Sin dudas, el recién finalizado Campeonato Mundial de Atletismo de Tokio merece un capítulo aparte en la historia de este deporte. Nos dejó hazañas de naciones que jamás habían tocado la gloria en este evento, presentó a figuras emergentes y consagró la dedicación de otras, a la vez que marcó el adiós de la leyenda Shelly-Ann Fraser Pryce.
La capital japonesa regaló un récord mundial, nueve de campeonatos y 62 nacionales, mientras veía a seis atletas defender sus coronas de Budapest 2023. Nombres como Noah Lyles (USA-200 m), María Pérez (ESP-Marcha a 20 y 35 km), Daniel Ståhl (SUE-Disco), Femke Bol (NL- 400 con vallas) y Ethan Katzberg y Camryn Rogers (CAN-Lanzamiento del martillo) revalidaron con éxito sus títulos.
Otros como Faith Kipyegon en 1 500 m, Ryan Crouser en la bala, y Katie Moon y Armand Duplantis en la pértiga engrandecían aún más su legado al conquistar su tercera corona seguida en citas del orbe. Este último nos dejó en el recuerdo cuando un hombre tocó el cielo por 14ta. vez en su vida, solo impulsándose con una pértiga en sus manos. Duplantis llegó a los 6.30 m en una final donde siete garrochistas superaron la barrera de 5.90.
La estadounidense Melissa Jefferson-Wooden resultó la fémina que más preseas se colgó, con tres oros increíbles en 100 m/p, 200 y relevo 4x100. A la par, su coterráneo Noah Lyles hacía historia con dos metales dorados (200 y relevo 4x100) y un bronce (100).
El fenómeno Lyles se unió a un club de privilegiados con cuatro títulos mundiales consecutivos sobre la pista, junto a estrellas como Usain Bolt en la distancia de 200 m (2009, 2011, 2013 y 2015) y Michael Johnson en la vuelta al óvalo (1993, 1995, 1997 y 1999).
La huella de la escuela cubana de triple salto no solo la imprimieron Leyanis
Pérez, Liadagmis Povea y Lázaro Martínez, sino también Pedro P. Pichardo —ahora representa a Portugal— con otra medalla mundial al aire libre: dos oros (Eugene 2022 y Tokio 2025) y dos platas (Moscú 2013 y Beijing 2015), más un 4to. puesto en Doha 2019.
Disfrutamos de la fuerza de los martillistas canadienses Ethan Kszberg, con lo mejor de los últimos 20 años (84,70), y Camryn Rogers, que logró el segundo mayor disparo de los mundiales (80,51) e impuso un récord de área.
También fue el torneo de África con un desempeño magistral. Beatrice Chebet fue parte del exitoso accionar de las féminas de Kenya en la pista y le aportó dos oros (5 000 y 10 000), junto a los conseguidos por Lilian Odira en 800, Faith Kipyegon en 1 500, Faith Cherotich en 3 000 con obstáculos y Peres Jepchirchir en maratón. ¡Dominio total!
Botswana reescribió los libros del relevo 4x400 masculino con el primer título africano de la especialidad en estas lides, en la misma carrera que el cuarteto de Sudáfrica regresaba a un podio en la prueba 14 años después.
Algunos guerreros pasarán a ser «héroes nacionales» tras ganar las primeras preseas de sus naciones en la historia de las citas planetarias. En ese listado aparece el maratonista Alphonce Simbu, que se llevó el título para Tanzania, mientras Julien Alfred (Santa Lucía–100 m), Julia Paternain (Uruguay-maratón) y Alex Rose (Samoa- Disco) aseguraron inéditos metales bronceados.
El Estadio Nacional de Japón vio carreras electrizantes como la final de los 400 femeninos con récord de campeonato de Sydney McLaughlin (47,78 s), o cuando el relevo femenino de EE. UU. en 4x100 conquistó la triple corona. Pero también dejó el aliento en la despedida de la jamaicana Shelly-Ann Fraser Pryce, que subió al podio mundial en 18 ocasiones y se extrañará en la próxima edición de Beijing 2027.