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Cuando de mujeres se trata

En análisis de las delegadas al 11no. Congreso de la FMC trascendió que algunas organizaciones de base tienen inestabilidad y demora en el completamiento de sus estructuras, así como persiste apatía, pasividad y un insuficiente dominio del diagnóstico de la comunidad que inciden en las mujeres y sus familias

Autores:

Margarita Barrios
Laura Fajardo Mastache

Las delegadas al 11no. Congreso de la FMC que sesiona hasta este viernes en el Palacio de Convenciones, trabajaron en cuatro comisiones dedicadas a temas medulares como la participación de las jóvenes en el trabajo de la organización; vida interna; mujer y familia, así como trabajo preventivo y educativo. 

Entre los aspectos positivos destacados por las delegadas está el efectivo trabajo de las Casas de orientación a la mujer y la familia, como espacio que transversaliza diversos frentes, pues organiza cursos de superación que permiten un mejor acceso al empleo, así como desde allí se realiza trabajo preventivo y de ayuda ante la violencia de género y el embarazo en la adolescencia y la juventud, entre otros diversos aspectos.

La ciencia no está de espaldas al trabajo de la FMC, el Centro de Estudios de la Mujer permite la realización de investigaciones que coadyuvan a un
mejor trabajo para enfrentar muchos de esos retos que están presentes hoy en la familia y en los cuales las mujeres tienen importante espacio.

En el análisis las delegadas refirieron que en algunas organizaciones de base tienen inestabilidad y demora en el completamiento de sus estructuras, así como persiste apatía, pasividad, y un insuficiente dominio del diagnóstico de la comunidad que inciden en las mujeres y sus familias.

En todos los casos quedó claro que la batalla se gana en el terreno, que en el caso de la FMC es el bloque y la delegación, células de base en la comunidad. Allí será preciso mejorar el trabajo, incorporar a las más jóvenes y, sobre todo, trabajar de conjunto con otros actores en la labor preventiva y educativa, así como en la necesaria participación de la mujer en el espacio económico de la comunidad.

Para hoy se esperan los resultados de las votaciones para la conformación del nuevo Comité Nacional y el Secretariado Nacional de la FMC, así como las proyecciones de trabajo de la organización.

De cerca con dos delegadas

¡Mujeres vencedoras de imposibles! Más que un lema, ya es un hecho. Así lo demuestra cada experiencia compartida por las mujeres miembros de las delegaciones que asistieron este 7 de marzo al 11no. Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) en el capitalino Palacio de Convenciones, donde JR conversó con dos integrantes de comisiones distintas.

Zayda Fabars. Foto: Margarita Barrios

Zayda Fabars, joven delegada de la FMC, se siente orgullosa de poder elevar su voz santiaguera en aras de perfeccionar el trabajo que lleva a cabo la organización que la aglutina desde su provincia, fundamentalmente enfocada en el desarrollo de nuevas formas creativas de instar a los jóvenes a participar del quehacer en su territorio. «Este congreso da voz a todas las mujeres, pero sobre todo a la juventud, que ha tenido la oportunidad y el espacio para plantear cuáles son sus preocupaciones con respecto al funcionamiento de la organización y enmarcarse fundamentalmente en crear estrategias para seguir sumando», nos dijo.

«Pienso que la labor de la FMC debe encaminarse a preservar la historia y trayectoria de nuestra fundadora, Vilma Espín, así como de todas las mujeres revolucionarias que nos preceden. Además de fortalecer su quehacer como organización de masas, con alianzas que nos permitan ser más eficaces en el proceso de guía y acompañamiento a las mujeres para solventar las problemáticas que las aquejan en la sociedad de hoy, donde persiste la violencia machista y se observan vestigios de discriminación», valoró.

«Nuestra comisión tocó la esfera de las tecnologías y los consumos culturales, y cómo es preciso aprender de ellas para atraer a los jóvenes y dar a conocer nuestro trabajo. Además de permitirnos afianzar lazos con las integrantes que se van sumando desde los 14 años para lograr un trabajo preventivo», abundó Fabars.

«Hemos caído en cuenta de que el mejor modo de llegar a los jóvenes es mediante la escucha, y en esa interacción, basar el accionar de la organización. Ese es uno de los principales retos que enfrentamos, además de constituir una vía para preparar próximas generaciones de federadas», agregó.

«En nuestra provincia, la tarea actual de primer orden es diagnosticar los problemas que aquejan a las jóvenes en cada comunidad. Y desde la caracterización darle un seguimiento que impulse nuestras filas. La FMC debe tener conocimiento de la realidad de esas jóvenes y las vulnerabilidades que las pueden poner en desventaja», consideró.

«Por eso, apostamos por una educación integral para evitar la reproducción de patrones patriarcales y poseer las herramientas para acompañar a nuestras jóvenes en su edad de formación, y advertirlas sobre violencia y discriminación».

Olimpia Díaz Borges. Foto: Nileyan Rodríguez Rodríguez

Entretanto, JR dialogó con Olimpia Díaz Borges, coordinadora del proyecto Fénix de mujeres lesbianas y bisexuales en Cienfuegos, quien expresó que su vínculo con la FMC se fortalece mediante la nutrición recíproca que mantienen, principalmente desde su trabajo en la educación sexual.

«Se llama Fénix en honor a la mujer cubana, por su capacidad de crecerse y renacer en todo proceso, por su resiliencia enorme. Es mi primer congreso y jamás pensé llegar acá, a causa de la escasa visibilidad del protagonismo de las mujeres lesbianas y bisexuales antes del Código de las Familias», dijo Díaz Borges.

«Fénix tiene el objetivo de formar activistas en pos del derecho de las mujeres trans, lesbianas y bisexuales. Brindamos la consejería como alianza para un mejor entendimiento con toda persona de sexualidad no hegemónica que se acerca, además de estar formados como promotores de salud y prevención de VIH e ITS.

«Hacemos lo posible porque todos los integrantes se capaciten y tengan herramientas para hacer mejor su trabajo. Es necesario educar en el respeto y la comprensión, dado que la sexualidad no es una elección. Por eso agradecemos el Código de las Familias y lo llamamos el código de los afectos, porque plasma el derecho a amar.

«Hoy estoy aquí, porque creo en la capacidad transformadora de la mujer cubana, y en la fuerza de la FMC. Es mi oportunidad para que la voz llegue, y así sensibilizar a todas estas mujeres con nuestros temas, que son sus temas también».

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