Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Calendario: una justificación para hablar de Cuba

Autor:

Jeiddy Martínez Armas

Este producto audiovisual representa desde su primera temporada la realidad social de los jóvenes cubanos, habla de sus problemáticas y contextos, a veces adversos, para ser un reflejo de nuestro país.

Hemos podido ver allí familias disfuncionales, racismo, emigración, diversas orientaciones sexuales, drogadicción, problemas económicos, prostitución… todo un reflejo de nosotros mismos, nuestros seres queridos, algún compañero de aula o vecino: nadie escapa de verse en pantalla, y tal vez por ello la gran audiencia dentro de Cuba y fuera de ella, disfruta de este producto televisivo.

Y ante todas estas problemáticas ahí se encuentra la luz de Amalia, quien salva a sus alumnos con la Literatura de asuntos escabrosos de la vida. Debe valorarse que este personaje gracias a su correcta caracterización es uno de los que más ha podido cautivar y no solo por ser el protagónico, sino tal vez porque ella es la profesora que todos deseamos haber tenido, o nos recuerda alguna educadora quien tocó igualmente nuestros corazones.

La amplia teleaudiencia de Calendario es gracias al trabajo constante y esforzado de su equipo de realización, liderado por la prestigiosa directora Magda González Grau, quienes han creado la magia que hemos podido percibir en pantalla.

La manera en que allí se representan las problemáticas sociales no es casual. La propia líder de este proyecto ha expresado al respecto que las temáticas de la teleserie han sido seleccionadas gracias a estudios realizados por el Centro de Estudios Sobre la Juventud (CESJ); ya podemos entender entonces por qué el retrato tan verídico de este universo etario.   

A pesar de sus aspectos positivos, Calendario es perfectible, como cualquier creación artística. Pudiera jugar en su contra la repetición de la escuela como un escenario trillado, pues ya en otras propuestas televisivas del propio guionista, como Entrega, las aulas eran parte de la historia central. También resulta similar a teleseries cubanas de décadas anteriores, como Doble Juego, y a muchos seriales extranjeros. Las repetidas retransmisiones de la primera y la segunda temporada por Cubavisión han hecho además que el público se haya saturado de los mismos personajes e historias.

¿Seguirá la teleserie Calendario gustando tanto a los jóvenes en sus próximas temporadas? ¿Continuará siendo, más que un espacio de TV, ese reflejo tan necesario de nuestra sociedad? Hasta ahora la mayoría del público ha brindado su voto de confianza para que así sea.

Cuando, ya ancianos, le contemos a nuestros hijos sobre esta teleserie y ellos la busquen en YouTube pudieran verse ellos también reflejados, a pesar del paso del tiempo, veremos entonces si realmente la huella de Calendario fue imperecedera.

Lo que sí es seguro es que para muchos jóvenes cubanos esta teleserie ha sido un espejo necesario, una justificación para hablar de Cuba, de lo que nos duele, pero sobre todo de cómo esas zonas grises de nuestra existencia pueden transformarse positivamente, gracias al amor de una profesora como Amalia.

Muchos estamos ansiosos por la llegada de la tercera temporada. ¿Nos seguirá cautivando igual que las dos entregas anteriores? ¿Qué nuevas problemáticas de la juventud y la sociedad cubana se verán allí representadas?

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