Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

El Duende

La tecla del duende

Sentidos

Usa tus ojos para ver la belleza de la vida, o para ver el interior de las personas. No para criticar cómo se ven o se visten los demás, o para juzgar solo por las apariencias.

Usa tus oídos, para escuchar a quien te habla y poder ofrecerle una palabra de aliento; percibe sonidos agradables que edifiquen tu interior. No los uses como un arma, o para crear cizañas con lo escuchado.

Usa tu olfato, para percibir el olor de las flores, del perfume, del amor. No lo impregnes con los malos olores, como el odio, el egoísmo, la traición.

Usa tu gusto para saborear el triunfo de tus metas alcanzadas con esfuerzo y dedicación. No para saborear las derrotas de otros, o cuando algo les sale mal. 

Usa tu tacto para sentir y dar amor; para tocar a las personas con deseos positivos, con tu caridad. No lo uses para pedir injustificadamente, o para golpear sin piedad. 

¡Usa el sexto sentido, el más importante! Es el que nos da la sabiduría  para conectar los otros sentidos. A veces miramos sin ver; oímos sin escuchar; olemos sin percibir; probamos sin saborear; tocamos superficialmente… ¡Usa tus sentidos sabiamente; no se trata de cuántos tengas, sino de cómo los utilizas! (Enviado por Rafael Velasco Aguilera).

 Mariposa azul

Un viudo vivía con dos hijas curiosas e inteligentes. Las niñas siempre hacían muchas preguntas. A algunas de ellas, él sabía responder, a otras no. Como pretendía ofrecerles la mejor educación, las mandó de vacaciones con un sabio que vivía en lo alto de una colina. El sabio respondía a todas las preguntas, sin dudar. Las niñas decidieron inventar una que él no sabría responder. Una cazó una mariposa azul, que usaría para engañar al sabio. ¿Qué vas a hacer?, preguntó la hermana. Esconderé la mariposa en mi mano y preguntaré al sabio si está viva o muerta. Si él dijese que está muerta, abriré mis manos y la dejaré volar. Si dice que está viva, la apretaré y la aplastaré. Así, cualquier respuesta ¡será equivocada! Las dos fueron al encuentro del sabio, que estaba meditando. Tengo aquí una mariposa. Dígame, ¿está viva o muerta? Calmadamente, el sabio respondió: Depende de ti... ella está en tus manos. (Publicado por Guillermo Cabrera el 16 de junio de 2005)

 Graffiti

 Mi risueña: tu boca no se ve cuando sonríes, pero tus ojos lo demuestran. Tu fotógrafo.

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