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Razones para aplaudir (+ Fotos, Podcast, Videos y Post)

Hay jóvenes que no solo aplauden por las noches, viven esta etapa de otra forma, aportan sus conocimientos, esfuerzos y energía, ya sea desde un centro de aislamiento o mediante un grupo de Whatsapp. Hay jóvenes en la primera línea de combate, en las zonas rojas, o tocando puertas para saber cómo estás y cuidar de tu salud. Sobre ellos versa esta historia

Autores:

Raúl Abreu Martin
Dailene Dovale de la Cruz

Los aplausos llegan a las nueve de la noche. A veces con menor energía, otras con cacerolas y música incluidos. Desde los primeros pacientes confirmados, el país se moviliza para combatir la pandemia y frenar su expansión por el territorio nacional. Cuba agradece a quienes luchan.

La ciudadanía, en su mayoría, cumple las medidas orientadas por el gobierno y las recomendadas por las autoridades sanitarias. Distanciamiento social, higiene, quedarse en casa, son realidades establecidas en el imaginario social.

En cambio, hay jóvenes que no solo aplauden por las noches, viven esta etapa de otra forma, aportan sus conocimientos, esfuerzos y energía, ya sea desde un centro de aislamiento o mediante un grupo de Whatsapp.

Hay jóvenes en la primera línea de combate, en las zonas rojas, o tocando puertas para saber cómo estás y cuidar de tu salud.

Sobre ellos versa esta historia...

Esto lo hacemos por el barrio

Mientras el Director Nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública de Cuba (Minsap), Dr. Francisco Durán García realiza la habitual conferencia de prensa sobre la situación de la COVID-19 en Cuba, dos jóvenes se alistan y abandonan sus casas.

El calor y el sol no son impedimento para Rodelay Morales y Andrés Alejandro León, estudiantes universitarios de 21 años, que ponen rumbo a una de las sedes del Sistema de Atención a la Familia (SAF) en el municipio capitalino de Arroyo Naranjo.

Matriculados en Ingeniería Civil en el Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría, conocido popularmente como la CUJAE, y en Ciencias de la Computación en la Universidad de La Habana (UH), respectivamente, forman parte de los jóvenes que se han sumado en el apoyo para combatir el virus.

[Lea «A la carta» amor y humanismo (+ Fotos)].

«Un grupo de amistades estábamos buscando que podíamos hacer para apoyar, más allá de quedarnos en las casas y continuar con el estudio. Buscamos información y nos dijeron que podíamos integrarnos en esto de repartir la comida a las personas que necesitaran», explica Andrés Alejandro, quien se sumó a la convocatoria realizada por la UH.

«En el caso de la CUJAE, sí se hizo la convocatoria para todos los estudiantes que pudieran, apelando a su voluntariedad. Me demoré en entrar porque tenía miedo, debido a que soy asmático y alérgico, además, mi papá tiene 65 años», añade Rodelay, ya sin dudas.

Recorren la zona con sus mochilas y una jaba de pozuelos lista para ser entregada a uno de los sectores poblaciones de mayor riesgo, la tercera edad.

«Es un trabajo que no tiene una remuneración material pero reconforta y toca la fibra humana cuando ves que lo estás haciendo llega a las personas», comenta Andrés Alejandro.

Los miedos antes de embarcarse en esta tarea fueron normales. Los propios de Rodelay y los de la familia de Andrés, con dos personas en la edad de mayor riesgo, cedieron cuando comprendieron la necesidad de vincularse y dar su apoyo en esta lucha de todos contra la pandemia.

Llegan al SAF sobre las 11 de la mañana, y, «en el peor de los casos, llegamos a casa a las 2 de la tarde. Esto lo hacemos por el barrio y sin nuestro apoyo, en el Sistema de Atención a la Familia estuvieran pasando bastante trabajo y la comida les llegaría muy tarde a los ancianos», dice el futuro ingeniero. 

Seis viviendas visitan los dos jóvenes. Viajan con el almuerzo y la cena del día, y el desayuno para la mañana siguiente. No solo realizan una labor de mensajería, sino también preguntas de rigor que iluminan la cara de los favorecidos con el servicio: ¿cómo están?, ¿necesitan algo más?

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Ambos no dudan en que su labor es bien recibida. «Una anécdota: en uno de los viajes, un anciano me preguntó si era nuevo en este trabajo. Le respondí que formaba parte del grupo de jóvenes que se habían sumado a la tarea y me dijo que, si era así, el aplauso de las 9 de la noche también debería ser para nosotros», relata Andrés Alejandro.

Coinciden en que no pueden estar en un hospital y cuidar enfermos, pero colaboran con lo que tienen a su alcance, e insisten a más jóvenes a unirse a esta tarea. «Si dejaran de hacerla, es posible que los viejitos reciban el alimento mucho más tarde», comentan.

Para Rodelay, «el primer paso es involucrarse y sientes más ganas de seguir cuando ves que hay personas que no tienen las posibilidades que tienes tú en casa».

[JR Podcast Más que papel te amplía en este programa otros detalles de las historias de varios jóvenes cubanos que luchan contra la COVID-19 en cualquier trinchera].

WhatsApp al servicio de la psicología

Los jóvenes ayudan no solo en el plano físico, sino también en espacios virtuales. Junto a  los conciertos online ofrecidos  por artistas cubanos, destacan otras iniciativas como los Psico grupos en WhatsApp. Esta iniciativa de la Sociedad Cubana de Psicología brinda ayuda diaria a casi 2000 personas.

Según su coordinadora, la M. Sc. Bárbara Zas, presidenta de la Sección de Orientación de la Sociedad Cubana de Psicología, «se convocó para tratar de brindar una orientación psicológica a distancia a la población, debido a la suspensión de las actividades de las consultas de psicología y la priorización de los servicios de atención a urgencias».

El servicio comenzó a ofrecerse el 26 de marzo de 2020 y reúne a 58 profesionales de la psicología, pertenecientes a instituciones como el Centro Nacional de Educación Sexual, el Centro de Estudios Demográficos, el Minsap y la Facultad de Psicología, cuyos estudiantes también se han vinculado a este proyecto.

«Ellos no están brindando el servicio solos porque la responsabilidad de brindar un servicio de orientación psicológica a nivel profesional amerita en este caso la asesoría de un profesional», explica la profesora Zas.

En este momento están funcionando 16 grupos que brindan atención de 9:00 de la mañana hasta las 10:30 de la noche en distintos horarios. Por ejemplo, desde las 8:30 y hasta las 9:30 de la noche ofrecen su servicio los chats de atención a jóvenes, bajo la conducción, entre otros, de los graduados Claudia Caballero y Jorge Enrique Torralbas.

«Las dinámicas que se establecen en estos chats son grupales, pues nos basamos en el aprendizaje como una herramienta para la transformación. El servicio va a continuar hasta que termine este proceso de la pandemia en nuestro país y mientras sea necesario el acompañamiento a la población. Es la primera vez que se emplea como herramienta WhatsApp para brindar un servicio de orientación en nuestro país», agregó la coordinadora.

Post tomado del Perfil en Facebook de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana.

La orientación abarca a diversos grupos de la sociedad: familias con niños y adolescentes, personas de la tercera edad, familias vinculadas con las migraciones, adultos, la comunidad LGBTIQ, familiares y amigos de personas en vigilancia epidemiológica, emprendedores y expatriados.

En algunos casos, han tenido que crear más grupos para atender al mismo sector poblacional, debido a la amplia demanda que ha tenido el servicio. Es el caso de los chats de ayuda a familias con niños y adolescentes (existen cuatro grupos), y los jóvenes (dos chats en funcionamiento).

«Tras un mes de trabajo, hicimos una evaluación del servicio que arrojó buenos resultados y altos niveles de satisfacción por parte de los usuarios. Estamos conformando una serie de indicadores para cuando estemos en etapa de cierre realizar otra evaluación», agregó Zas.

Reciben muestras de agradecimiento de parte de los pacientes, añade la profesora, debido al nivel de incidencia favorable que tienen las recomendaciones y orientaciones dadas para las personas en particular.

Los 58 especialistas vinculados a los Psico grupos realizan un proceso de preparación antes de cada sesión, en cuando a los temas y el modo en que se abordan en los distintos chats. En la medida que ciertas problemáticas son identificadas y necesitan ser abordadas, se crean nuevos espacios virtuales para brindar atención a ese tema, desde el voluntariado de las personas que lo realizan.

Post tomado del Perfil en Facebook de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana.

La participación e inscripción de los usuarios son una muestra de lo necesario que resultan estos espacios donde se brindan consejos, información y comprensión a nivel psicológico de lo que nos ocurre en esta situación que estamos viviendo, manejado por profesionales que han recibido apoyo económico de sus sociedades científicas, aunque asumen casi la totalidad de los gastos.

La sección de orientación de la Sociedad Cubana de Psicología, agrega su coordinadora Bárbara Zas, «promociona a partir de esta experiencia la utilidad de este recurso (WhatsApp), del que estamos evaluando su alcance y limitaciones. Ha sido una experiencia muy enriquecedora para todos los profesionales que con alto compromiso han estado permanentemente brindando este servicio diario». 

Si quieres cambio, empieza por ti mismo

Denisys Pérez Hernández lleva nueve años recorriendo los pasillos de la Facultad de Lenguas Extranjeras (FLEX) de la Universidad de La Habana. Tras sus seis años como estudiante, decidió permanecer como profesora de Lengua Inglesa en la sede universitaria.

Cuando se anunció la medida de suspender las clases presenciales y trasladarlas al ámbito virtual, esta joven profesora tenía una idea loca rondando en su cabeza. Así se lo transmitió a sus estudiantes: «me voy para un centro de aislamiento como voluntaria».

Foto: Cortesía de la entrevistada

[Lea Crónicas de una voluntaria: Los preparativos].

Quizás el mensaje más repetido en la televisión nacional y en redes sociales hoy sea #QuédateEnCasa. Parte de la población cumple, excepto cuando es apremiante abandonar la comodidad del hogar o por ciudadanos irresponsables que deciden salir a las calles sin motivos.

- ¿Qué puede motivar a una persona a dejar su casa y familia para ponerse en una situación vulnerable?

La necesidad de hacer algo por más pequeño que sea, pueda ayudar a erradicar la pandemia, opina la profe, confiada de que con esta decisión puede ayudar a los que desde un primer momento, se han enfrentado al coronavirus sin súper poderes ni capas.

A esta joven la mueven convicciones y cuestiones morales, motivada por el enseñanza de sus padres de que «si quieres que algo suceda, si quieres cambio, empieza por ti mismo».

Foto: Cortesía de la entrevistada

[También le recomendamos leer Claudia: una ingeniera en zona roja].

Es una decisión pensada mucho y muy bien. A pesar de que sus amigos le llamaron loca y del susto inicial de su padre y madre, a quien la noticia llegó poco a poco, todos la han apoyado en su locura, siempre con el miedo por su salud. Desde el domingo 24 de mayo se encuentra en la primera línea de combate.

«Claro que tengo miedo, si te digo que no estaría mintiendo. Es un miedo raro. No podría describirlo bien. Sin embargo, no se me quita la idea de la cabeza, ni a mí ni al resto de voluntarios», añade.

[JRTV te cuenta en este video la historia de tres jóvenes artemiseños que encontraron la manera de ser útiles en un centro de aislamiento para personas sospechosas a la Covid-19. Ninguno es médico, enfermera o laboratorista: los tres son voluntarios].

Su ejemplo ha motivado a otros estudiantes de FLEX a sumarse como voluntarios. Al enterarse de su decisión, un expresidente de la Federación Estudiantil Universitaria y la anterior secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas, ambos estudiantes de quinto año de Lengua Alemana, se pusieron en contacto con ella para acompañarla.

La profe agradece que muchos jóvenes se hayan sumado a tareas de apoyo en la lucha contra la COVID-19, aunque llama a la cordura de quienes el deseo de hacer les puede nublar la vista. «Realmente no creo que esto deba ser algo masivo. Debe ser bien pensado. Muchos viven con sus abuelitos o incluso padecen enfermedades como diabetes o asma. Los prefiero tranquilos y saludables en sus casas», añade.

Post tomado del Perfil en Facebook de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.

[Escuche en este Podcast de JR Más que Pepel la historia de tres voluntarios. Ellos son los estudiantes Mónica Mestre, presidenta de la FEU (UH), Marla Susana Viera y Mario Ernesto Almeida].

Por la vida de Cuba

Conocimos a Rossana Rodríguez Ramos en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, nosotros como estudiante de Periodismo y ella en las aulas de Comunicación Social. Presentados por unos amigos en común, enseguida resaltó su nobleza, solidaridad y buen corazón.

Foto: Cortesía de la entrevistada

Desde el 26 de marzo, acude al Laboratorio del Centro de Biomateriales de la Universidad de La Habana, junto a otros estudiantes y profesores de nuestra alma máter, para envasar hipoclorito en frascos pequeños, luego vendidos en las farmacias de la capital.

Foto: Cortesía de la entrevistada

«Es una labor totalmente voluntaria. Es trabajo en equipo y satisface porque sabes que estás aportando un poco a la salud de tus amigos, de tu familia, de ti mismo. Al final, a la vida de Cuba».

Para la labor, es necesario un incremento de las medidas de protección, al estar en contacto directo con sustancias químicas. Esto no ha amedrentado a los voluntarios, conscientes de la importancia de su labor.

«Allí nos dan batas, guantes, cada quien lleva su nasobuco para protegernos del cloro y la pandemia. Los estudiantes y profesores participan de lunes a viernes desde las 9 de la mañana, hasta que se agoten los galones de cloro de ese día. La Facultad ha convocado tres veces y he participado en las tres», comenta.

Foto: Darío Gabriel Sánchez

Ella y sus compañeros no trabajan solos. Brindan apoyo y reciben orientación de los especialistas del centro, expertos en el manejo de sustancias químicas y de los utensilios de laboratorio.

«No tenemos transporte asegurado. Se ha hecho un llamado a los que viven cerca y pueden llegar caminando. En mi caso, voy desde el Instituto Cubano de Radio y Televisión hasta el local, ubicado frente al hospital Calixto García», comenta.

 «Somos la misma humanidad, todos frente al mismo acertijo»

«Somos la misma humanidad, todos frente al mismo acertijo». Son los versos de la canción Valientes, del grupo Buena Fe que, como reconocimiento a nuestros médicos, suena con frecuencia en los espacios de la televisión nacional.

El mundo y los cubanos entienden. La única manera de poner barreras de contención a esta amenaza es cumplir las medidas sanitarias y realizar labores solidarias. Solo así volveremos a la normalidad en el menor tiempo posible.

[Conoce la historia del joven médico cubano Dayhan Jiménez Donaire, integrante del primer grupo de trabajo de la Brigada Henry Reeve que atendió a los enfermos de Covid-19 en el hospital de campaña en Crema, Lombardía].

También los jóvenes comprenden, sobre todo esos que arriesgan su salud por otros. Hacia ellos también va el aplauso popular de las nueve de la noche, con cacerolas y algarabía incluidas.

[Le invitamos a ver además la Serie Multimedia que realizó JR, «Cuba Salvando el amor», donde puede encontrar diversas historias de jóvenes cubanos frente a la COVID-19].

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