Acuse de recibo
El pasado 8 de abril, y desde Villa Clara, Juan Cortés Cuesta alertaba aquí sobre una situación muy desventajosa para quienes, en su provincia, como en el resto del país —también afectado por los apagones a consecuencia de la crisis electroenergética— apenas pueden aprovechar las horas del servicio Nauta Hogar como clientes, y sí están obligados a pagar por ello a Etecsa como si las aprovecharan completamente.
«Yo particularmente pago 2 Mbps de ancho de banda, valor que prácticamente nunca tengo, pues casi siempre es por debajo, y pago 500 pesos mensualmente. El caso es que, terminado el mes, se van mis 500 pesos sin haberlos consumido», manifestaba.
En cierta ocasión, recordaba, se comentó que se iba a hacer determinado arreglo para que las horas se acumularan y no se perdieran. Pero no pasó de ser eso: sencillamente, un comentario.
«No culpo a Etecsa del problema, señalaba, pero entre la Unión Eléctrica y Etecsa deben llegar a un consenso, porque es un servicio que se está brindando con malísima calidad; y alguien debe devolver el dinero al que lo está perdiendo, o dar alguna satisfacción al cliente.
«La idea de que las horas se acumulen es muy buena, pues al final se paga el servicio y al cliente no se le está regalando nada; solo de alguna manera se le está devolviendo lo que le pertenece y no utilizó.
«Doce meses por 500 pesos es un número respetable de dinero pagado a un servicio prácticamente fantasma. Si ese importe lo multiplica por los que lo tenemos en la provincia o en el país, quizá hablaremos de números de seis cifras o más. Muchos cubanos lo van a agradecer si se tiene en cuenta esta sugerencia», concluía.
En consecuencia, responde Aymee González Hernández, directora de Protección al Consumidor de Etecsa, que dicha empresa tiene registrada tal insatisfacción. Y se encuentra trabajando en la identificación e implementación de la forma más adecuada, pues las acciones técnicas imprescindibles para cambiar el modelo actual implican modificaciones en los sistemas, que complejizan la intervención. Una vez que las soluciones puedan ser habilitadas, se comunicarán oportunamente por las vías oficiales.
Agrega, asimismo, que el pasado 15 de abril se contactó telefónicamente a Juan Cortés Cuesta, para referirle los argumentos antes expuestos y anunciarle que recibirá la respuesta vía correo postal. Y el cliente agradeció la gestión de la atención, concluye.
Olga Vizo Zurita relata que en el edificio multifamiliar donde reside, sito en Calzada del Cerro, Nro. 1213, entre Diez de Octubre y Buenos Aires, municipio capitalino de Cerro, unas 39 familias llevan ya más de un mes sin que entre el agua suficiente en la cisterna para poder encender el motor del inmueble.
Y los moradores del edificio en su mayoría son personas mayores, jubiladas y con discapacidades propias de su edad. Una situación muy difícil están viviendo.
Refiere que Aguas de La Habana, en la medida de sus posibilidades, ha enviado tres o cuatro pipas de agua en alguna que otra semana, lo cual agradecen; pero ello no es suficiente por la demanda de esa cantidad de apartamentos. «Estamos desesperados», confiesa.
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