Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Cuba, sus jóvenes, el socialismo y el futuro

Autor:

Aylin Álvarez García*

Importantes disyuntivas enfrenta la Cuba de hoy, ese espacio vital donde transcurren nuestras vidas y lugar en el que miles de jóvenes hemos fijado nuestros proyectos de realización personal, a sabiendas de que hacerlo implica sacrificios y capacidad para sortear obstáculos con creatividad y sin perder el entusiasmo propio de estas edades.

Aunque son conocidos y cada vez más perversos los esfuerzos por establecer una matriz de opinión que refleje desgano, ambigüedad y falta de motivaciones en las nuevas generaciones con respecto al proyecto social socialista que defendemos, la realidad sigue mostrando que la balanza de la Revolución se mantiene inclinada hacia el lado de los que la respaldamos, sin que dicho respaldo implique que seamos una generación conformista y acrítica ante los grandes problemas que enfrentamos.

Junto a las profundas raíces que nos mantienen firmes y que son una herencia muy valiosa a la hora de comprender el momento histórico, tenemos algo que una y otra vez pretende ser desconocido por los que orquestan planes condenados al fracaso. Y ese importante elemento es nuestra capacidad, derivada de la educación y la cultura política de que disponemos, para descubrir las verdaderas intenciones neocoloniales e injerencistas que hay detrás de cada intento por manipularnos, utilizando las carencias que ellos mismo nos provocan.

Ser parte de una generación que ha asumido en todos los ámbitos la continuidad del proceso revolucionario, nos pone en excelentes condiciones a la hora de refutar con solidez a los que desparraman su odio en cuanto espacio encuentran, pero sobre todo en las redes sociales, donde pretenden fijar sus mensajes y marcar tendencias con una orfandad de argumentos que los hace acudir a la ofensa, la intimidación y todo tipo de instrumentos de chantaje o embustes.

Nuestros enemigos disponen de un enorme arsenal financiero y tecnológico y todos sabemos que hoy resulta impensable la influencia ideológica sin internet, es por tanto allí donde se han fijado las metas más altas en el empeño de confundir, desalentar y crear una imagen, que a fuerza de mentiras o medias verdades refleje una Cuba insalvable, abandonada a la deriva por sus hijos más jóvenes y un socialismo fracasado, único culpable de todos los males.

Sin embargo, hay un país real, bloqueado hasta el cansancio y sometido a todo tipo de políticas agresivas destinadas a quebrarlo, que cuenta con una juventud mayoritariamente firme y comprometida que es capaz, cuando se le mueve con inteligencia y razones bien fundamentadas, de asumir cualquier tarea; y muy reacia, incapaz de tolerar la pérdida de nuestra soberanía, muy orgullosa de ser la juventud cubana, enemiga de la desidia, la chapucería, la mentira y la autocomplacencia, lo que se podría resumir de manera ideal si decimos: una juventud muy fidelista, muy martiana.

Algunos hablan de nuestros problemas con especial ensañamiento, sin atreverse a colocarlos junto a los grandes males que azotan a la humanidad, saben bien que una comparación de esa naturaleza pondría en evidencia que los retos con los cuales hoy debemos lidiar en Cuba, dígase migraciones, delitos, derechos humanos, seguridad social, salubridad, equidad o igualdad de género, son por mucho, incomparablemente menos complejos que aquellos que aturden a las sociedades más o menos ricas, en cualquier continente.

Estamos a las puertas del 4 de Abril y de los 60 años de la Unión de Jóvenes Comunistas. Seis décadas durante las cuales nunca nos faltaron amenazas, problemas, presiones externas, limitaciones económicas y augurios de finales inmediatos, sin embargo, aquí estamos, hijos de padres que realizaron sueños, nietos de abuelos orgullosos, testigos de tantos intentos inútiles por regresarnos al pasado y listos para ir con todo a donde la Revolución lo requiera, optimistas, como Mella. De él aprendimos que «todo tiempo futuro tiene que ser mejor».

 

(*) Primera Secretaria del Comité Nacional de la UJC

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