Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Que la solidaridad no cese

Los gestos de apoyo hacia Pinar del Río se mantienen. Toda Cuba sigue atenta y ayuda a la recuperación

Autor:

Laura Brunet Portela

CIENFUEGOS—. Cada vez que la naturaleza se ensaña en alguna parte de la geografía nacional, todo aquel que sabe y siente que puede aportar algo va para allá. Así me contó hace poco un guajiro apurado, que también quiso ir a Pinar del Río.

La experiencia de algunos años como reportera me ha demostrado que no es una imposición a dedo. Los he visto jóvenes, medio tiempo, ya bastante ancianos, hombres y mujeres. Se mueven los ingenieros, los licenciados, los doctores, los conocedores de algún oficio, todos los de buen corazón que no dejan a un pueblo hermano caer.

Por mucho tiempo estas personas han sido héroes casi anónimos, aunque dudo que en los pueblos, ciudades y comunidades, luego no recuerden a quienes por tanto tiempo han permanecido allí, luchando por esa tierra como si fuera su propia casa.

Cada provincia ha puesto su parte. Cienfuegos ha estado representado por más de 300 de sus hijos: algunos que van y vuelven con los donativos, otros radicados en suelo occidental en las brigadas de linieros, trabajadores agroforestales, telecomunicadores, de acueducto y alcantarillado y otros que ponen rodilla en tierra para acelerar la recuperación.

Los sentimos superhéroes y les ponemos el cartel, aunque no lleven capa ni antifaz. Muchos han preferido el anonimato, aunque los que empuñamos micrófonos y cámaras nos empeñemos en arrinconarlos y hacerlos contar sus historia.

Dos septuagenarios bien conectados

Hace tiempo debieron haber «colgado los guantes», como ellos mismos dicen. Pero siguen moviendo la fecha del retiro, y ya han pasado de un año a otro.

Las familias, que bien los conocen, solo les piden que se cuiden mucho y los vuelven a despedir. Juan Montes de Oca Suárez, de 72 años, y Roberto del Pino Toledo, de 74 años, regresaron a Pinar del Río para empujar la recuperación como lo han hecho en otras ocasiones.

Puerta de Golpe, en Consolación del Sur, fue el primer lugar donde apostaron las fuerzas de la Dirección Territorial de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa), en Cienfuegos.

Allí encontraron un panorama conocido, semejante a lo que han visto tras el paso de otros fenómenos; pero con complejidades que han hecho singular esta experiencia.

Para Montes de Oca Suárez, jefe de grupo de intervención de la Dirección Territorial de Etecsa en Cienfuegos, levantar los numerosos postes inclinados y partidos fue la tarea más difícil, más de 250 solo en Consolación del Sur.

Los muchachos de Del Pino Toledo, jefe de brigada en Etecsa, trabajaron a «brazo partido» para restablecer las comunicaciones. Tal como lo han hecho en misiones anteriores en casi todas las provincias, «Villa Clara, Las Tunas, Santiago de Cuba, Isla de la Juventud, La Habana… y ya tengo mis años, pero si hace falta subir un poste, lo hago también».

Ambos lideran una tropa de jóvenes que los mira con afecto y admiración por toda la sabiduría y habilidades que han sido capaces de transmitirles. «Son muy buenos, a veces el malo soy yo», dice en tono jocoso al referirse a la rectitud con que los guía.

«Todos los que pasan por nosotros ya llevan aquello de que hay que trabajar, y hacerlo con fundamento para lograr todo lo que se espera de nosotros», agregó con orgullo por la obra de más de cuatro décadas.

La jubilación es un tema sobre el que todos preguntan, pero del que ninguno de los dos tiene respuesta exacta. «Ya hace rato estoy en edad, y cada vez que pienso en eso, me da tremenda tristeza. Aunque ya este año habrá que definir, porque ya tengo 72 años y la edad me está pasando la cuenta. Pero las comunicaciones me corren por las venas. Esta es mi vida», expresó El Vara.

Del Pino Toledo piensa hacerlo en enero, esa es la fecha en la que ha vuelto a replanteársela, «aunque si aparece otra situación como esta saben que me tienen ahí», aseguró.

Salvar también la economía

Una treintena de campesinos sureños también ha dejado su surco para colaborar en la construcción de casas de tabaco en Pinar. Coinciden en que es imprescindible para el país que este ciclo productivo no se interrumpa, por la importancia del cultivo como rubro exportable.

Las siembras quedan al resguardo de otros que también asumen la importante misión de mantener la producción de alimentos.

Benancio Labrada Seidedo, sabe mucho de madera y lleva toda la vida pegado a la motosierra. El cienfueguero productor de coles, tomates y pepinos para instalaciones del turismo tiene sus misiones bien definidas y cronometradas: «Voy a guapear con ellos, a picar madera y de paso llevo los instrumentos musicales, que sé que vamos a trabajar pero la música nunca sobra», dijo quien se hace nombrar Pepe hombre orquesta.

Miguel Morera Morales, obrero agrícola de la cooperativa Raúl Díaz, del municipio de Palmira, tiene en su haber 13 casas de tabaco de dos estancias anteriores en la más occidental de las provincias cubanas. «Hay que trabajar mucho, pero para eso estamos listos. Llevamos ropas, viandas, arroz, herramientas. Serrucho es lo que no tenemos, pero eso se resuelve», comentó confiado de que no habrá pausa en la labor.

Hoy se encuentran en Palenque, asentamiento de Puerta de Golpe, en Consolación del Sur. «Está siendo duro, pero marcha bien. Hemos hecho buenas amistades. Así que aquí nos quedamos hasta que sea necesario», expresó Yoel Viquillón Machado, presidente de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) en el municipio de Cienfuegos, quien agregó con orgullo que ya han completado dos casas de tabaco.

El regalo de una sonrisa

Jóvenes trabajadores de la producción y los servicios, estudiantes de la Universidad de Cienfuegos Carlos Rafael Rodríguez (UCF), la Universidad de Ciencias Médicas (UCM), instructores de arte y combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Ministerio del Interior, respondieron a la convocatoria del Buró Municipal de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) en Cienfuegos.

Conformaron una tropa de 25 miembros dispuesta a poner manos a la obra en la recuperación de Pinar. Cuenta Jorge Misas Hernández, miembro del Buró Municipal de la UJC, que trabajaron por dos días en la recuperación de dos sedes de la Universidad Hermanos Saíz Montes de Oca, el regalo de los sureños por el medio siglo de esa casa de altos estudios.

El dirigente juvenil entiende la urgencia de seguir acompañándolos, porque «es muy compleja la situación que todavía tienen, sobre todo en la infraestructura del área docente y la residencia estudiantil».

Artistas de Cienfuegos divirtieron a niños y adultos del asentamiento El Avioncito. Foto: Cortesía de la UJC de Cienfuegos

Reunir y llevar un donativo material a las comunidades pinareñas severamente afectadas por el huracán Ian fue uno de los propósitos de la convocatoria. Sin embargo, al llegar a Vueltabajo, lo que tuvieron ante sus ojos demostró que portar amor, divertir y poner un hombro amigo es una necesidad del alma que también debían atender. Así lo entendieron en El Avioncito, una comunidad vulnerable donde Ian también golpeó con saña.

«Interactuamos con los niños y adultos, sobre todo nuestros instructores de arte, con esa capacidad que tienen de contagiar amor. Nosotros también nos fuimos con el mejor regalo: la sonrisa», dijo Misas Hernández.

La solidaridad de los cubanos no es cuestión de cifras ni valores. Es un lazo que incluso en momentos tan complejos como estos nos hermana.

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