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Atender a tiempo

El pasado 24 de enero, desde Luz Caballero 119, entre Frank País y Silvestre Alonso, ciudad de Sancti Spíritus, Ysaac Víctor Picart contó aquí que el 12 de abril de 2023 se derrumbó el techo de la última habitación de las oficinas municipales de Economía y Planificación, que colindan con su vivienda, y no le causó afectaciones. Pero nada se hizo, ni recogieron los escombros. Y el 22 de diciembre pasado fueron dos trabajadores y quitaron el techo de las habitaciones restantes y arrancaron las tejas que cubrían el caballete de división con su vivienda.

Ysaac los alertó, y le dijeron que antes de irse las pondrían, para que no se le mojara la casa. No lo hicieron, y le dejaron la única parte que tiene de placa llena de escombros, producto de su trabajo. Él habló con la Directora de la entidad, quien le informó que se solucionaría al otro día. Y el 23 de diciembre llegó una brigada a recoger los escombros. Pero los que estaban en la placa de Ysaac los tuvo que botar él. Le dijeron que antes de irse harían un trabajo para evitar que se le mojara la casa. Y se fueron sin hacerlo. Volvió la Directora a prometerle que se iba a solucionar el asunto…

 «Cada vez que ha llovido en estos días, decía, mi casa se ha mojado toda. Y sin poder cocinar, pues la cocina es un río, y se me mojaron equipos eléctricos y otros enseres».

 Ysaac fue a las oficinas de Atención a la Población del Poder Popular Municipal y canalizó su queja. También lo hizo en la Fiscalía Provincial. Y en ningún caso tuvo respuesta.

 «Soy un anciano de 80 años y vivo solo, decía. Lo que más  me indigna es que se pasaron casi nueve meses sin tocar esos techos y, a ocho días de terminar el año, a sabiendas de que en esas fechas hay cantidad de días en que no se trabaja, iniciaron una obra que sabían que iban a dejar inconclusa, sin preocuparles el daño que me están causando.

  «Indolencia es la palabra más fina que encuentro para calificar estas acciones. Debido al esfuerzo que tuve que hacer al subirme sobre la meseta de la cocina para poder tapar con nailon mis equipos, así como para botar los escombros, y producto de una antigua fractura de columna y de mi edad, desde el 1ro. de enero, estoy con una crisis de columna que se me complicó con una neuritis intercostal que me ha dejado inhabilitado de caminar».

 Añadía que el jefe de Servicios de la dependencia interna del Poder Popular Municipal, nombrado Vidal, a quien ha llamado en reiteradas ocasiones, se comprometió a ir a verlo y resolver urgentemente el problema.

 «Pero ni lo uno ni lo otro, añadía. El Delegado de mi circunscripción, a quien le he pedido en cuatro ocasiones que venga a ver los daños, ha brillado por su ausencia. ¿Quién responde por esta situación? Hace 24 días del problema. Y llevo 24 días imposibilitado de andar, mientras veo cómo sigue dañándose mi vivienda y haciéndoseme insoportable estar en ella ante la más mínima llovizna», concluía.

Responde Jaile Rabelo Orellana, intendente del municipio de Sancti Spíritus, que en despacho en el Gobierno Municipal, presidido por él, se atendió a Ysaac, y se le explicaron las acciones acometidas y por las que se encuentra afectado.

En el encuentro, acota, se determinó que tenía razón en los planteamientos realizados, pero además se le ratificó que faltó comunicación entre las partes, pues se le pudo dar solución con inmediatez.

Se le precisó, añade, que culminaría la acción constructiva para restablecer la afectación en la Dirección Municipal de Economía y Planificación, edificación que colinda con la vivienda, y así quedaría restablecido el techo de ambas edificaciones. E Ysaac quedó satisfecho con la atención recibida y la explicación ofrecida.

 Agradezco la respuesta, pero, tras tantos meses de espera y promesas incumplidas, es triste que la compulsión de la publicación aquí sea la que logre que se atienda el caso del anciano. Ni una disculpa pública aparece en esta respuesta. Y si «faltó la comunicación entre ambas partes», no fue por culpa de Ysaac, que bastante insistió.

 Es triste que, como en otros casos revelados aquí, aparece la solución tras tanto sufrimiento. Ojalá con la Ley del sistema de atención a las quejas y peticiones de las personas, aprobada por el Parlamento cubano, y próxima a entrar en vigor, ningún directivo pueda desconocer las quejas ciudadanas. Las leyes se hacen para ser cumplidas.

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