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Las puertas que nos hacen cada vez más ciertos

La cantautora Liuba María Hevia presentará este sábado, en el Karl Marx, su más reciente producción discográfica

Autor:

Ariadna Ruiz Almanza

Porque se antoja llovizna, y río, y mar... y escampada. Porque son sus versos alpiste de rocío y mañana, caprichos de la nostalgia, apremios que se refugian en confesiones y tonadas. Como sus canciones es Liuba María Hevia, no hay duda, y para reafirmarlo, la trovadora se reencuentra nuevamente en su más reciente producción discográfica Puertas (2010), disco que cuando lo escuché por primera vez me hizo recordar aquellos versos del español Pedro Guerra que dicen: Daniela por dentro está llena de puertas, unas cerradas, y otras abiertas; a veces sales y a veces entras.

A este diálogo con uno mismo, con los sentimientos humanos, con el pasado que nos define, y con los sueños por los que no paramos de mecernos, le canta Liuba; a esa escena surrealista de puertas y más puertas que nos paralizan, confrontan, atemorizan, pero nos hacen cada vez más ciertos.

«Las puertas son muy sugerentes, gráficas, y la canción que da título a este CD es muy simbólica; cuenta aparentemente una historia, pero en realidad solo brinda las señales para uno escoger el camino que quiere seguir.

«A mí me seducen estas canciones misteriosas. La “verdad” tiene muchos matices, y ese fue el detonante de la canción, la cual habla de las soledades de los seres humanos, de las puertas que tenemos delante y no somos capaces de empujar, de las que no sabemos derribar cuando hace falta, de las que nos inventamos, de las que tenemos que clausurar, de las que dejamos entreabiertas».

Y fue precisamente este disco una puerta que Liuba había dejado entreabierta para luego regresar a ella.

«No hacía un álbum con mis canciones desde Ilumíname en 2002, pues aunque empecé a preparar Puertas antes que Secretos Cantados (2007), dejé reposar el primero y decidí hacer el segundo con esos temas que llegaron de España y que ya casi nadie canta.

«Yo creo en la utilidad de las cosas, en eso mi madre era máster, y fue ella una de las personas que me sugirió priorizar Secretos... en aquel momento. Tardé unos tres años entonces en hacer Puertas, entre otras cosas porque mi madre enfermó y cuidarla era lo más importante. Así fue postergándose hasta que logré grabarlo en tres largas sesiones, interrumpidas por giras nacionales e internacionales, hasta que lo culminé en mayo de este año».

En los arreglos musicales de las canciones de Liuba destacan casi siempre las cuerdas, sin embargo, esta propuesta tiene, como ella misma dijera, nuevos colores.

«Trato de diferenciar mucho mis trabajos, eso es una obsesión personal, porque los discos son como los hijos, que no solo llevan nombres diferentes, sino que nacen con una personalidad diferente.

«Quise siempre que aparecieran en él los metales —por primera vez en mi discografía—, y esto ha sido muy difícil de comprender para algunos. Sin embargo, muchos, a pesar del escepticismo inicial, me han expresado ya su agrado.

«Mantengo las cuerdas, soy una enamorada de ellas, y le presto más atención a los chelos (registros medios y graves), a diferencia de otros discos donde resalto las violas y los violines. Por primera vez también incluyo el arpa, y las guitarras, acústica y eléctrica, tienen una mayor presencia en comparación con otras producciones.

«El disco lo grabé con algunos de mis músicos y muchísimos invitados, jazzistas casi todos, como por ejemplo, Ramsés Rodríguez en la batería y Miguelito Núñez al piano. Me acompañaron además el asturiano José Ángel Hevia en la gaita, la flautista Lucía Huergo, la chelista Felipa Moncada, el trompetista Alexander Abreu, entre otros importantísimos músicos de este país.

«Tuve el honor también de contar con la interpretación de Ana Belén, quien fuera, como siempre digo, la banda sonora de mi juventud primera, y una de las voces que más admiro. Resulta que dos amigos, Mariano Díaz y Miguelito Núñez, trabajan con ella y le pasaron el tema Tristeza para que lo escuchara. Luego recibí la noticia de que quería hacerle la voz. Fue una gran gentileza de su parte y una sorpresa enorme para mí».

En Puertas podemos encontrar géneros como el reggae, la guajira, el chachachá, y además... «tiene cierto aire de blues, jazz —con un espacio para la improvisación más abierto de lo que acostumbro—, samba, tango. Y es que además de las influencias que tengo de la música cubana, llevo dentro la latinoamericana de manera muy especial: la brasileña, la argentina. El tango me fascina, quienes van siempre a mis conciertos saben que no falta. Uno es el resumen de lo que vive.

«Mi madre escuchaba mucha radio, era una melómana total, y eso me lo pasó a mí. En mi casa se escuchaba todo el tiempo al Trío Matamoros, al Benny, a María Teresa Vera, la Orquesta Aragón, mucha música clásica».

El disco, que recoge temas compuestos entre el 2002 y el 2008, le canta «a la familia, a los amigos, a la vida en general, es un tanto nostálgico, autobiográfico, con una mirada hacia atrás, como agradeciendo; pero también alude al futuro, cuestiona, se preocupa por determinadas cosas. Dedico un tema a mi madre (Se busca, 2008), a mi abuelo asturiano (Con los hilos de la luna, 2004), a la abuela Verónica (Tema para Verónica, 2003), al poeta Mario Benedetti (Cautivo, 2004), y a Fernando Pérez y Suite Habana (Tristeza, 2003). En Puertas hay un equilibrio entre las canciones, parecen más comprometidas unas con otras».

Y es, tal vez, esta comunicación sincera y empastada entre la palabra y los excelentes arreglos musicales, la que ha propiciado la popularidad que hasta el momento tiene el álbum.

«Trabajo pensando en lo que creo principalmente, pero si además el resultado coincide con la gente, pues ¡qué bueno!, ¿no? Algo así me ha sucedido con Puertas, que fue el segundo disco más vendido este año en la Feria de Arte en la Rampa.

«Próximamente saldrá su segunda edición, donde solo variará el tema El sueño del ángel (2006) en una versión a arpa y voz. El CD vendrá acompañado por un DVD que grabamos en la sede de la Compañía Infantil de Teatro La Colmenita, y el cual incluirá el videoclip del disco y su making off».

Este sábado en la noche el Karl Mark abrirá sus puertas a Liuba y a todos aquellos que acudan a su encuentro. Una especie de orquesta integrada por nueve chelos será, según nos adelanta, uno de los atractivos del espectáculo; y lo defino así, porque de esa manera piensa la cantautora sus conciertos: como un espectáculo, con luces y escenografías, danzas y vestuarios.

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