Lo vi levantarse, como miles, del polvo y del fango. Era nada, un grupo de columnas marchitas en medio de aquel terreno envidiable en el centro de la ciudad de Bayamo. Allí pensaba construirse, en otro tiempo, la Universidad de Ciencias Informáticas del oriente del país.
No es solo la caza y la tala. Infringe leyes ambientales vigentes en nuestro país el que parquea un camión chorreando aceite en la arena de la playa, el que suelta allí una lata de cerveza o una botella…
Estampas sobre galanterías se han escrito en abundancia. Unas veces alabando ese sentir incontenible que brota ante una de esas mujeres capaces de paralizar hasta la respiración, otras para arremeter contra los toscos, incapaces de armar en un santiamén una bella e incisiva frase de elogio.
Que un banquero acuda a casa de un pobre a pedirle ayuda, suena poco menos que risible. Y que un país con fama de desarrollado espere que uno mucho más atrasado le saque las galletas del horno, también puede parecer caricaturesco.
«Nuestra juventud gusta del lujo y es mal educada, no hace caso a las autoridades y no tiene el menor respeto por los de mayor edad. Nuestros hijos hoy son unos verdaderos tiranos. Ellos no se ponen de pie cuando una persona anciana entra. Responden a sus padres y son simplemente malos».
Sin importar qué tan urbana sea nuestra vida, nuestros cuerpos viven de la agricultura; nosotros venimos de la tierra y retornaremos a ella, y es así que existimos en la agricultura tanto como existimos en nuestra propia carne.
El pasado 12 de agosto en la Reflexión de Fidel titulada El gigante de las siete leguas (parte I) referida al contenido del libro de Andrés Manuel López Obrador (La mafia que se adueñó de México… y el 2012) se citan unas ideas de este último sobre la política que me parece interesante analizar.
De ciertos problemas, en este o aquel pueblo o municipio, se enteran a veces los órganos del gobierno local cuando uno de los afectados escribe a un periódico. Pero los medios, aunque integran también el sistema del control popular —otra definición equivaldría, en mi opinión, a falsear el papel de la prensa en el socialismo— no tienen por qué marcar la regla; más bien la intervención excepcional.
Unos llegan a la frontera con sus camiones de verduras, frutas y pescado. Otros acarrean cemento. Los más humildes se apiñan para tratar de pasar al otro lado, a través de un corredor estrechísimo, en busca de bultos de ropa reciclada que se venderán después en Marruecos. Por cada paquete les pagan tres euros, describe el diario español El País.
La llegada de la adolescencia es una etapa importante y a la vez difícil en la vida de toda persona. En ella a veces se toman decisiones que no siempre son las correctas y que perduran en el tiempo.