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Trabajo por cuenta propia: Entre el orden y las oportunidades (+ Podcast, Infografías y Video)

Nuestro diario le toma el pulso al escenario actual y las distintas realidades de los jóvenes trabajadores por cuenta propia, quienes representan el 30 por ciento en esta modalidad de empleo

Autores:

Roberto Díaz Martorell
Odalis Riquenes Cutiño
Lisandra Gómez Guerra
Nelson Rodríguez Roque
Santiago Jerez Mustelier

La nariz, seducida, olfatea a tres cuadras de distancia y no hace más que dejarse llevar por el dulcísimo olor que desprenden las estanterías del comercio familiar Hakuna-Matata, en Nueva Gerona. Allí casi todos quedan extasiados ante las delicias que le han granjeado —por cinco años prósperos— prestigio, afluencia de clientela y estabilidad en el negocio al clan Reyes Ávila.

 Desde comienzos de 2021, estos pineros le ponen más empeño a sus elaboraciones. «Si antes debíamos trabajar con calidad, ahora debemos esforzarnos el doble, pues con la llegada de la Tarea Ordenamiento se imponen una elevada eficiencia y eficacia en el servicio y los productos que se ofertan a la población. Es cuestión de respeto», considera David Reyes Ávila, quien se encarga de la contabilidad, el inventario y los almacenes del establecimiento.

Para el espirituano Didier Acosta García, dueño desde hace diez años de un negocio de impresión y fotocopia, «la Tarea Ordenamiento conlleva un proceso de adaptación, como todo cambio que estremece. Nosotros, solo subimos el doble al pago de las impresiones, incluso estamos por debajo del monto en el sector estatal».

A pesar de lo zigzagueante de algunos precios de insumos en el mercado, tampoco han crecido sustancialmente los precios del restaurante habanero El Pirata, enclavado en las inmediaciones de la Plaza de la Catedral. Según Anabel Rodríguez, una de las dependientas, «lo que hemos hecho es realizar la conversión de CUC a CUP, y aunque pretendemos ir gradualmente dejando de aceptar el primero, aún lo recibimos porque estamos en tiempo».

La depresión en el arribo de turistas ha impactado en esta taberna y en el bolsillo de sus trabajadores, los que han debido preparar platos más sencillos para suplir las necesidades del barrio, no cerrar las puertas y así aguantar sus propias economías familiares. «Es mejor diversificar nuestros servicios y mantenernos activos en este contexto de pandemia que estar sin trabajar. Sería devastador para nosotros y para el propio sitio, porque al reanudar no tendríamos ingresos suficientes», opina Anabel.

Por su parte, Noemí León, gastronómica en un restaurante de la calle Obispo, prefiere trabajar en las formas de gestión no estatal porque hay cultura del detalle, limpieza, orden, inocuidad de los alimentos y mayores facilidades.

Su cobro se ha reducido, debido a las ventas disminuidas, y está muy por debajo del salario básico establecido en el país; pero, aunque en el trabajo por cuenta propia dice sentirse realizada, reconoce que su única entrada  debe batirse cada día con las violaciones de precios existentes.

Al santiaguero Martín Alexey Copello, panadero dulcero especializado en la producción de galletas en el negocio que ha denominado Las mimiquis, se le hará realidad un contrato para el encadenamiento de sus producciones, de gran aceptación popular, con la Empresa Provincial de la Industria Alimentaria, que le permitirá colocar sus surtidos en las ofertas estatales para apoyar la alimentación del pueblo.

Sortear las dificultades en la adquisición de materias primas, afrontar los obstáculos que aún entorpecen el avance y resistir las carencias acumuladas de la crisis económica global, arreciada en nuestro escenario por el bloqueo y la COVID-19, son piedras en los zapatos de los más de 600 000 cubanos que viven del trabajo por cuenta propia, en un país que lleva una década fomentando, sin prisa, pero sin pausa, esta modalidad de empleo.

Juventud Rebelde fue tras las historias y criterios de jóvenes pertenecientes al sector privado —el 30 por ciento de los empleados en esa modalidad— sobre el horizonte desafiante y de oportunidades que les añade el entramado de la Tarea Ordenamiento en el escenario actual y el perfeccionamiento anunciado hace semanas.

La conocida Candonga, sitio donde cientos de cuentapropistas venden ropa, zapatos, accesorios, bisutería… se encuentra vacío tras la paralización temporal por la COVID-19. Foto: Odalis Riquenes Cutiño.

Sacando cuentas

Ocho años de reputación como excelentes vinicultores no le permiten plegar las ventas a la pareja holguinera de Luis Alberto Bermúdez y Yailén Ávila, si bien el escaso suministro de materias primas amenaza con su producción. «El azúcar la adquiríamos en bodegas o mercados, de forma liberada, y como sabemos ahora esto no está funcionando. Tampoco disponemos de una asignación en un mercado mayorista, como otros tipos de actividades sí la tienen».

La adquisición del pan se encarece en el negocio donde trabaja la habanera Noemí González, pues los comestibles que se elaboran allí —que ahora vende solo para llevar por las medidas sanitarias contra la COVID-19— precisan, en su mayoría, de este alimento vital. «Antes valía a diez pesos el paquete, pero hoy te lo encuentras a 30 o 40 pesos, y con mucha suerte. Tenemos que comprarlo al precio que lo hallemos».

Un panorama distinto cuenta David Reyes Ávila, de la Isla de la Juventud: «Tenemos contrato con la empresa mayorista para la adquisición de azúcar y harina fundamentalmente, y estamos en proceso de materializar otro con los almacenes del Cimex. Trato de usar de manera racional y efectiva los pocos recursos a los que puedo acceder».

Los vínculos y el apoyo del gobierno territorial le permiten a Raúl Espinosa, titular de proyectos de desarrollo local y un bar en La Habana Vieja, expandir sus propósitos en beneficio de la comunidad, privilegiar la reinserción de jóvenes en la sociedad que, como él, anduvieron por caminos espinosos, y no carecer de suministros regularmente.

También, este emprendedor incansable, ha comprado en el Mercabal, mas ahora mismo la tienda no se encuentra abierta, y cuando lo estuvo las colas eran inmensas. «Al menos te encontrabas algunas cosas, hubiese más de no ser por el bloqueo. Trump nos asfixió a los pequeños negociantes con sus medidas dañinas, entre ellas el ataque a las remesas; tenemos que levantarnos y levantar la economía, el Gobierno hace un esfuerzo tremendo, pero necesita de apoyo».

Joel Rocha Rodríguez es de los de los 3 770 espirituanos que alternan el trabajo por cuenta propia con el del sector estatal. Foto: Lisandra Gómez Guerra.

Para el florista del Yayabo, Joel Rocha Rodríguez, el no tener, hasta el momento, que comprar en un mercado lo considera una ventaja. El aislamiento social fue un período fértil para él, lo aprovechó «en sembrar plantas y crear objetos de barro. Al llegar la Tarea Ordenamiento tenía todo listo y sin incrementar considerablemente los precios obtuve muy buenos ingresos en el primer mes del año».

Aunque en Sancti Spíritus, como en todo el país, aún no se gana en surtidos constantes en el mercado mayorista, Gustavo Alcantara Benitez, subdirector de atención y control al trabajo por cuenta propia en la Dirección Provincial de Trabajo, refirió que «hay actividades, como el agente de comunicaciones, que sí tienen estabilidad en el suministro.

«A la par que en otras se han evaluado las posibilidades de agenciarles algunos alimentos con Mercabal y Cimex. Muy pronto la Universal, en esta central provincia, podrá comercializar productos para quienes laboran en servicios de belleza», apunta.

En Santiago de Cuba, sin embargo, Martín Copello revela que «durante los meses de enero y febrero, el Mercabal no ha vendido harina, tampoco los establecimientos de la cadena Cimex, ni en CUC ni en moneda nacional; pude conseguir en las tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC)».

Al mostrar sus recibos, nos ilustra cuánto ha cambiado su panorama cotidiano desde que adquiría la harina a 12.80 pesos el kilogramo, (5.80 la libra), en el Mercabal; hasta el 1.33 dólares el kilogramo, (28.90 pesos la libra), en el mercado en MLC.

«Estamos haciendo los cálculos y más de una vez hemos tenido que cambiar la ficha de costo, insiste, porque en las tiendas en MLC los precios varían en dependencia del mercado de donde se importen los productos; y la mantequilla y el aceite nos han costado más.

«Tendremos que elevar un poquito el precio de la galleta, dice con pesar, porque si no se afectará el ingreso de los muchachos, que deberá crecer como el del resto del país, y no daría la cuenta con tantas tarifas por pagar: arrendamiento, corriente, local, equipos…».

Al respecto, el viceprimer ministro y titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, apuntó recientemente en el programa televisivo Mesa Redonda que «es cierto que no están creadas todas las condiciones desde el punto de vista de suministros e insumos. Tenemos que trabajar en eso, dijo. Nuestra economía no renuncia a tener un abastecimiento estable en los mercados mayoristas, es un objetivo por alcanzar».

Sin embargo, alternativas que se han abierto y flexibilizado para evitar que los negocios paren por causa de insuficiencia del mercado mayorista, todavía no se ponen en práctica como es debido. Tal es el caso de la comercialización de inventarios ociosos por parte de las empresas a los signatarios no estatales, y la opción de exportar a través de entidades estatales del comercio exterior si los interesados disponen de la cantidad necesaria de divisas.

La realidad dicta que estas escapatorias no siempre se engranan bien en todos los casos, y pueden llegar a ser un verdadero dolor de cabeza para quienes desean adquirir insumos, piezas y equipamiento sin acudir a mercados informales.

Los cuentapropistas podemos gestionar los recursos del estado con calidad y rendimientos, afirma el exitoso panadero dulcero santiaguero Martín Copello. Foto: Odalis Riquenes Cutiño.

Trabajador cuentapropista santiaguero que se dedica al oficio de panadero-dulcero. Foto: Odalis Riquenes Cutiño.

Eliminar ataduras y desatar las fuerzas

Además de no haber logrado importar impresoras y papel, el espirituano Didier Acosta García tampoco ha podido cumplir su mayor anhelo: encadenarse con empresas exportadoras o de sustitución de importaciones. «Llevamos un año en eso y no hemos podido firmar el contrato que nos permita conseguir la tecnología necesaria. Hacerlo, nos beneficiaría en la obtención del MLC».

«En la medida en que desterremos prácticas burocráticas y agilicemos la adquisición de lo que podamos comprar aquí, y la moneda dura se quede en nuestro país, nos desarrollaremos y ganaremos todos. La clave está en tener sentido de pertenencia y hacer el trabajo bien, particulares y estatales en igualdad de condiciones y beneficios», aseveró Acosta García.

En tal sentido, Martín Copello, el electricista santiaguero devenido en panadero de éxito a fuerza de tesón, cree que «si con la tecnología artesanal que hoy tenemos, nuestras producciones gustan, poseer hornos modernos y toda la técnica adicional que lleva este proceso productivo nos permitiría brindar al pueblo un mejor servicio, con elaboraciones más completas, con confort y mayor calidad que la que se hace hoy».

En el afán de dar a conocer sus vinos en el mercado internacional, los holguineros Luis Alberto y Yailén se han topado con la falta de cápsulas de sellado, elemento distintivo y que confiere prestancia a sus productos. «Hemos intentado adquirirlas, y hasta la fecha no hemos podido. El Fondo de Bienes Culturales, institución que nos representa en la exportación, aduce que no es competencia de ellos suministrarnos materias primas.

«En Martinica se interesaron por el producto de una vinicultora cienfueguera y ella les habló también de distintos vinos que elaboramos en Holguín, en el Club de Vinicultores Bayado. Pero aquí trabajamos con muchas materias primas recicladas y para la exportación se requiere usar productos nuevos, dígase botellas, tapones u otros; los cuales son difíciles de producir acá y de importar también debido a los lastres administrativos», acota Luis.

Justamente, eliminar las trabas y distorsiones que atentan contra el normal curso del trabajo por cuenta propia es prioridad para el Gobierno cubano, aunque no se logrará hacerlo de un plumazo. En ese camino, se aprobaron algunas semanas atrás nuevas normativas que perfeccionan y flexibilizan su quehacer, toda vez que se amplían significativamente las actividades que podrán ejercerse en un sector que representa el 13 por ciento de la ocupación laboral nacional.

«Las nuevas normas buscan la creatividad y la innovación en los servicios que ofertamos —aseveró Raúl Espinosa—, despuntan nuestro grueso de posibilidades y servirán para incentivar y generar más empleo, que es lo que aquí se necesita: trabajar para echar para adelante este país».

Por su parte, Didier Acosta coincide en que las nuevas medidas deben conducir a ofertas y servicios más sólidos a partir de negocios prósperos, sostenibles y fuertes, como el suyo; pero considera que la ausencia de un mercado mayorista para adquirir la materia prima y la morosidad en los trámites legales que posibilitan tener todos los papeles en regla, continúan siendo frenos, a corto plazo, para las nuevas disposiciones.

También foristas de nuestro diario señalaron que las nuevas condiciones aterrizan y abren el trabajo por cuenta propia, beneficiando a los cuentapropistas y a las formas de gestión no estatal; lo cual nos permitirá aunar a aquellos que deseen aportar con la creación de proyectos multifuncionales a la revitalización de la economía a futuro.

Otros internautas se pronunciaron por enfrentar las violaciones e ilegalidades que se puedan generar, y por continuar ampliando las medidas para propiciar la conformación de pequeñas o medianas empresas, siempre con el debido control que se debe ejercer en este tipo de actividades.

Expertos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, en conjunto con otros organismos involucrados, ya trabajan en el alistamiento de las nuevas normas que codificarán los cambios. En las provincias ultiman, a la par, los detalles para la arrancada con buen pie de las ventanillas únicas y para la capacitación del personal encargado de llevar a vías de hecho esta política. Así lo constató Juventud Rebelde en Sancti Spíritus y Santiago de Cuba.

Una idea de Alejandro Gil Fernández resume la esencia de este perfeccionamiento: «nos hace falta el sector no estatal porque es un complemento de la economía, porque genera empleos de calidad, crea más encadenamientos, sinergia; dota a la economía de mayor vitalidad, diversificación, competitividad; y se aprovecha todo el talento nacional».

Los holguineros que consumen vinos artesanales tienen en su preferencia los del elaborador Luis Alberto Bermúdez y su esposa Yailén Ávila. Foto: Cortesía de los entrevistados.

Didier Acosta García (primero a la izquierda), junto a su equipo supo aprovechar el trabajo a distancia durante los primeros tiempos de la COVID-19. Foto: Lisandra Gómez Guerra.

Crecer por la economía

En la práctica a veces la matemática de la vida suele ser para muchos más difícil de desentrañar que un nudo gordiano especialmente cuando todo está transversalizado por una pandemia como la de la COVID-19.

Y ello bien lo sabe Yosvany Veranes, quien ha vendido por dos años churros en la esquina de San Ignacio y O’Reilly, en La Habana, y con ese único ingreso sustenta a sus hijas y su esposa. «Cobro por lo que se genere en ventas en el día. Previo a la pandemia me montaba en 80 o cien pesos diarios, pero en esta época no llega a los 40 CUP. He tenido que rebajar el precio de los churros y preparar menor cantidad de masa. Si la cosa sigue así tendré que cerrar y buscar nuevo empleo».

Otros comercios habaneros comentaron a nuestro diario que, debido al rebrote, simplificaron los turnos, renovaron sus ofertas, distribuyeron a los trabajadores y en algunos casos prescindieron de ellos al no tener cómo pagarles.

Un aspecto favorable que señalan varios de los entrevistados es que los impuestos de la Oficina Nacional Tributaria se han mantenido en el mismo rango con la Tarea Ordenamiento, y en muchos casos se han ajustado, pues se conoce que por la COVID-19, según datos ofrecidos en la Mesa Redonda, se llegaron a tener 250 000 trabajadores con suspensión temporal de sus licencias.

No obstante, los expertos aseguran que la tendencia del trabajo por cuenta propia, con las medidas anunciadas y las que se espera que lleguen, es a crecer. A pesar de los estragos de la enfermedad esta forma de empleo ha aportado, por ejemplo, en Santiago de Cuba 2 242 contratados. Y en la Isla de la Juventud se registran más de 250 solicitudes.

El ejercicio laboral por cuenta propia, como la vida misma de Cuba, se perfecciona. Y en ese camino cuenta con el empuje de quienes desde sus espacios contribuyen a un mejor país. Ya lo han enfatizado las autoridades, la economía es una sola, y en el empeño de impulsarla y solucionar sus problemas, urge desatar las fuerzas productivas y sumar las mayores potencialidades posibles para que todos los sectores, entretejidos, tributen al bienestar de la población, bregando entre el orden y las oportunidades.

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