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Cita con Carpentier

Crónicas caribeñas, de la editorial Letras Cubanas, recoge textos publicados desde 1920 por el reconocido escritor cubano Alejo Carpentier sobre diversos temas de la cultura del Caribe

Autor:

Luis Sexto

Por momentos las obras de Alejo Carpentier mantienen reposo en librerías. Y posiblemente el autor de El siglo de las luces y La consagración de la primavera a veces sufra los efectos de un prejuicio. Un prejuicio que extienden lectores poco avezados y también lectores avezados.

Me explico: Carpentier es un escritor de la máxima categoría, es decir, sus letras en calidad llegan incluso hasta los 300 kilómetros por hora como los vientos de un huracán en lo máximo de la escala Saffir-Simpson. Y, claro, no todos los lectores prefieren a escritores tan altos y fuertes en la expresión del oficio literario.

Es un error, desde luego. Y uno qué puede hacer. Lo único que hago: invitar a leer a Carpentier, invitar a probarles los condimentos estilísticos y temáticos de sus libros, y recomendar leerlos despacio, disfrutando la armazón verbal de sus narraciones y crónicas.

Precisamente he leído Crónicas caribeñas. Seleccionado y prologado por Emilio Jorge Rodríguez, es un volumen grueso sobre aspectos de la cultura, el arte, la literatura, el folclor del Caribe, y por extensión de Cuba. Pero estos libros formados a base de artículos y ensayos independientes, son más dóciles de leer, porque puede interrumpirse la lectura, sin perder el hilo porque el hilo es discontinuo.

Crónicas caribeñas, publicado por la editorial Letras Cubanas, recoge textos publicados desde 1920. Enunciados insertos en periódicos y revistas, sobre diversos temas de la cultura del Caribe. Clasifican como crónicas, pero podrían ser artículos o ensayos. En fin. Pueden pasar por crónicas, según mi concepto, porque el tono personal de cuanto Carpentier cuenta, enjuicia, califica, predomina en el enunciado, convirtiéndolo en una lectura amena, a pesar de la especialización de los temas, que pueden oscilar entre la música, la literatura, la pintura y otras manifestaciones.

El resultado, además del que se obtiene al leer a quien sabe escribir, implica una enriquecedora influencia cultural sobre el lector. Y cuando usted cierra cualquier página, usted ya está convencido de cómo nuestro conocimiento se adensa al conocer obras, autores y antecedentes de la región donde hoy respiramos.

 

 

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