Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

De las grandes crisis surgen las grandes soluciones

Las ideas del líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, sobre los desafíos actuales y futuros de la humanidad marcaron un sendero en los eventos internacionales de Globalización y Problemas del Desarrollo. Justamente, cuando se efectúa desde hoy en La Habana la edición 14ta. de estos encuentros, compartimos fragmentos de sus intervenciones

Autor:

Juventud Rebelde

Economistas del pueblo

«Estados Unidos constituye hoy la base del imperialismo globalizado y también la lucha contra esa forma de dominio tiene que ser globalizada.

«Ese imperio tiene sus teóricos y sus ideólogos formados en universidades, aunque justo es decir que allí también hay hombres inteligentes y sensibles, no todos piensan exactamente igual; hombres que no comparten los métodos del imperio, ni las políticas del imperio o el criminal procedimiento de bloquear a un país pequeño, de tratar de rendirlo por hambre y por enfermedad. Tiene sus teorías, sus teóricos y sus medios de divulgarlas, y los pueblos dominados por ese imperio global deben tener también sus teóricos, que han de salir de las filas de los intelectuales; en primer lugar, de los economistas. De los economistas con
un sentido político, no economistas para servir a las transnacionales, o economistas para ejercer el simple papel de asesores. Hay que asesorar desde luego todo lo que se pueda, economistas que desarrollen ideas y las transmitan a su pueblo a partir de fundamentos profundamente científicos, a partir de la ciencia y de la experiencia humana acumulada durante tanto tiempo.

Economistas del pueblo, y hoy para ser economistas del pueblo —repito— deben ser economistas políticos; y los políticos deben ser políticos, con un mínimo de conocimientos económicos y si es posible con un máximo de conocimientos en ese campo, que hoy es la base realmente sobre la cual se está jugando el destino la humanidad, la base sobre la cual se desarrollan nuestras luchas. Y los políticos que no entiendan, o no quieran entender, o que no se esmeren en conocer la economía, no son dignos de ejercer las funciones que ejerzan como tales políticos. (Evento Internacional Economía 98)

¿Qué tipo de globalización tenemos hoy?

Mis convicciones más profundas: la increíble e inédita globalización que nos ocupa es un producto del desarrollo histórico; un fruto de la civilización humana; se alcanzó en un brevísimo período de no más de tres mil años en la larga vida de nuestros antecesores sobre el planeta. Eran ya una especie completamente evolucionada. El hombre actual no es más inteligente que Pericles, Platón o Aristóteles, aunque no sabemos todavía si suficientemente inteligente para resolver los complejísimos problemas de hoy. Estamos apostando a que puede lograrlo. Sobre eso ha tratado nuestra reunión.

Una pregunta: ¿se trata de un proceso reversible? Mi respuesta, la que me doy a mí mismo, es: no.

¿Qué tipo de globalización tenemos hoy? Una globalización neoliberal; así la llamamos muchos de nosotros. ¿Es sostenible? No. ¿Podrá subsistir mucho tiempo? Absolutamente no. ¿Cuestión de siglos? Categóricamente no. ¿Durará solo décadas? Sí, solo décadas. Pero más temprano que tarde tendrá que dejar de existir.

¿Me creo acaso una especie de profeta o adivino? No. ¿Conozco mucho de economía? No. Casi absolutamente nada. Para afirmar lo que dije basta saber sumar, restar, multiplicar y dividir. Eso lo aprenden los niños en la primaria.

¿Cómo se va a producir la transición? No lo sabemos. ¿Mediante amplias revoluciones violentas o grandes guerras? Parece improbable, irracional y suicida. ¿Mediante profundas y catastróficas crisis? Desgraciadamente es lo más probable, casi casi inevitable, y transcurrirá por muy diversas vías y formas de lucha.

¿Qué tipo de globalización será? No podría ser otra que solidaria, socialista, comunista, o como ustedes quieran llamarla.

¿Dispone de mucho tiempo la naturaleza, y con ella la especie humana, para sobrevivir la ausencia de un cambio semejante? De muy poco. ¿Quiénes serán los creadores de ese nuevo mundo? Los hombres y mujeres que pueblan nuestro planeta.

¿Cuáles serán las armas esenciales? Las ideas; las conciencias. ¿Quiénes las sembrarán, cultivarán y harán invencibles? Ustedes. ¿Se trata de una utopía, un sueño más entre tantos otros? No, porque es objetivamente inevitable y no existe alternativa. Ya fue soñado no hace tanto tiempo, solo que tal vez prematuramente. Como dijo el más iluminado de los hijos de esta Isla, José Martí: «Los sueños de hoy serán las realidades de mañana». (1er. Encuentro de Economía y Problemas del Desarrollo, enero de 1999)

La tarea es de los seres humanos

El orden económico prevaleciente ni es sostenible ni es soportable. No tiene solución posible sin grandes y profundos cambios. No es necesario abundar en datos, que aquí y en todas partes se repiten, para comprender la realidad. Los ejemplos de crisis locales, regionales y hemisféricas que se repiten con creciente frecuencia lo demuestran. De ellas no se libran ni países pobres ni países ricos. Muchos partidos están sumidos en total descrédito. Los pueblos se hacen cada vez más ingobernables. Los organismos financieros internacionales e instituciones afines como la OMC (Organización Mundial del Comercio), o grupos de superricos como el de los 7, no encuentran ya dónde reunirse. Las organizaciones y los movimientos sociales afectados o sensibilizados por la tragedia que vive el mundo se multiplican en todas partes. Las tecnologías modernas han hecho posible la transmisión de mensajes sin acudir a la ayuda de los medios tradicionales de comunicación.

Los factores objetivos derivados del propio desarrollo de la sociedad humana son los que determinan los acontecimientos. La economía no es una ciencia natural, no es ni puede ser exacta; es una ciencia social. Conceptos e ideas, tendencias y leyes surgidas en una época dentro de un sistema económico y social determinado, tienden a perdurar en el tiempo, aun cuando tales sistemas estén agotados o hayan desaparecido, lo cual no pocas veces perturba la interpretación más correcta de los acontecimientos.

(…) La enorme diversidad de opiniones y teorías que se escuchan en los encuentros o reuniones de las ciencias sociales son una prueba de ello. Servirán igualmente de ejemplo los enormes errores que se cometen en cualquier proceso revolucionario profundo.

De la política me parecería mejor decir que es una mezcla de ciencia y de arte, aunque más de arte que de ciencia.

Nunca debe olvidarse que tanto en uno u otro caso la responsabilidad de la tarea corresponde a los seres humanos, y estos son tan variados y variables como partículas llevan en las combinaciones de su mapa genético.

De la historia se puede sacar una lección en la que suelo insistir: solo de las grandes crisis han surgido las grandes soluciones. (5to. Encuentro de Economía y Problemas del Desarrollo, febrero de 2003)

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