Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Quiso volver a prisión...

Napolitano prefirió violar la prohibición de salir a la calle, en lugar de permanecer en casa aguantando discusiones con su familia. Zorro obstinado no suelta a mujer a quien muerde y corre prendida de ella por más de un kilómetro en Arizona. Perrito de Hamburgo, se puso a mordisquear el teléfono de su dueño mientras estaba ausente, y logró dar con un número real

Autor:

Juventud Rebelde

Prefiero la cárcel...

Un napolitano condenado a arresto domiciliario prefirió violar la prohibición de salir a la calle para volver a prisión, en lugar de permanecer en casa aguantando discusiones con su familia, informó ANSA. Massimiliano Ambrosio pidió en vano que lo autorizaran a cumplir con su pena en prisión y no en su casa, donde la convivencia con su hermana y su cuñado era un «infierno». Massimiliano había sido juzgado justo por peleas con su familia. ¡Vaya círculo vicioso!

¡Suéltame, villano!

Una mujer que suele correr todas las mañanas en Arizona, EE.UU., debió hacerlo a lo largo de más de un kilómetro con un zorro rabioso colgado del brazo. Según AFP, la joven corría por un sendero cuando se encontró con un zorro. El animal saltó y cerró la mandíbula sobre los pies de la corredora, que logró apartarlo, pero el zorro le mordió entonces en el brazo, sin soltarla. Ella entonces se dio cuenta de que debía llevarse el animal para ser analizado, corrió hasta su auto (el de ella, claro, pues el zorro andaba a pie) con el impertinente enganchado, y logró meterlo en el maletero. Ella hoy está bajo tratamiento, y él muerde los barrotes de una jaula.

Telefonista

Otro animalito listo es cierto perrito de Hamburgo, Alemania, que se puso a mordisquear el teléfono de su dueño mientras estaba ausente, y logró dar con un número real. «Una mujer ha recibido este jueves una llamada y ha escuchado un refunfuño. Ella se ha preocupado por la salud de su interlocutor y ha intentado volver a llamarle», dijo la policía local. La mujer advirtió enseguida a su nuera, y esta avisó rápidamente a la policía, pero los agentes, como es lógico, llegaron y no encontraron a nadie. El dueño del perro «telefonista» explicó después lo sucedido y pidió excusas. Para la próxima, hace falta que teclee, o sea, que mordisquee el número de Zoonosis...

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