Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

El voltaje que también generan los jóvenes

Ingenio, voluntad y compromiso, con el ímpetu que siempre suman los más bisoños, se imponen al aplazamiento de los mantenimientos, la obsolescencia tecnológica y las carencias existentes hoy en las termoeléctricas del país

Autores:

Odalis Riquenes Cutiño
Laura Brunet Portela
Nelson Rodríguez Roque

Emerge con la habilidad que le dan sus 18 años de oficio y aún sin escurrirse el agua comenta los resultados de su inspección submarina: «Una de las tuercas del anclaje de la bomba está floja y voy a proceder a apretarla» comunica a la directora de Mantenimiento.

Su nombre es Jorge Grillo Loure y es buzo operario especializado en centrales eléctricas. Desde el amanecer se sumerge a ratos entre los cuatro y los siete metros de profundidad y, a puro tacto, en condiciones de visibilidad nula, diagnostica la causa de las vibraciones de la Bomba de circulación que provocaron la salida del bloque 4 de la Central Termoeléctrica (CTE) Antonio Maceo.

Admite que el trabajo es complejo. «Es un buceo pesado, debes bajar con herramientas y la linterna te ayuda hasta cierto límite, por eso tienes que saber dónde está cada pieza, cómo y dónde golpear», explica mientras se dispone a una nueva inmersión para ahorrar el «achique» de la zona. Desde que se produjo la avería está en acción y no se irá a casa, enfatiza, hasta que la afectación se resuelva.

Voluntad contra carencias

El espíritu de Grillo es norma en la Antonio Maceo (Renté) y en todas las centrales eléctricas cubanas, donde ingenio y voluntad se imponen a las adversidades para asegurar vitalidad al Sistema Electroenergético Nacional (SEN).

Cual la clásica historia del huevo y la gallina, andan de contingencia en contingencia: sus constantes demandas y el ánimo de minimizar las afectaciones a la población desfasan los ciclos de mantenimiento, y esa elección, en un contexto de bloqueo, escasa disponibilidad financiera, obsolescencia tecnológica y carencias varias, se traduce en limitaciones de potencia en todas las plantas, desperfectos y averías frecuentes que a su vez redundan en déficit de generación.

En esas condiciones, mantener disponible la mayor capacidad posible en los bloques instalados y acortar tiempos de cada avería deviene prioridad que operarios, especialistas y directivos de nuestras termoeléctricas asumen desde el compromiso con la empresa, con lo que hacen y con el país.

En jornadas difíciles, decide igualmente la colaboración entre centrales, con la máxima de que los recursos que estén en cualquier lugar del país, son de todos. A puro corazón se hace la luz en Cuba y en ese esfuerzo se abrazan hombres y mujeres que han dejado sus vidas entre calderas, turbinas y generadores, y jóvenes que crecen tirados por el rigor y la responsabilidad.

Calor y empeño en Renté 

Dotada de cuatro bloques de 100 mega watts (MW) de potencia cada uno, y con la fortaleza de quemar crudo nacional, Renté es responsable de generar alrededor del 13 por ciento de la energía que se entrega al SEN. A mediados de esta semana, sin embargo, sus tres unidades en funcionamiento solo alcanzaban unos 170 MW.

El pasado jueves se anunció la salida de la Unidad 6 para corregir salideros en la caldera e implementar acciones que incrementen su carga y confiabilidad, y a la par el Bloque 3, al 50 por ciento de su capacidad, se mantenía bajo observación por vibraciones a nivel de la turbina.

«Los retos son permanentes», asegura el ingeniero Raymundo González Guillén, director general de la CTE santiaguera desde hace 15 años, y quien más de 24 horas después de la salida de la unidad 4 aún vestía su overol.

Su sentencia alude a la añeja tecnología de Renté, que tras 56 años de explotación ininterrumpida pide a gritos el oxígeno de alguna inversión, y también al bloqueo que limita las relaciones con bancos internacionales y por ende la adquisición de piezas de repuesto e insumos necesarios.

El buzo operario Jorge Grillo diagnosticó la causa de las vibraciones de la bomba de circulación en el Bloque 4 de la CTE santiaguera.Foto:Odalis Riquenes Cutiño.

No obstante, sostiene González Guillén, en tiempos de crisis les salva la consagración y creatividad de su colectivo, especialmente los jóvenes, «que revolucionan la empresa» y entre el calor, el sol inclemente del litoral y el ruido constante de las máquinas protagonizan una cotidiana lidia sin horarios.

Con 11 años al frente de la UEB de Mantenimiento, la ingeniera Mayra McCalla Írsula confirma que se impone la atención a los bloques por oportunidad (cuando se produce una avería) y no planificada, pero su servicio incrementado de aseguramiento a la producción está presto a actuar, y sus reparaciones se distinguen por la calidad.

El régimen de trabajo es fuerte y la hora de retorno a casa muchas veces se torna imprecisa, dice, pero no permite que las tensiones transformen su sonrisa y ha aprendido a poner a buen resguardo el tiempo para su familia.

Llegó en septiembre de 1988, recién graduada como ingeniera en Control Automático, en la Universidad de Oriente. Desde entonces siente el orgullo de haber transitado con éxito por disímiles responsabilidades, y disfruta del cariño y consideración de sus compañeros.

Las habituales afectaciones en las calderas y averías más complicadas en las bombas de circulación constituyen desafíos diarios. Pero nada se compara con la felicidad de imponerse a cada rotura y ver sincronizar un bloque tras haber adoptado la decisión correcta.

Curas criollas

Las limitaciones de potencia en la generación también alcanzan a la Central Termoeléctrica (CTE) Carlos Manuel de Céspedes, de Cienfuegos, mucho más moderna que Renté, pero no empañan su tradición de estabilidad dentro del Sistema Electroenergético Nacional.

Sus unidades de generación 3 y 4 trabajaban esta semana al 85 y 75 por ciento de su potencia instalada (158 MW), explicó a Juventud Rebelde Yeranis Zurita García, su director general, y especificó que una avería en el sellaje del horno hacia la cámara térmica frontal (imperdonable salida de gases a la atmósfera) impedía elevar la potencia de la Unidad 3 por encima de los 145 MW, mientras que la 4, con más tiempo de operaciones sin mantenimiento, disponía solo de 110 MW por problemas en su sistema de vacío y suciedad en la caldera.

Zurita García precisó que en este mes tienen prevista una intervención en la Unidad 4, y a inicios del último trimestre ejecutarán una intervención general, que incluye atención a la caldera y sustitución de recalentadores y sobrecalentadores deteriorados. «De completar esa planificación, para finales de año la Unidad 4 estará aportando sus 158 MW», aseveró.

Sin embargo, a pesar del empeño del colectivo, en la Carlos Manuel de Céspedes la tecnología no es infalible al paso del tiempo y, aunque la mayoría se resuelve sobre la marcha, las averías pueden poner en jaque la generación.

Yasmany Herrera Pérez, un contador devenido mecánico, de 35 años, habla con pasión de la experiencia de trabajar en la misma industria donde su padre lleva más de tres décadas, e ilustra la entrega de muchos cuando suenan los teléfonos: «No importa si es de madrugada, fin de semana, a plena mañana… enseguida vengo para acá».

Araís Vidal encabeza el trabajo sindical desde hace pocos meses en la CTE Lidio Ramón Pérez.Foto: Juan Pablo Carreras.

La más reciente dolencia de la CTE cienfueguera ocurrió en los filtros del sistema de limpieza de la Unidad 3, y cual verdaderos velocistas lo resolvieron en apenas 13 horas, aunque los protocolos enuncian un aproximado de diez días.

Una cura criolla a partir de un dispositivo ideado por un equipo de mecánicos permitió trabajar por dentro del condensador, y a la par solucionar desperfectos pendientes que por cuestiones de seguridad necesitan que la planta esté fuera de servicio para tratarlas, explicó Jorge Félix Sosa, joven ingeniero mecánico que labora desde 2019. 

«La vida aquí es dura y a veces se pone aún más tensa», dice Giraldo Julio Jiménez Campillo, de 33 años, jefe de brigada del Taller de Mecánica: «Tras el diagnóstico, la solución puede pasar de un día para otro, y más»

Daniel Abreu Ruiz, técnico de Mantenimiento Industrial, reconoce que se siente bien cuando, en equipo, logran dar remedio a los problemas que impone la planta. Y resolver sin entrar en parada deviene un reto diario.

Pero también enunció su deseo de que los mantenimientos se produzcan cuando toca, «porque si se siguen prolongando, este equipamiento, que ya es viejo, se maltrata aún más». Debido a la situación financiera del país no es posible contar con el suministro de partes y piezas que demanda esta industria, acotó el director cienfueguero.

De ahí que ingenio e innovación son vitales en la Perla del Sur: «Decisivas para que las unidades permanezcan generando durante largo tiempo, y también para ayudar al SEN ante averías en otras centrales», agregó.

Compromiso con Felton

Recuperar potencia también obsesiona al personal de la CTE Lidio Ramón Pérez, del poblado de Felton, en el municipio holguinero de Mayarí. Llegar a generar 500 MW para asumir la demanda de julio y agosto implica elevar la organización en aras de ser precisos y concretar estabilidad.

Por eso Araís Vidal, secretaria del sindicato en esa CTE, viaja satisfecha todas las mañanas desde su casa en Levisa y habla agradecida de las brigadas de especialistas de diferentes territorios de Cuba, en especial de la EMCE (Empresa de Mantenimiento a Centrales Eléctricas), que intervienen en el mantenimiento programado de la Unidad 2.

«Junto a nosotros laboran en turnos de 12 horas para que se cumpla el cronograma. Tuvimos problemas con el rotor, pero se reparó y ya está en proceso de montaje. Se trabaja en detalles como la alineación. El propósito es que vuelva a prestar servicio en un mes, aproximadamente», precisa.

«En ese Bloque, los jóvenes hemos apoyado desde que se procedió al desarme. Organizamos trabajos voluntarios para recoger lana de vidrio y otros materiales, lo que facilitó las labores posteriores. Ahora ejecutan rehabilitaciones en la caldera, equipos auxiliares, turbina, calentadores de aire… estamos donde se necesite», detalla la líder.

Innovador con soluciones de impacto es Dilber Acosta, ingeniero de la UEB Automática Grupo Técnico Eléctrico. Por ocho años, en Felton se une a su padre en quehaceres cotidianos: «Me ha tocado el sistema de excitación de ambos bloques. Con mis compañeros atiendo los sistemas eléctricos superiores; he introducido innovaciones para mejorar la fiabilidad de la excitación de los generadores empleando el transformador de prueba y modificando el proyecto original, para en caso de que ocurra falla o avería en el principal. En mi UEB predomina la experiencia de sus integrantes, de la cual aprendemos los más jóvenes».

Alexander Leyva opina que los sistemas de trabajo efi cientes solucionan fallas y averías.Foto: Nelson Rodríguez Roque.

Acosta y su generación de especialistas y técnicos tienen protagonismo en el mantenimiento del Bloque 2. Él respaldó la modernización de las subestaciones de petróleo de primer impulso, y con afán innovador integraron el sistema de control de la nueva subestación con el actual, realizando variaciones con las mediciones de corriente. Además, efectuaron el montaje de equipos y crearon facilidades temporales para la alimentación eléctrica.

«En la modernización del Bloque 1 me confiaron encabezar el montaje, puesta en marcha y prueba de sus sistemas de excitación y corriente directa, y participé en la sincronización del generador y el emplazamiento de una subestación de bajo voltaje».

Similar historia de vocación cuenta Alexander Leyva, especialista de Mantenimiento Industrial, quien lleva cinco años en este colectivo. Proveniente de una familia de metalúrgicos (su papá y un hermano mayor se dedican a esas tareas), él tomó el camino eléctrico. De la Universidad de Moa, de donde egresó como ingeniero, trajo conocimientos que en Felton ha adaptado a sus rutinas laborales.

«Nuestras CTE acumulan mucho tiempo de funcionamiento y así los mantenimientos deberían ser frecuentes, algo que resulta complejo. Tenemos estrategias a través de sistemas de gestión para paliar la falta de recursos porque los ojos del país están puestos en lo que ejecutamos», valora.

«Nos propusimos recuperar potencia en las unidades 1 y 2. Esta última lo requiere mucho para sentar las bases de una futura inversión capital. Al concluir tendrá una carga nominal de 235 MW. Apelar a la generación distribuida con diésel no es económico, por el precio de los combustibles. Ahorraremos utilizando crudo cubano, así que garantizar las acciones de estos días nos compromete», afirma.

De innovaciones y responsabilidades 

Roylán Suárez Agüero, un licenciado en Educación que desde hace dos años se desempeña como mecánico A del Taller de Maquinado de Renté, manipula con destreza en el torno la tapa de un motor eléctrico del canal de circulación. Monta, barrena, rellena, controla: «Esta pieza se importaba y ahora la recuperamos aquí. Así sustituimos importaciones y ayudamos a que no se detenga la generación».

Tiene 28 años y habla con la vehemencia de quien sabe importante lo que hace: «Aquel eje de circulación también lo hacemos aquí, igual que las chumaceras y muchas otras partes y piezas que ya cuentan con la certificación para ser montadas y explotadas. Mis directivos han confiado en mí y mis compañeros me apoyan.

«Cuando hay avería, amanecemos aquí si es preciso. En días normales nos dedicamos a preparar repuestos de las piezas que más roturas sufren. Así, de ocurrir alguna contingencia ya vamos adelantados», detalla.

Son 19 trabajadores del Taller de Maquinado de Renté, un entorno donde las alternativas también resultan soporte vital para mantener en operación las cuatro vetustas unidades, y donde también se empinan los nuevos.

«A pesar de los momentos difíciles que vivimos, aquí siento que tengo un futuro —asevera—. El jefe me dice: “Tienes la tarea de hacer esta pieza, cuesta 10 000 dólares en el mercado internacional, no se puede echar a perder”, y esa responsabilidad, esa oportunidad de aprender cada día algo nuevo y resolver problemas que benefician a todo el país han marcado mi vida y me han hecho mejor persona».

Esa es también la motivación de Walfrido Filiú (Filiucito), con 14 de sus 34 años en esta industria, quien se desempeña como especialista en Protección eléctrica y seguridad. «Entré como técnico medio y hoy estudio Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Oriente, como muchos de mis compañeros. El reto de buscar soluciones, el orgullo de aportar mi granito de arena, me estimulan mucho», refiere.

En similares términos se expresa Orlando Yasmany Rodríguez, ingeniero en Control Automático, quien ya deja su huella en la recuperación de la planta desalinizadora de 70 metros cúbicos que los abastece de agua, y lo secundan jóvenes operarios con quienes comparte el empeño de cuidar en turnos de más de 12 horas la vitalidad de las unidades.

Cuando otros de su edad piensan en el descanso o las fiestas, la juventud de las termoeléctricas cubanas consagran sus bríos al esfuerzo intenso por que se haga la luz en nuestras viviendas e industrias.

Tal pujanza fue reconocida por el vice primer ministro y Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, y el titular de Energía y Minas, Liván Arronte, en reciente visita a Renté, que hicieron extensivo a todo el SEN.

La ingeniera Mayra McCalla Írsula no permite que las tensiones eclipsen su sonrisa.Foto: Odalis Riquenes Cutiño.

Las reparaciones no se hacen esperar en la CTE cienfueguera para mantener su prestigio de entrega al SNE.Foto:Cortesía de la CTE Carlos Manuel de Céspedes.

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