Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Abrazo de pueblos con voces de dignidad

Recibió el Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez la solidaridad con Cuba de una representación del pueblo de Estados Unidos. El acto también manifestó el respaldo a Venezuela  

Autor:

Marina Menéndez Quintero

«Tenemos fe en nuestra causa. Confiamos en nuestra obra de justicia social y sentimos el respaldo solidario de hermanos y hermanas en todas partes del mundo, como ustedes», proclamó el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel al cierre de un cálido y combativo acto de solidaridad con nuestro país y Venezuela que se pronunció contra los bloqueos y sanciones, y reunió a un auditorio numeroso bajo la condición de Voces por la Dignidad.

«¡Cuba sí, bloqueo no!», y «¡Cuba fuera de la lista!», corearon los congregados en la sede de la Society for Ethical Culture cuando Díaz-Canel concluyó sus emotivas y cálidas palabras, que dirigió, como en un diálogo, a «amigos»; a «hermanos y hermanas» que lo recibieron, a su vez, como «compañero». De ese modo lo presentó Manolo de los Santos, líder del proyecto The People’s Forum, quien explicó que lo llamaba así porque se trataba de «un hijo de la Revolución, de los trabajadores…».

Reciban un abrazo fraterno y solidario del pueblo de Cuba, dijo Díaz-Canel, quien también transmitió un mensaje de amistad para el pueblo norteamericano y para todos los pueblos representados por los asistentes al encuentro.

Creemos, como nos enseñó Fidel, que no hay fuerza capaz de vencer la fuerza de la verdad y de las ideas. Seguiremos junto a ustedes luchando por Cuba. Por el socialismo, por la justicia social, por conquistar un mundo mejor. Y lo lograremos, y venceremos, aseveró. ¡Hasta la victoria, siempre!

Así concluyó una intervención que fue acompañada, frecuentemente, por exclamaciones de aprobación y aplausos, y durante la cual expresó agradecimiento. Ustedes nos han brindado amor, apoyo, solidaridad; ustedes nos han abrazado y nosotros venimos a darles amor, a expresarles nuestra solidaridad y agradecerles esos abrazos, aseguró. Hoy, en esta noche, en estos instantes, les estamos abrazando en nombre del pueblo cubano.

 Al iniciar sus palabras, Díaz-Canel consideró a los presentes como «voces dignas» que dan un enorme apoyo a Cuba y Venezuela, a nuestras revoluciones hermanas, diciendo no a la sanciones y a los bloqueos.

Cuando vemos estas manifestaciones de solidaridad uno también siente un enorme compromiso, porque sabemos que no estamos luchando solo por Venezuela, por Cuba, por los países y pueblos del sur: ustedes y todos nosotros estamos luchando por un mundo mejor, que es posible, aseveró.

Recordó el Presidente cubano el acto similar en el que participó hace cinco años en la iglesia de Riverside, cuando asistía con la delegación cubana a otro período de sesiones de la Asamblea General de la ONU, y evocó los sentimientos que ello le provocaba porque Fidel había visitado también Riverside y había sido recibido allí por la comunidad norteamericana a la cual explicó las esencias de la Revolución.

Evocó más adelante sus primeros encuentros con Gail Walker  (hija de Lucius Walker, fundador de Pastores por la Paz y líder ahora del proyecto), el inicio entonces de una amistad y hermandad que aún prevalece y, luego, con Manolo de los Santos y el grupo de jóvenes estadounidenses que viajaron con él, más adelante, a Cuba, como los miembros de The People´s Forum, con quienes sostuvo encuentros que le permitieron apreciar que las ideas justas también estaban presentes en las nuevas generaciones de estadounidenses.

Díaz-Canel consideró el encuentro como colofón de las emociones vividas estos días, entre las que apuntó el homenaje a Malcolm X en el Memorial dedicado a la figura de ese defensor de los derechos humanos, del pueblo afronorteamericano y de las causas justas, precisamente la víspera de los 63 años del encuentro en esa
ciudad entre él y el Comandante en Jefe, en septiembre de 1960.

Evocó entonces que Malcolm X le abrió las puertas de Harlem, propició que Fidel se hospedara en el hotel Teresa y ahí se inició una amistad indestructible que es cimiento de la amistad que estamos compartiendo aquí entre el pueblo norteamericano y el cubano, explicó.

Foto: Prensa Latina

En su recorrido por la agenda de estos días recordó los encuentros sostenidos con representantes de diversos sectores del pueblo de EE. UU.: de la ciencia, la cultura, de la salud; con empresarios norteamericanos y cubanos que promueven los vínculos comerciales con Cuba, y con cubanos que radican en EE. UU.

En todos ellos encontramos mensajes de apoyo, de solidaridad, porque todos ellos y ustedes están construyendo, entre el pueblo norteamericano y el pueblo cubano, puentes de amor como Carlos Lazo, dijo.

Díaz-Canel consideró que ese apoyo, esa fuerza; ese aliento y esa energía, nos obligan a expresarles estos sentimientos y, ante todo, a agradecerles.

Señaló también que la participación en este período de sesiones 78 de la Asamblea General no solo tuvo el propósito de levantar la voz de Cuba, sino también la de los pueblos del sur, en la calidad de presidente pro tempore del Grupo de los 77 y China.

Recordó el orden económico internacional injusto que perpetúa el subdesarrollo, por eso reclamamos solidaridad y no egoísmo, cooperación y no rivalidades, trabajo digno y no explotación; armonía, respeto y tolerancia, y no racismo ni discriminaciones de ningún tipo, aseveró.

Más adelante, Díaz-Canel aseguró que el proceso revolucionario transformador continúa el camino del socialismo en Cuba. Transitamos por momentos especialmente difíciles en el manejo de la economía como consecuencia del recrudecimiento del bloqueo y de las afectaciones que provoca la inclusión en la lista estadounidense de países que supuestamente apoyan el terrorismo, y por problemas de insuficiencias internas que nosotros tenemos que superar, señaló.

Abordó también los obstáculos que representan los problemas económicos y las secuelas de la pandemia de la COVID-19 para el desarrollo del país y poder satisfacer las necesidades de la población. Pero incluso bajo esas condiciones no hemos
dejado ni dejaremos de priorizar la justicia social, dijo.

No dejaremos de satisfacer las necesidades fundamentales de la población; continuaremos defendiendo la equidad y seguiremos empeñados en la voluntad de proteger el sistema socialista por el que se han sacrificado tantas generaciones de cubanos.

No hemos abandonado nunca ni abandonaremos el principio de la solidaridad… Y seguiremos compartiendo, no lo que nos sobra, sino lo que tenemos.

La apuesta del imperialismo en las horas más difíciles de estos últimos años ha sido lograr el fin de la Revolución y el desplome del socialismo en Cuba, aseveró. Es cierto que nos han causado daños, penurias, escasez, y otras dificultades, pero no lograron derrumbar la Revolución Cubana, ni lo van a lograr nunca.

La resistencia creativa del pueblo cubano ha demostrado que el imperialismo no tiene capacidad para doblegar nuestra voluntad ni quebrar el compromiso de nuestro pueblo con la Revolución y el socialismo, afirmó.   

Durante el acto también se dirigieron al auditorio el canciller de Venezuela, Yván Gil, y voces solidarias como la de la doctora Samira Addrey, graduada de la ELAM, y el historiador marxista Vijay Prashad, y se escuchó un hermoso y breve concierto de jazz y piezas emblemáticas de la cancionística cubana.

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