Sean García integró el todos estrellas del torneo. Autor: Guillermo Rodríguez Hidalgo Publicado: 04/08/2025 | 09:27 pm
Con un repunte de cinco éxitos en línea y un mejor engranaje colectivo que les permitió dejar una mejor cara en Tainan, Taipéi de China, los peloteritos cubanos finalizaron en el séptimo escaño de la Copa Mundial de Béisbol sub-12 años.
No era el resultado al que los criollitos aspiraban. Querían, al menos, haber estado en la disputa de las medallas en fase definitoria de la Superronda de la justa. Pero no fue así, y los nuestros tuvieron que resignarse a discutir los puestos del siete al 12 en la tabla de posiciones.
A partir de las tres derrotas iniciales, ante Taipéi de China, México y Japón, quien, por cierto, conquistó el subtítulo del evento solo superado por el dueño y señor de la categoría: Estados Unidos, los cubanos experimentaron una mejoría en todos los ámbitos de juego. Así fueron capaces de hilvanar las victorias. Vimos después de los descalabros, sin dudas, una versión mejorada del equipo.
Los números colectivos hablan de una progresión. En términos de ofensiva, por ejemplo, los muchachos de la Mayor de las Antillas promediaron para 333, mientras que a la defensa lo hicieron para 962, solo superados en ese acápite por la engrasada mecánica asiática de Japón y Corea del Sur.
Desde el montículo los cubanitos también lucieron y, aunque el elenco de Sudáfrica fue el de menos caché en la justa, los nuestros culminaron el evento propinándole un juego sin jit ni carreras. Ese resultado ayudó en gran medida al bajo promedio de efectividad del equipo: 1.95 carreras limpias, el segundo mejor de la recién terminada Copa Mundial de Béisbol sub-12.
Fuera del ámbito colectivo los nuestros también brillaron, pues, dos de los integrantes de la selección formaron parte del equipo ideal de la justa. Sean García, con su poder en las muñecas y su potencia, resultó líder en cuadrangulares (cuatro) y tercero en carreras empujadas (diez). En la lomita Denis Zamora se dio gusto dejando fuera de combate a rivales por la vía de los strikes. Ese acápite lo comandó luego de propinar 14 ponches. Pero igual de fenomenal fue su promedio de efectividad con 0.58, segundo entre todos los lanzadores que subieron al box.
Por eso, más allá de los escaños finales, debemos tener en cuenta otros elementos. Vale también para nuestros niños, en este caso, la reacción y actitud que mostraron frente a las primeras derrotas para sobreponerse y conseguir cinco triunfos consecutivos. ¿Que no fue el mejor resultado, el que esperábamos? Cierto, pero también es importante mirar por encima de un séptimo lugar.