Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Que en Cuba se esté escuchando mi música es hermoso

Sobre su reciente visita a la capital, en ocasión del concierto de clausura del festival Oralitura Habana, el cantautor español Pedro Pastor dialogó con Juventud Rebelde

Autor:

Cecilia Meredith Jiménez

Cual querubín caído del cielo, aterrizó hace unas semanas Pedro Pastor Guerra en La Habana y, más específicamente, en la Casa de las Américas. El ambiente lucía una iluminación tenue en el área ocupada por el público, mientras el escenario aclamaba ansioso al cantautor español. Sin embargo, Pedro sorprendió a los presentes, que no fueron pocos. Desde la parte trasera atravesó cantando, guitarra en mano, por todo el pasillo central de la sala Che Guevara, hasta llegar al sitio donde reposa el Árbol de la vida. 

Los inconvenientes técnicos no se hicieron esperar. No obstante, nada impidió que el concierto fuera verdaderamente mágico. El carisma del joven artista, su heterogéneo repertorio en cuanto a letra y sonoridad, su formidable talento, el maravilloso acompañamiento del multifacético músico —también español— Álvaro Navarro, y los puntuales aderezos poéticos de los repentistas cubanos Alexis Díaz-Pimienta, Roly Ávalos Díaz y Alex Díaz Hernández prodigaron una encantadora noche a los asistentes. 

De este modo se clausuró el 4to. Encuentro de Improvisación Poética Oralitura Habana, realizado del 25 al 28 de septiembre. Tal evento propició que, a finales del pasado mes, en la capital, se respirara mucha poesía, en sus más disímiles formas: improvisada, escrita, cantada. Y Pastor Guerra formó parte de ese lírico universo. Sobre sus impresiones al respecto y otros temas conversó con JR

—Vienes de una familia de artistas. ¿Cómo has hecho para seguir y respetar ese legado y, al mismo tiempo, tener una propuesta diferente y original?

—Creo que es inevitable porque mi padre, que ha sido una gran influencia para mí, me lleva 42 años. En su juventud, en España se vivía la dictadura y él era un joven revolucionario,
perseguido, que alzó la voz contra el régimen de Franco. 

«En ese sentido, mi contexto es diferente, y no solo desde la política, sino también desde las cosas que nos gustan y de las que hablamos los jóvenes de ahora. Además, yo he bebido de varias músicas y ritmos, he tenido otras oportunidades; nací en un mundo mucho más globalizado, por lo que he tenido acceso a la música que se hace en diferentes lugares y he podido viajar con mi arte a muchísimos países, cosas que en su generación eran más complejas. 

«Naturalmente, eso ha hecho que yo tenga otras referencias. Pero respeto mucho, en primer lugar, el aprendizaje que uno tiene en casa cuando sus padres son artistas, que es entender también las particularidades de ese oficio, no solo es hablar de música, sino de todo lo que uno tiene que hacer para sobrevivir siendo artista; y, en segundo lugar, la herencia política y social de mis padres, que han sido coherentes consigo mismos y han defendido su
línea de pensamiento. 

«Yo no puedo no tener eso presente, no puedo no ser una persona empática, preocupada por la realidad social, porque esa es una de mis grandes herencias y no puedo negarla. Y asimismo la palabra como un motor fundamental de mi arte. Mi padre es una persona muy poética y yo he adquirido ese vuelo».

—Todos los temas que cantas son de tu autoría. Hay mucha poesía en tu música, pero también mucho contenido social, ¿la inspiración, dónde la encuentras? 

—Yo creo que es ese equilibrio entre la intelectualidad y la realidad. Está bien cultivarse intelectualmente si uno quiere ser, en este caso, compositor o creador de canciones; uno debe escuchar mucha música, asistir a conciertos, leer, consumir literatura y trabajar la escritura.

«A mí las obras musicales o literarias que son solo intelectuales no me interesan. Creo que es esa búsqueda de equilibrio entre el estudio y la exploración, la realidad, lo que se respira, lo que uno ve, lo que a uno le atraviesa. Esa es la balanza para que las canciones tengan cierto vuelo poético, pero cualquiera que las escuche pueda sentirse representado por esas palabras, porque son vivencias que todos tenemos, independientemente de nuestros contextos». 

—Tus influencias musicales…

—Como hago música muy ecléctica tengo referentes heterogéneos. Yo he escuchado mucha música del Caribe; me gusta mucho la salsa, el merengue; he escuchado también música dominicana y cubana, soy un amante de la trova. Asimismo, escuché rap de adolescente porque me interesaba ese mundo.

«La verdad es que he bebido de muchas fuentes: el rock (argentino), el folclore en general, que lo he consumido en vivo y en directo. Cuando llegué a Cuba la primera vez, estuve 25 días a puro son; entonces, uno se va a casa con ganas de componer un son. Cuando estuve en Argentina por primera vez, pues a pura chacarera. Así con el candombe, con la champeta, con tantas músicas que suceden en este continente que enriquecen la discoteca que uno trae consigo, porque además creo que en España no somos tan versátiles musicalmente». 

—¿Qué representa Cuba para ti? 

—Cuba en el imaginario no solo mío, sino mundial, es un lugar único en el mundo. Con todas las fábulas que oímos, las buenas y las malas, uno se va generando una imagen, por lo que tienes que venir y descubrir el país con tus propios pies. 

«Aparte de que yo soy una persona de formación de izquierda, por lo que desde el lado político siempre me ha interesado mucho Cuba. Además, soy trovador y, por el lado musical, pues obviamente Cuba es la cuna de los próceres en este sentido. Lo único que uno tiene que hacer cuando viene aquí es escuchar a los cubanos y ver qué es lo que ellos viven, qué les gusta o les duele». 

—¿Todo esto que has visto te ha servido para crear? 

—Yo creo que cuando uno viaja y se topa con las diferentes realidades la inspiración no es algo que, en mi caso, venga mucho in situ, sino después. La información hay que degustarla, lo que uno vive y ve tiene que tener un espacio de reflexión propia, de llegar de vuelta del viaje y con un poquito de perspectiva tratar de colocar las piezas de lo que se ha vivido. 

—¿Qué impresiones te deja el festival Oralitura Habana? 

—La constatación de un talento excelso de los improvisadores. La improvisación es algo realmente complejo y sé que eso se entrena, y que al final es un lenguaje que uno habla, como el que habla chino mandarín, pues los improvisadores hablan en décimas. Pero la realidad es que, habiendo vivido cuatro días en el que no paraban de salir los improvisadores, tanto a cantar en punto cubano como a improvisar, me doy cuenta de que es muy valioso vivir la frescura, la agilidad, el genio, el vuelo poético, todo eso rápidamente, como tiene que ser la improvisación. 

«Creo que es la constatación de que, no solo en Cuba, sino en todo el continente, la décima se está expandiendo. Y, por supuesto, que Alexis (Díaz-Pimienta) —encabezando, de alguna manera, sobre todo dentro del mundo en el que yo me muevo, que es la industria musical— ha hecho un trabajo muy importante. Y hay muchos compositores escribiendo en décimas, y todo eso está educando los oídos y está familiarizando al público en muchos lugares del mundo con esa forma métrica. Este festival también es ese encuentro. Por eso venimos personas de todo el mundo hispanohablante a reunirnos aquí para celebrar la décima».

—¿Qué significó para ti dar un concierto en un escenario con tanta historia y ante un público conocedor de tu obra, que coreaba tus canciones e, incluso, te pedía temas específicos?

—Para mí no es tan importante el emplazamiento. Celebro que se me permitiera tocar en ese espacio, pero me hubiera servido cualquier otro, porque lo que yo quería y de lo que tenía ganas desde hace cinco años era regresar a Cuba, sobre todo habiendo venido una vez y sabiendo que el pueblo ya conocía mis canciones, como se constató.

«Eso para mí es muy hermoso, que en Cuba se esté escuchando mi música, que yo esté acompañando este proceso de los jóvenes, que necesitan esperanza. Que el día del concierto se me acercaran varios con lágrimas en los ojos y me dijeran: hermano, he pasado momentos difíciles en estos años y yo te he escuchado y eso me ha ayudado a echar para adelante. Ese es el mayor éxito que se puede tener. Para mí es un honor que se me escuche aquí, porque yo he escuchado mucha música cubana y, de alguna manera, tener mi pequeño lugar en el corazón del público cubano es un éxito rotundo».

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.