Acabo de recibir estos datos preliminares sobre la composición de los jóvenes que asistirán al 12mo. Congreso de la UJC. Será un importante grupo compuesto por 400 delegados y cien invitados. De ellos 195 son hembras y 205 varones, 232 blancos, 109 mestizos y 59 negros, con una edad promedio de 26 años. Tienen nivel superior 238 y 162 técnico medio y 12 grado. Están representados todos los sectores de la sociedad cubana y jóvenes de las misiones internacionalistas. Los sectores más representados son: Educación General, Salud Pública, Industria y Agropecuario.
No voy a ponerme «contra el tráfico», y decir que estos datos no son importantes. Sería injusto con las estadísticas, la sabermetría y los especialistas que pasaron horas, noches y días pegados a las bases de datos, los fabulosos programas de computación y hasta contando con los dedos, sobre todo a la hora de saber cuántos almuerzos y meriendas son…, que también es significativo y sustancial.
Es normal que se maneje esta información para todo tipo de evento, pero a mí también me interesa saber algo más, y tiene que ver con la composición espiritual, anímica, y hasta de energía cinética, porque según afirman los científicos: «En el campo de la física, la energía cinética es la asociada a los cuerpos en movimiento y representa el esfuerzo que permite que un objeto pase del estado de reposo al de movimiento a una velocidad específica. Cuando un objeto está en reposo, su energía cinética es de cero».
Sumo además la sinergia energética de cada delegado que, como su nombre lo indica, es generar energía de manera individual, pero a la vez sumarla a la comunidad.
Entonces, y aunque parezca poco trascendental, yo quisiera saber: ¿Cuántos se han leído El principito, del escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry, o El libro de los abrazos, del escritor uruguayo y Doctor Honoris Causa post mortem, Eduardo Galeano?
¿Quiénes, además de hacer sus tareas profesionales y directivas, sacan un pequeño espacio para jugar softball, baloncesto, volibol, al taco, al pon, o a las bolas..., el domingo con amigos y colegas?
Aquellos que comparten con el resto de la familia las horas de hacer colas para el pollo, el pan, la bodega (casi diaria), el «combo», la vianda, el P2, P3, P4…
Quiero conocer quiénes, además de ver en la tele los programas informativos, se deleitan, critican, y sonríen viendo Vivir del cuento, Al habla con los muertos, Juntos pero no revueltos.
¿Cuántos suman los que son fanáticos a a algún equipo, y les preocupa el desarrollo de nuestra Serie Nacional de Béisbol, patrimonio cultural de la nación?
Hay algo que no quiero dejar en el tintero, aunque siempre quedan notas que apuntar, nombres que decir…, pero se me hace imprescindible saber, entre tantos jóvenes que admiro y felicito, cuántos, además de conocer todas las fechas históricas, nombres de nuestros héroes y próceres, dominan quiénes fueron Ernesto Lecuona, Benny Moré, Rita Montaner, María de los Ángeles Santana, Enrique Arredondo, Onelio Jorge Cardoso, Héctor Zumbado, Wifredo Lam, Portocarrero…, por solo citar algunos.
Créanme que, si además de todos los valores que tienen, al menos un 70 por ciento responde de manera positiva a mis inquietudes, les puedo asegurar que la batalla está ganada sin discusión alguna. ¡Éxitos, muchachones!
Para orgullo del dedeté, uno de nuestros fundadores, el dibujante Virgilio Martínez Gaínza (27 de abril de 1931-12 de mayo de 2008) creó el logotipo de la Unión de Jóvenes Comunistas. Además de dar vida a personajes antimperialistas como el perro Pucho y Supertiñosa, fue quien le dio un espacio al trovador Silvio Rodríguez para que incursionara como dibujante.
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