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En Venezuela no habrá impunidad, menos para los fascistas

Vicepresidente ejecutivo Nicolás Maduro se reúne con familiares de las víctimas del golpe de Estado del 11 de abril de 2002. Una demanda: «nunca olvidar»

Autor:

René Tamayo León

CARACAS.— El vicepresidente ejecutivo de la República Bolivariana, Nicolás Maduro, se reunió en la mañana de este jueves con víctimas y familiares de los asesinados durante el golpe fascista de abril de 2002, cuando la oligarquía local, en complicidad con el Gobierno de Estados Unidos, intentó derrocar la naciente Revolución y matar al presidente Hugo Chávez.

«Se ha hecho justicia, pero parcial», denunció Maduro.

Recordó que hoy por Miami se pasean libres parte de los personeros de la ultraderecha que planearon y mandaron a apostar francotiradores en Puente Llaguno —a unos metros del Palacio de Miraflores—, con la intención de culpar al Gobierno de los muertos y heridos que cayeron ese día, tanto de las filas chavistas como de la propia oposición.

Sobre la participación de EE.UU., a través de su Embajada, en aquellos aciagos días, sobran los testimonios, develados y aún por desclasificar, acotó el Vicepresidente Ejecutivo.

Víctimas de aquellos hechos —algunas que quedaron discapacitadas— y familiares de los asesinados, pidieron al país no permitir olvidar.

Exigieron justicia total y mantener firme las sentencias contra los terroristas que entonces se apresaron y cumplen cárcel, pero que los medios privados locales y los transnacionales presentan como presuntos «prisioneros políticos».

Maduro pidió a los medios de comunicación antichavistas no continuar silenciando la voz de las víctimas de la emboscada fascista del 11 de abril de 2002. Cese la «censura histórica».

«Abran un poquito su corazón a la verdad», exhortó a plantas radiales y televisivas y a periódicos antichavistas (los que mantienen —por cierto— la posesión de la mayoría de los medios autorizados, y, más importante aún, gran parte del público).

Maduro recordó su reciente visita a Chile y el recorrido que realizó —previo permiso de las autoridades chilenas— por las oficinas del presidente Salvador Allende, inmolado el 11 de septiembre de 1973. Señaló que en Venezuela se quiso hacer lo mismo: dar un golpe de Estado y colocar en el poder una junta fascista que hubiera masacrado y desaparecido a miles.

Exhortó al pueblo bolivariano a reforzar su «conocimiento de los hechos históricos. Sus valores y convicciones». A través de la Constitución, las leyes y la justicia —sugirió— «podemos construir la paz; pero sin impunidad».

Con impunidad —agregó— podríamos reproducir hacia el futuro aquellos crímenes. Abriríamos «una puerta a la traición».

A propósito, Yesenia Fuentes, familiar de una las víctimas del 11 de abril 2002, expuso que «sin justicia no habrá paz».

En la tarde de este jueves, en el estado de Nueva Esparta, muy conocido por sus playas de Isla Margarita, Maduro participó en la actividad central por la entrega en el país de más de 3 000 nuevos hogares de la Gran Misión Vivienda Venezuela, un programa del presidente Hugo Chávez para hacer crecer la calidad de vida de las familias pobres venezolanas.

«De la Isla de Margarita a la Isla de Cuba. Chávez es quien ha hecho posible el milagro que se llama Revolución Bolivariana Socialista del Siglo XXI», fue su saludo al Jefe de Estado, quien se recupera en La Habana de sus quebrantos de cuerpo.

Durante la ceremonia de «llave en mano», Maduro informó de un grupo de decisiones económicas, sociales y designaciones de cargo por parte de Chávez, como presidente reelecto, y al mando del país.

También anunció que el próximo martes, en las acostumbradas sesiones ordinarias de ese día del Parlamento, la mayoritaria bancada oficialista presentará una denuncia sobre actos de corrupción del ultrarreaccionario partido Primero Justicia (PJ), en el que milita el gran perdedor en las pasadas elecciones presidenciales del 7 de octubre, Henrique Capriles Radonski.

«Es algo grave. Son millones de millones de bolívares de un partido que se fundó con un cheque de la vieja y corrupta PDVSA (la corporación estatal de petróleo —entonces apenas lo era). Ante la contundencia de lo que se hará público, aunque sin dar mayores detalles, Maduro dio por hecho que la Asamblea Nacional ordenaría «una investigación inmediata e irá a las consecuencias más absolutas».

Según el Vicepresidente Ejecutivo, en base a una conversación que sostuvo con el jefe del legislativo, Diosdado Cabello (quien, anunció Maduró, viajará a La Habana para una reunión con Chávez), entre las pruebas estaría un esclarecedor video.

Maduro adelantó que en el material audiovisual uno de los diputados del partido PJ recibía dinero por parte de un empresario, como «contribución» a la aspiración de Henrique Capriles Radonski de sentarse en el primer sillón de Miraflores.

Ese «video se lo sacó su propia gente, porque ellos se estaban matando», aclaró el Vicepresidente Ejecutivo de la República Bolivariana de Venezuela.

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