Montaje de Las Tunas y Granma, así como la de Obras Industriales de Holguín. Un protagonismo  especial en este nuevo trazado  —que se abre paso entre cerrados bosques naturales, en un terreno irregular con unos dos kilómetros formados por montañas de rocas costeras— lo tiene una agrupación especializada en explotación de materiales.

Trabajan entre detonaciones que ensordecen, piedras que se disparan, el ruido de las perforadoras que entran hasta más de 30 metros «diente de perro» adentro y levantan cortinas de un polvo penetrante y enceguecedor. Y es más que evidente el resultado de tanto esfuerzo.

Ya se ve buena parte del terraplén, y el rocoso resultante de las voladuras, que se estima en unos 300 000 metros cúbicos en total, lo aprovechan como relleno en la estructuración del talud, lo que reduce el traslado de material, acelera la ejecución de la obra y abarata su costo, explica el joven ingeniero mecánico Javier Rodríguez Perdomo, director de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Oriente, perteneciente a la Empresa geólogo-minera de Holguín.

«Del total de excavaciones que precisa la inversión, el 80 por ciento se hace mediante explosivos, de otra manera sería imposible “meterle el diente” al “diente de perro”, dice.

El vial es una compleja obra constructiva. Foto: Jorge Luis Merencio Cautín

De impactos y otras huellas

Para ahondar en los impactos de esta carretera en construcción, sostuvimos un diálogo con Francisco Hernández Guibert, subdirector del centro provincial de Vialidad.

—¿Qué hizo pensar en construir este desvío, si Matthew dejó intacta la carretera de La Boruga?

—Por La Boruga es imposible el tránsito del transporte de carga entre Baracoa y Maisí. El Consejo Provincial de Defensa, con la presencia del general de cuerpo de ejército y viceministro de las FAR, Ramón Espinosa Martín, planteó la necesidad de buscar una alternativa con la mayor brevedad posible.

«A partir de esa indicación comenzamos a hacer las planeaciones, usamos los planos cartográficos, GPS, volamos en helicóptero varias veces sobre la zona y la caminamos hasta que fue posible hacer la línea de deseo del trazado. Se valoraron proyectos existentes, pero prevaleció una propuesta completamente nueva y que se hace conforme avanza la construcción, que debe concluir este año».

—¿Cómo se comporta, en general, su ejecución?

—Al cierre de diciembre se habían  invertido unos cuatro millones de pesos. Se trabaja por tramos o estaciones, de las cuales existen cinco integradas por varias brigadas. En general, hemos completado 2,6 kilómetros de terraplén en varios tramos alternos, y se avanza en 400 metros con explosivos.  Todavía no hay continuidad entre un tramo y otro.

—¿Qué hace intransitable para los equipos de carga la actual carretera?

—Las pendientes, que son hasta de más de un 20%, cuando deben estar por debajo de un 15%; todos y los radios de curvatura están fuera de la norma. Los carros más grandes deben dar dos giros para doblar. Eso es muy peligroso.

—¿Se trata, entonces, de sustituir, con la obra nueva, un disparate de la ingeniería civil?

—La Boruga se extiende por unos tres kilómetros, y de ellos  tiene unos tramos de 500 o 600 metros que son los más peligrosos, pero exhibe buenos muros y está pavimentada. Fue una solución que se dio en un momento determinado.

—¿Qué ventajas posee la nueva carretera sobre el vial de La Boruga?

—Pendientes más suaves (entre el cuatro y el seis por ciento), aunque tiene algunas importantes sobre todo en los intercambios de terrazas, entre un 14 y un 16 por ciento; y un tramo más lineal, sin las curvas imposibles de La Boruga. Se gana en tiempo de viaje por el confort de la vía, que tendrá un ancho de 6,20 metros y 1,50 en los paseos, excepto en las pendientes, con solo 75 centímetros. Estará recubierta en un primer momento con penetración invertida en los sitios más llanos y hormigón en las pendientes. Finalmente, quedará pavimentado el ciento por ciento de la vía con hormigón hidráulico.

La nueva vía, además, puede abrir el paso del turismo desde Baracoa hasta los sitios de interés en Maisí, y posibilitará una ruta de ómnibus nacionales desde este último municipio hasta La Habana, pasando por Baracoa, Moa y Holguín. Esas son las proyecciones.

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