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Trámites empantanados

Jorge Álvarez Santiesteban (calle 49, No. 7408, entre 74 y 76, Marianao, La Habana) está intentando infructuosamente proteger y garantizar económicamente el futuro de su hijo  autista de 18 años. Desea empoderarlo, y choca con la madeja burocrática de los trámites, en una ciudad sin transporte para estar yendo y viniendo sin resultados.

Cuenta que, aunque el hijo vive con ellos en Marianao, tiene un apartamento en Playa a su nombre. Y haciendo uso del derecho que brindan las nuevas formas de gestión no estatal, padre y madre decidieron hacer los trámites oficiales para arrendarlo como un local para emprendedores.

Primero fueron a la Dirección Municipal de Trabajo de Playa a asesorarse. Allí les trataron con una gentileza «que ojalá fuera habitual en otras sedes», según Jorge. Les explicaron que dada la particularidad del muchacho, debían informarse mejor en la fiscalía sobre los pasos y la documentación requeridos. En la Fiscalía de Playa les atendió una excelente profesional, fiscal de Familia, que les asesoró en los trámites correspondientes.

Todo este proceso comenzó en enero del actual año. El primer paso era corroborar el grado de parentesco de los padres con respecto al hijo, solicitar las respectivas certificaciones de nacimiento.

Jorge, quien nació en Guanabacoa, solicitó el documento requerido por el mismo municipio donde nació el hijo: Marianao. Quería evitarse lo engorroso de hacer dos colas en municipios tan distantes, en una ciudad con tal crisis del transporte. Cumplidas las gestiones en el Registro Civil de ese municipio, les dieron fecha de recogida el 13 de febrero en el trámite del hijo, y el 27 de febrero para el suyo. Ya el documento del muchacho está listo, y el de Jorge no. Y deben ser presentados a la vez. Lo que se adelantó por un lado, se atrasa por el otro.

  «Estamos en abril y desde el 27 de febrero debió estar listo, afirma Jorge. He ido tres veces a dicha instalación de manera infructuosa. La justificación es que la culpa no la tiene nadie. O mejor dicho, la falta de conexión, que parece ser constante. El citado documento a nadie se le ocurre tenerlo listo para cuando uno llegue a recogerlo.

 «Febrero tiene 28 días y marzo 31, más los días transcurridos de abril… sin contar los últimos días de enero, cuando comenzamos los trámites. Y me continúan diciendo que ha sido por falta de conexión. Si en dichas
oficinas existe la tan cacareada falta de conexión, pues… ¡Atención, Etecsa… o cambiar de local!

  «Estoy empantanado en medio de un proceso, cuya finalidad es brindar un servicio a la comunidad y empoderar a mi hijo. Y una vez más la dejadez, la falta de compromiso y de sensibilidad entorpecen una feliz solución.

  «También me comuniqué vía telefónica con las autoridades de Marianao, y la secretaria de la Presidenta me informó que allí no se recibían las quejas e inquietudes de la población. Para eso se había habilitado un local en otra dirección y había que ir personalmente a hacer la cola. O sea: te disgustas y atrasas en tu gestión, y debes dedicar otro día para formular la queja y/o posible solución. El teléfono solo existe, según parece, para ciertos menesteres.

  «Nuestra vida debe comenzar a ser más dinámica y efectiva. Una persona tras un buró no puede acomodar mis intereses a sus comodidades. La señalización es en sentido contrario. Yo soy el sentido de su trabajo. Cuando entendamos cosas tan elementales, nuestra cotidianidad será un poquito más llevadera. Y a usted, muchas gracias por servir de puente entre la Cuba que soñamos y la Cuba que tenemos», concluye.

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